Amaneció nublado, el frio es intenso y yo me encuentro en la puerta de la fiscalía, en algún lugar de la provincia de Mendoza. Espero a una señora que tiene una audiencia con su ex pareja. Justo en el momento de encontrarme con ella se inicia la lluvia, se nota cansada, me cuenta que su hijo menor ha estado enfermo y no ha podido descansar. Él ingresa delante de nosotros, es alto, robusto y con ese corte militar que lo caracteriza. Ingresa al despacho del fiscal.
Yo muy nerviosa en la sala de espera me doy cuenta que el caso no es el único Hay un joven padre reclamando la tenencia de sus hijos los cuales han sido prácticamente abandonados por su ex mujer, Una joven pide explicaciones por las denuncias reiteradas en su contra.
Luego de dos horas ambos salen, es indescriptible los rostros que cada uno tenía. El porta la satisfacción, ella agotada con los ojos llenos de lágrimas me invita un café. En el bar que está a pocos metros de la fiscalía y mientras las lluvia baña las calles, el mozo nos trae dos cortados, ella me dice todo empezó cuando quise separarme.
– Yo había decidido acabar antes la relación, pero pensaba en los chicos y no me animaba.
La relación duro varios años y de ella nacieron sus dos hijos, pero los malos tratos continuos degastaron la misma y decidió irse de la casa con los niños.
– Volví a casa de mis padres, pero no logre estar mucho tiempo ahí.
Después de una ardua búsqueda consiguió trabajo en una casa de ropa, retomo los estudios y logró de apoco ir reponiéndose. Me cuenta la audiencia de hoy era porque su ex pareja reclama poder ver a los niños, visitas que luego no realiza. Sin contar que se demora en los pagos y las reiteradas amenazas de quitarles los chicos. Luego del café y la charla ella parte a su casa al lado de sus hijos. Yo mirando como llueve me pregunto:
¿Cómo hace una mujer para criar a sus hijo en una sociedad que existe el descredito por el género?
¿Cómo hace un hombre para tener la tutela de sus hijos, cuando el sistema no cree en lo que él es capaz de hacer por ellos?
¿Por qué esos niños son víctimas de sus propios padres? ¿Quién los protege?
He observado que jamás nadie pone freno a estas personas y luego debemos lamentar miles de casos atroces. Mujeres escapando con sus hijos, Padres que no pueden verlos crecer, hombres agobiados por las responsabilidades no compartidas.
Si bien el caso que tomo como referencia es solo la historia de una madre, No discrimino entre hombres y mujeres. Son muchos los que día a día luchan por la felicidad de los niños.
En enero asistimos a un gran debate sobre el sistema judicial, de salud y protección infantil. Desde ese momento me dedique a escuchar sobre incontables casos, historias; lo peor es ver como a cada una de ella se le es coartado el futuro, como esos pequeños mueren en manos de “padres” no comprometidos, donde el sistema en ocasiones encubre atrocidades.
¿Por qué los adultos tomamos a los niños como simples cifras numéricas de una burda cuenta bancaria? ¿Por qué son los rehenes de una pelea entre padres y madres? Y es ahí donde se me viene a la cabeza una frase que me dijo en la charla “Agradezco cada día al verlos abrir sus ojos y sonreír. El mayor pago a tanto sacrificio es su amor, Solo deseo que mis hijos sean felices”
Por fin paro de llover, el sol empieza asomar tras las nueves, antes de dejar el café veo a un niño vendiendo estampitas; me sonríe le compro dos estampita de la virgen de la dulce espera. Y le ruego a Dios que cuando nuestro hijo nazca encuentre en nosotros la felicidad.
Escrito por Silvy para la sección:
Es increíble como el peor enemigo suele ser la persona que te dio la vida, debemos ser responsables a la hora de paternizar y luego criar…un chico que crece en un hogar vulnerable crece viendo la violencia como algo normal y de ahí a delinquir queda un trecho cortisimo…buena nota
¡Muy buena nota! Entiendo todo, lamentablemente desde mi lugar de hija… tuve que aguantar golpes, gritos, insultos de la persona que me había dado la vida. Mi padre… la separación fue difícil, pero fue lo mejor para todos, luego de eso, pudimos salir adelante como familia. Como hija lo sufrí mucho, pero la recompensa fue enorme cuando, pasado un tiempo, vi la sonrisa de mi madre en todo su esplendor. Una sonrisa gigante que hacía mucho no mostraba. Creo que, así como los padres quieren nuestra dicha, la de ellos es fundamental para nosotros también.
Es increíble que se usen a los niños para satisfacer necesidades tan atroces como el de hacer daño a otro.
Y pensar que hay familias que no los pueden engendrar..
Muchas veces los padres/madres nos vemos obligados a tomar decisiones por los que , ante los ojos del otro/padre madre , somos unos reverendos hdp, o eso es lo que pregonan a gritos, despues de no haber hecho nada durante años…. Muchas veces los jueces, los fiscales, los asistentes sociales que deben tomar parte en los casos son sencillamente IMPRESENTABLES y se ocupan algo cuando ya es demasiado tarde. El tema da para desarrollarlo mucho mas, pero bienvenida esta punta. Saludos
Tristemente real…Sucede todo el tiempo..Niños rehenes de sus padres,del sistema judicial que no acompaña..de la inmadurez y egoismo de los adultos..La solucion es simple,PRIORIZARLOS SIEMPRE…claro..hay que dejar egos,vanidades,conveniencias..todo un desafio para muchos.Sigo luchando y pensando,que un mundo mejor para los niños…es posible.Excelente Silvy!!!