ARCANO XV Y XXI: EL DIABLO Y EL MUNDO
Sentada sobre su vientre eterno, tenía mi trono en su centro.
Yo, su reina cornuda.
Él, mi testuz y luna.
Cabra ciega de pasión, me encarna sin cantar su canción.
¡Alabanzas y aquelarres en su honor!
A él, mi fiel predador.
Sucumbe en mi mundo su diablo, sacude a mi diablo su mundo.
De mis palabras, su ser oriundo.
De mi oriundo ser, su vocablo.
Arcano quince y veintiuno, espero el solsticio de verano.
Dadme a mí, su rey mundano.
Dadle a él, mi ser profano.
El fuego de mi esencia quema al fin su resina.
Llegó a mí la voz vecina,
de quien llama con prudencia.
Chispeante llama ardiente, tardío sol naciente.
Beberé de ti tu simiente.
Eterna, mía, indecente.
Dadme su león y su buey, dadme su juez y su ley.
Dadme años y sueños.
Dadme fuego y serás dueño.
De mí,
tu bruja enamorada.
De ti,
mis sueños de alborada.
Por mí,
sello en tu piel labrada.
Por ti,
dos cartas enlazadas.