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Sobre denuncias, intolerancias y la mar en coche

Respecto a la nueva denuncia al Inadi por parte del sociólogo Héctor D. sobre una nota que discrimina a los limpiavidrios, vuelvo a preguntarme un par de cosas a modo de comentarios.

Las personas que denuncian este tipo de cosas, por conocimiento y por tener la posibilidad de hacerlo, con el objetivo de una “sociedad mejor”, ¿Lo hace en todos los ámbitos donde se atropellan los derechos de la ciudadanía toda? ¿O actúan de forma arbitraria y parcial? Porque no estoy en contra de este tipo de denuncias si se atropella un derecho básico de las personas, estén o no amparadas por la ley, pero sí me molesta cuando se sectorizan los temas de denuncia. Lo siguiente lo hago a modo de pregunta y no de afirmación, ya que desconozco el actuar en la vida diaria de esta persona que nos denuncia: ¿Ante otros hechos discriminatorios, ofensivos, antiéticos y/o que van en contra de la ciudadanía, también personas como Héctor D. presentan sus respectivas denuncias? Vayamos desde casos grandes como corrupción que son mucho más ofensivos y que afectan a un gran número de personas, hasta casos más pequeños (pero no por eso menos importantes) de discriminación hacia diferentes actores de la sociedad, ideologías, pensamientos, etc.

Me extraña además que personas respetables vayan a organismos estatales que, y no por culpa de la ciudadanía, han perdido (o nunca han tenido, hubiese el gobierno que hubiera) prestigio. ¿Cómo puedo confiar en la imparcialidad del Inadi y sus denuncias existiendo otros organismos como el ya tan sabido (y del cual no me quiero abocar por cansador e innecesario) Indec, o yendo a casos más graves y específicos como la Superintencia de Servicios de la Salud?

Si usted viera algún tipo de incitación a la violencia por parte de un limpiavidrios a un ciudadano igual que él… ¿Lo denunciaría? Porque en mi caso personal me han sucedido provocaciones, daños materiales, amenazas, y sin provocarlos de mi parte, porque he de reconocer que soy bastante cagón y que por eso no soy capaz de decir más que un “no me limpies el vidrio”, sin hacerme el machito ni nada. Razón por la cual no hace falta que vengan los limpiavidrios a apurarme como usted dijo a través de un mensaje, con uno solo basta.

¿O justificamos esto a través de frases como “la sociedad (y por ende yo) tiene la culpa” o “el contexto” o “la falta de posibilidades”, para que cuando se cometan faltas de una de las partes se le eche la culpa a la otra de las partes, culpable ya de por sí por no haber sido criado, educado o instruido en el contexto de quien nos ofende o también traspasa nuestros derechos?

Porque si es así entonces yo, por ser inferior a usted en materia de estudios, ya que solo tengo la secundaria completa, podría justificar (aunque no lo tengo) el actuar mal hacia personas con altos estudios, echándoles la culpa a ustedes por haber tenido más tiempo, recursos o capacidades que yo. Y sería genial usar esta justificación para que no se me pueda criticar, seguramente la falta de razón, coherencia y cualquier otra cosa de absolutamente todo lo que dije.

Esta es la copia de lo que dijo Bestyal Ware en el programa de radio de ayer…

Esto me hace acordar a cuando un lector mandó una nota con diferentes ejemplos de discriminación (o que se pueden tomar como tales) por parte de la Revista Barcelona, iguales o peores que El Mendolotudo, que por lo que llegué a entender, era una revista justamente leída y defendida por los denunciantes justificando a dicha revista (y usando palabras de Horacio Verbitsky, no propias) como “periodismo serio”. Periodismo justamente tomado como serio, intocable, ejemplificador e indenunciable por parte de esas personas justamente a partir de la entrada (y no antes) de la misma a Radio Nacional, y no desde antes, a pesar de no haber cambiado nunca su estilo.

Vuelvo a aclarar que no estoy en contra de las denuncias hacia hechos de cualquier índole que vayan en contra de derechos y garantías de la ciudadanía. Y esto lo digo porque, les guste a algunos de los que escriben en El Mendolotudo o no, no estoy a favor total de la libertad de expresión cuando se malentiende y se confunde, convirtiéndose en libertinaje de expresión. De lo que sí estoy en contra es que se denuncie lo que conviene, lo que hacen los otros, según las conveniencias personales o ideológicas.

Y si determinadas acciones, hacia quienes no se quieren denunciar, no se denuncian por la excusa típica de “hacen cosas malas, pero la mayor parte son cosas buenas”, que se tome en cuenta entonces que las notas discriminatorias del Mendo son una minoría respecto a las excelentes notas de toda índole de esta página. Inclusive las veces que se llevaron a cabo (y se concretaron) acciones solidarias, entre otras cosas. Aunque si tan bien se conoce a El Mendolotudo, esto se sabe.

O se juzgan a todos con la misma vara o directamente no se hace.

Y yo también puedo defender muchas cosas con frases dichas por otros como:

“Todos somos iguales, pero algunos lo son más que otros”

“La moralidad es simplemente una actitud que adoptamos hacia las personas que personalmente no nos gustan”

O una mía que se me acaba de ocurrir ahora como “Si nadie está libre de pecado, entonces que nadie tire ninguna piedra.”

Y perdón por haberles hecho perder el tiempo con palabras, faltas totales de sentido y razón, la culpa de ello la tiene la sociedad con estudios, que tuvieron el tiempo, los recursos y la capacidad mental para tenerlos. Pero lamentablemente, guste o no, formo parte de la sociedad, siendo un ciudadano más, aunque tampoco creo haber llegado a ningún extremo como para ser criticado como facho, discriminador, elitista, insensato, incoherente y muchos etcéteras más, como se empeñan en decirme cada vez que intento expresarme (bien o mal) sobre estos temas.

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