/¡Inscribirte ya en la Tecnicatura en peneología!

¡Inscribirte ya en la Tecnicatura en peneología!

Es increíble lo que pueden hacer años de experiencia con el sexo opuesto, más un par de cursos de degustación de vinos. Este fue el resultado de una noche bizarra y aburrida entre dos primas que charlando de la vida y los hombres flashearon con un mundo cultural sin tabúes, para lograr así suprimir la falta de conocimiento de muchas mujeres y porque no, hombres también. Las denominadas “Lic Tita” y “Merello” desglosan su idea con ansias que se transforme en un antes y después de la humanidad. 

TECNICATURA EN PENOLOGÍA

TÍTULO HABILITANTE: PENELIER

DURACIÓN: UN CUATRIMESTRE

REQUISITOS BÁSICOS: SECUNDARIO COMPLETO, IDIOMAS (2 LENGUAS EXTRANJERAS), DESTREZA MANUAL Y LIBIDO ACTIVA.

PRESENTACIÓN DE LA CARRERA

Desde tiempos inmemoriales la técnica del catado de penes ha atravesado distintas culturas aunque siempre bajo la forma de un saber oculto, destinado a unas pocas élites.

Fue la misma Cleopatra quien inauguró esta práctica y dedicó gran parte de su tiempo a catar y determinar las características de los miembros que pasaban por su lecho. Se dice del mismo Marco Antonio que la conoció siendo “pancho” y la dejó siendo “maxi”[1], lo cual habla de la capacidad de esta práctica manual y exclusivamente femenina, no sólo para reconocer sino para reconfigurar el comportamiento de los miembros masculinos.

María Magdalena recibió de fuentes ocultas las técnicas de la penología y, cuenta la versión apócrifa del evangelista Mario, que el episodio de la lapidación fue causado por un intento de M. M. de revelar el tamaño y consistencia de los miembros de varones más encumbrados de Jerusalén.

Se dice también de Lucrecia De Borgia, quien mantuvo relaciones incestuosas con su padre, que siempre lo repudió, no por sus abusos sino por “chizo” incurable.

La historia y las mujeres en ella han querido mantener oculta esta ciencia que revela al mundo femenino una verdad nunca dicha con mejores palabras.

Hoy, en un cuatrimestre y de la mano de las penólogas expertas Tita y Merello esta técnica milenaria descorre su velo para mostrarse a las mujeres del siglo veintiuno. Todas ellas son convocadas para vivir la experiencia sensorial de palpar, degustar y apreciar las distintas manifestaciones y morfologías del pene.

Bajo el lema NO TE LO LIMPIO PERO TE LO VACÍO, quienes se introduzcan de lleno en esta práctica habrán comenzado a construir un camino que sólo llevará al éxito.

PROGRAMA DE ESTUDIO

OBJETIVOS:

Que la discípula logre reconocer previo al tacto el estado y condición de cualquier pene circundante.

Que la discípula logre clasificar certeramente el pene en sus diferentes variantes: chizo-pancho-maxi-etc.

Que la discípula aprenda a hacer de sus extremidades superiores herramientas hábiles para el cateo.

MATERIAS:

1. Introducción a la penología:

1.1. De Cleopatra a Wanda Nara. Un recorrido histórico por las influencias femeninas más importantes.

1.2. Marie Curie: La penología convertida en ciencia formal.

1.3. La penología en el Siglo XXI: Wanda Nara, Jessica Cirio y María Eugenia Ritó. ¿Penología o cateo burdo?

1.4. Influencia de las redes sociales. Usos, beneficios y perjuicios de la tecnología.

1.5. Los resultados bajo influencia de drogas (alcohol, estupefacientes, etc.)

2. El camino de la penelier:

2.1. Los penes y sus tipos: Clasificación y Descripción (algunos ejemplos a estudiar)

  • Chizo: pene diminuto, de cabeza tímida y proporciones delgadas.
  • Jacobo: pene circunciso propio de la raza semita.
  • Pancho: pene de consistencia gomosa, de proporciones salchichosas (tipo vienísima) con dificultades para la erección.
  • Tortuga: pene contradictorio, que se muestra con cabeza grande, crece de a poco pero se esconde al tacto. La abundancia de piel en la zona prepucial es característica para identificarlo.
  • Tortícolis: pene levemente ladeado, con buenas intenciones pero con dificultad para ensartar en un único intento.
  • Chorizo bombón: pene retacón. Cortito pero anchuroso. Ideal para mujeres que sufren con la penetración profunda.
  • Volcancito: Pene de tiro más bien corto, con base notoriamente ancha y cabeza delagada. Durante la eyaculación suele expulsar sus fluidos como un chorreo cochino. Ideal para romper el totó.
  • Serpentina: pene travieso y movedizo. Ideal para las mujeres en estado cacerola. Sus movimientos ondulantes abarcan toda la circunferencia de las cachuchas afofadas. Su longitud y grosor no importan en esta clasificación. Es su constante bamboleo lo que le da su rasgo más saliente.
  • Maxi: pene armónico de dimensiones importantes. Su tamaño, sin embargo, no despierta temor, por el contrario atrae a la mujer y provoca así la típica mojadita rápida. Su eyaculación es de alto alcance e impacto, cual el agua de una fuente en verano.
  • Ogro: pene extremadamente ancho y pesado. No se recomienda para el sexo oral (El dr. Yuri [2] se espacializa en reparar las mandíbulas afectadas por estos mamuts del sexo).

Es ideal para las fanáticas del ejercicio. Como una pesa de 500 gr., este pene sirve en el acto masturbatorio para matar dos pájaros de un tiro: ejercicio para el brazo femenino, placer en la pinchila del hombre.

  • Venoso: clásico pene que no llama la atención su tamaño sino más bien la cantidad de venas que se pueden palpar como ver, al momento del previo clímax. Puede provocar temor al pensar que la circulación del mismo no es normal ante la inflamación que puede demostrar en las venas. Ideal para las mujeres con la sensibilidad de las manos un poco gastada, diríamos que es el cáliz para las no videntes.
  • Buscando a Nemo: pene que provoca situación de desesperación y duda. Se presenta en hombres con estructura corporal de sobrepeso normalmente, donde al tacto los genitales parecen abundar y mezclarse entre la grasa que eleva la zona. Lleva a la sospecha de que Dios no logro entregar “el paquete completo” al ser. Los hombres portadores del mismo suelen incorporar mañas de pre calentado a las cotorras de las mujeres, para así disimular la falta de miembro en el acto. Se los utiliza mucho en laboratorios oftalmológicos como pruebas para nivelación y grado en cristales focales.

2.2. Reconocimiento:

Los tres pasos fundamentales para una penelier: tacto, olfateo y degustación.

  • Tacto: La mano de la penelier debe ser firme pero no opresiva. Una buena penelier sostiene con firmeza y aprieta con suavidad. Deja que la sangre fluya para lograr una erección contundente.

La mano es fundamental en un primer intento por reconocer el estado del miembro. Es imprescindible remover anillos y pulseras que obstruyan el fluir rítmico del movimiento.

La técnica del palpado es recomendada para mujeres con reuma. Este ejercicio ayuda a liberar  encimas protectoras de los tejidos enfermos. Edith Piaf fue conocida en el círculo de peneliers por haber podido prolongar su vida profesional gracias a la técnica de  palpado.

Las expertas en esta práctica pueden reconocerse gracias al tamaño de sus unas, siempre cortas y limpias, listas para la ejecución. Uñas largas, abstenerse.

Los movimientos de la mano están siempre en la muñeca. El antebrazo debe moverse lo menos posible.

  • Olfateo: Es fundamental no irse de boca. Antes del paso de la degustación toda buena penelier se asegura de oler sutilmente el miembro. En un leve movimiento descendente que acompaña el desabrochado del pantalón del compañero, ésta debe dilatar fosas nazales para recibir de lleno el aroma, no siempre bienvenido, del pequeño-gran juguetón.

Una penelier prevenida siempre lleva consigo un pack de toallitas higiénicas [3]. Varias son las excusas que justifican su uso: “así te va a quedar bien mojadita”

“Me encanta fresquita”

“La tuya es increíble, como para pulirla como trofeo”, etc.

Desde ya, si el olor es repulsivo, el paso de la degustación queda anulado [4].

  • Degustación: Luego de comprobar que la fragancia del chiquitín es apta, la penelier da inicio a la etapa de degustación.

Con los labios en forma de ojete azorado, posa con la ayuda de su mano (o lengua en el caso de las más expertas) la cabeza del miembro sobre los mismos y de a poco, deja que se introduzca lubricándolo con sus fluidos bucales.

Es fundamental alternar esta práctica con la del palpado.

El lengüeteo es una buena maniobra para las mandíbulas cansadas.

Esta práctica es ideal para mujeres octogenarias que no poseen dentadura natural. [5]

NOTA: TODOS ESTOS EJERCICIOS SE PRACTICARÁN EN EL AULA CON PENES REALIZADOS A MEDIDA Y EN CILICONA. CADA ALUMNA ABAONARÁ LA SUMA NECESARIA PARA LOS MATERIALES DE TRABAJO.

EVALUACIÓN:

Se evaluará a las discípulas a partir del criterio de predisposición voluntaria y natural. Esto es, lo que natura non da, salamanca non presta.

Las evaluaciones parciales (una por mes) serán prácticas acompañadas de explicación teórica.

La evaluación final o tesina consistirá en una práctica completa de cateo. Es condición excluyente la asistencia al examen con un modelo REAL. No se admitirán mascotas o menores de edad.


[1] Los términos entrecomillados refieren a categorías que se estudiarán durante el curso en cuestión

[2] El renombrado cirujano plástico dará un taller intensivo de técnicas peteatorias para un mejor cuidado de labios y quijada.

[3] La gripe porcina es una excusa perfecta para proceder sin demasiado disimulo.

[4] Las peneliers más atrevidas prefieren camuflar la baranduza con algún jarabe o dulce de su gusto.

[5] La búsqueda y reconocimiento de más y nuevos tipos deben considerarse una aporte obligado para las futuras generaciones de peneliers.

Escrito por Licenciadas Tita y Merello para la sección

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