/Soy una desaparecida

Soy una desaparecida

La pared fría contra mi espalda me produce un escalofrío por todo el cuerpo. Aunque no puedo ver nada siento la oscuridad que me rodea, y el piso húmedo me hace temblar de frío. Sobre mi cabeza escucho algunos pasos, lejanos, distantes. Siento miedo, como nunca en mi vida, y la incertidumbre de no saber si voy a salir de este infierno.

Hace dos días que no veo la luz del sol. La venda que me cubre los ojos casi es parte de mi cuerpo, y los nudos que aprietan mis muñecas han lacerado mi piel y me provocan un dolor inmenso. Me golpearon en la cabeza para que me calle, y tengo una herida en la frente. No entiendo que hice ni porque me maltratan asi.

Me quitaron mis cosas, y oí sonar mi celular varias veces hasta que lo apagaron. Pienso en mis padres y en lo preocupados que deben estar. Imagino a mama llorando, buscándome por todos lados y se me escapan las lágrimas. Tengo miedo, no se que me puede pasar, quiero irme de acá y empiezo a pedir que me suelten y a pedir a gritos que me dejen volver con mi familia.

Una puerta se abre a lo lejos y un escalofrío recorre mi cuerpo. Escucho pasos acercarse y siento una presión en el pecho que no puedo controlar. No puedo dejar de temblar y solo salen sollozos de mi boca pidiendo salir de este horror. Los pasos se alejan y las pulsaciones bajan de a poco.

Muevo las manos intentando desatarme pero es inútil. Presiento lo peor, y no puedo evitar pensar en mis padres y mis hermanos, en los sueños de ser una arquitecta y en las vacaciones planeadas con mis amigas. Lamento no haber sido mas cariñosa con Papá, y no haberle dicho a mama que la amaba las suficientes veces.

La puerta vuelve a abrirse y siento los pasos acercarse. Me quitan la venda de los ojos y me ponen de pie. Un hombre me pide que cierre la boca porque me va a matar. De espaldas, siento como me sacan la ropa y como sus manos van pasando por mi cuerpo desnudo y solo puedo llorar en silencio. Indefensa, me siento un pedazo de nada provocando el placer de ese ser, soló su placer.

Cuando el martirio termina me arrastran hasta una habitación oscura. Repentinamente algo tapa mi rostro. El aire comienza a faltar, cada vez más, y entre espasmos se apaga mi vida, junto con todos mis sueños. La inocente vida de una mujer con tanto por vivir.

Mañana solo seré una noticia en los diarios, seré una de las tantas mujeres que mueren cada día, cuyo único pecado fue ser uno de los tantos bellos seres viviendo en un mundo cada vez mas podrido y sin corazón.

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