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Exámenes orales: 6 razones para odiarlos

Generalmente, que te hagan algo oral esta bueno. Excepto que sea un examen oral, ahí la tenes adentro”
Sargento Cabral

No es raro encontrarnos en el mundo facultativo de hoy en día la ansiedad que se nos presenta al tratar de demostrarle a un profesional nuestros aprendizajes.

Al fin y al cabo, por mas bien que vayamos vestidos y por mas confianzudos que nos pongamos, nada puede evitar que nos sintamos como unos seres dóciles y frágiles ante la mirada y preguntas de aquellos que pueden aprobarnos o mandarnos a la casa con el traste roto.

Es dura la vida de esos que deben rendir materias de esta manera y coincidimos, en la gran mayoría, que los exámenes orales son y siempre serán odiados.

Pero la pregunta es: ¿Por qué los odiamos? ¿Por qué le tenemos rechazo a esta forma de examen? ¿Por qué salimos de rendir pensando vulgarmente en la madre de quien nos tomo lección?

Ahora te lo contamos:

NO SOMOS TAN RÁPIDOS

Es un recurso muy utilizado en los exámenes escritos el “No me acuerdo de esto, lo dejo y me fijo si mas tarde me sale la respuesta” que a mas de a uno nos dio frutos y nos salvo del abismo del recursado en varias ocasiones.

Ahora, en un oral, te hacen la pregunta y el “tiempito para que te salga” no existe. La respuesta es en ese exacto momento o fuiste. Obviamente esto es más profesor dependiente que cualquier cosa, habiendo algunos que tienen la re paciencia y otros eyaculadores precoces que no.

El problema de esto es que uno aprende a repetir como una grabadora y no a pensar lo que está diciendo, lo que a la larga no es negocio, socio.

NO TODOS CONTROLAMOS LOS NERVIOS

Todos nos ponemos nerviosos para los exámenes difíciles, es innegable que le tenemos miedo al fracaso porque significaría volver a estudiar/cursar/llorar todo de vuelta.

Ahora si le sumamos a ese posible fracaso, un posible papelón, los nervios se nos van de punta.

No es fácil ponerse al frente de un tipo que toda su vida ha visto un tema y responderle mal una pregunta solo para ver cómo te mira como si fueras un descerebrado, un irrespetuoso, una persona que nunca debió haber nacido.

Todos le tenemos miedo a desaprobar y a pasar vergüenza frente a una persona o grupo de personas, más si son soberbias con sus conocimientos, lo que nos lleva al siguiente punto…

LA SOBERBIA DEL PROFESOR CUANDO ESTA PRESENTE ES IMBANCABLE

Nunca falta el profesor que le encanta tirar comentarios bajoneros desde su posición privilegiada. Comentarios de forro/a tales como “en mi época estudiábamos más”, “que flojito estas eh”, “¿A vos te parece presentarte así?”, “Mira que antes te bochaban en dos minutos si no sabias esto”, “¿No te sentís culpable de respirar forro mal parido?”

Esa soberbia, esa incapacidad de empatía que tienen los capos de la mesa con sus estudiantes es una moda que está creciendo muchísimo entre los profesores que toman examen.

No hay que generalizar tampoco, también hay buenos profesores dando vuelta y que toman sus exámenes orales sin ser unos terribles cabezas de pija, pero, digámoslo, hoy por hoy son los menos.

NO ES IMPARCIAL PARA TODOS LOS QUE RINDEN

Todos hemos vivido una situación semejante a la siguiente:

Lunes 8:30 horas. Mesa de Traumatología.

Profesor: -Rodríguez, dígame, ¿que es esto que le estoy señalando en la imagen?

Estudiante 1: -Un brazo, doctor.

Profesor:- Muy bien, tiene 10. Váyase… Giménez, dígame ¿como se llama la estructura que esta atrás de la imagen que le mostré?

Estudiante 2: -Eeeeh.. ¿la parte de atrás del brazo?

Profesor: -No era la respuesta que esperaba, pero igual está bien. Tiene 9. Váyase….

-Usted (te mira a vos)

Vos: -Si doctor, pregunte.

Profesor: -Dígame ¿como esperaría encontrar el ligamento suspensorio del duodeno en un paciente con diabetes mellitus Tipo II, Sarcoma de Kaposi y embarazo psicológico, teniendo en cuenta que hace un mes se quebró la cadera jugando al Waterpolo y que es de signo Aries con ascendente en Sagitario, como último dato la madre nos refiere que es hincha de Comunicaciones y que el día anterior a la consulta se tomo un yoguismo con cuchara de plástico y que su color favorito de toda la vida ha sido el rojo ámbar?

Vos: – ¿Que?

Profesor: -Me temo que si no sabe esto, no puede aprobar la mesa.”

Es así de fácil, amigo. Nunca busques justicia en una mesa de exámenes orales. Es como buscar una pija en un estudio de danza. Al pedo.

QUIENES TOMAN NO LEEN EL PROGRAMA

Es un problema muy común, para toda carrera y materia, encontrarse con un profesor que no sabe discernir el CONOCIMIENTO BÁSICO, del CONOCIMIENTO PROFESIONAL.

Por ello, para que la mesa no sea una masacre de preguntas fantasmas que absolutamente nadie sabe, lo que se hace es dar un programa, que no solo sirve para que los alumnos estudien sino que también para que los profesionales sepan que pueden tomar y que aprendizajes se buscan.

En fin, si han leído toda la nota hasta ahora, saben que ese programa tiene el mismo valor para los profesionales que una dieta para el Diego.

Acostúmbrate, a veces vas a ir a rendir y por más que te hayas estudiado todo, no había forma posible de que aprobaras.

QUIENES TOMAN DICEN QUE ES LA FORMA “PERFECTA” DE TOMAR, Y ES MENTIRA

Mucha gente que toma en mesas va a defender a muerte la importancia que son los exámenes orales para “crear las herramientas para el profesional de mañana” o “darle al estudiante las habilidades sociales para defender sus conocimientos”.

La verdad es que por la única razón que los exámenes orales se siguen tomando es porque a los doctores les da paja escribir y corregir un examen, y es mucho más divertido ver como un pibe se defiende con uñas y dientes cuando les tiran un bombazo de pregunta.

Si vos sos profesor y lo estas leyendo, sabes que me tenes que llevar la contra, pero en el fondo estás diciendo “tiene razón”.

En fin, por los testamentos expuestos y los chistes mediocres tirados, propongo erradicar los exámenes orales para siempre.

Recordá:

DECILE NO A LOS ORALES

(Siempre y cuando sean exámenes)

Hasta la próxima.

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