A la intemperie, se va infiltrando el viento hasta mi alma.
Matsuo Basho

1

Piel de luna,
el sol abre los ojos.
Todos dormimos.

2 

Muy despacito,
llorando y perdida,
la luna se aja.

3 

La noche suda
unas gotas perladas
de oro tibio.

4 

Todos los días
miro a los malvones,
rojos, felices.

5 

Las piedras hablan
entre ellas, en secreto.
Sólo conspiran.

6 

Flores caídas
desde las nubes verdes.
El sol bosteza.

7 

Lluvia cercana,
me muerde su olor.
Un trueno azul.

8 

Cierro los ojos
y veo el espacio
en mis pupilas.

9 

Sale el sol
atroz, hirviendo
en mi espalda.

10 

Huelo lluvia,
la luna se esconde
entre las flores.

11 

Pestañea feliz
una flor en la Luna,
se sabe sola.

12 

Pasos descalzos,
una mujer caminará
en mis recuerdos.

13 

Los gatos pulsan
entres las nubes verdes,
bajo mis sillas.

14 

Luna pálida,
el viento en la noche
la acaricia.

15 

Un grano de sol,
el calor, aburrido,
mira su caída.

16 

Vertiginosa
pasa la tarde azul.
Las flores miran.

17 

La bestia solar
escupe baba-fuego
sobre mis ojos.

18 

Un asteroide
choca contra una flor,
extinción total.

19 

Piel de Luna,
el sol abre sus ojos.
Todos dormimos.

20 

Muy despacito,
llorando y perdida
la Luna se aja.

21 

La noche suda
unas gotas perladas
de oro tibio.

22 

Tarde fresquita
después del calor atroz
respiro feliz.

23 

Las nubes giran,
el viento invisible
las hace danzar.

24 

Tarde tibia,
jazmines aburridos
bostezan al sol.

25 

Parpadeando
el gato rojo me mira,
lava sus patas.

26 

Luna tímida,
juega a las escondidas
con mi mirada.

27 

Pábilo rojo
rompe las estrellas
que llorisquean.

28 

El viento dobla
al horizonte ciego,
sordo y mudo.

29 

El miedo es azul,
el amor sería rojo
o amarillo.

30 

Gota tras gota
caen desde una flor.
Van al cielo.

31

Un océano,
allá entre las nubes,
muestra su panza.

Nota del autor: En cierta manera, estos son haikus libres; las sinalefas, las sinéresis y las diéreses a veces se aplican, a veces no; así también con la norma de las palabras agudas y las esdrújulas.