/El diario secreto de Brenda Burke | Día 3

El diario secreto de Brenda Burke | Día 3

Querido diario:

Hoy volví a la escuela, fue muy extraño. Sentí como si no perteneciera a este mundo, me costó mucho esfuerzo recordar los nombres de algunos compañeros y profesores. Para ellos solo había transcurrido un fin de semana como todos. Para mi  había transcurrido casi una vida. Cinco años… amistades nuevas, un amor y mi primer beso. Una vida en contacto permanente con la naturaleza y con seres que no pertenecen a este plano. Muchas vivencias que hicieron que olvidara mi vida terrenal, mi mundo y mi entorno. ¿Y ahora? ¿Qué hago con esto?

Me siento diferente, definitivamente ya no soy la misma. Soy una adolescente encerrada en un cuerpo de niña. No puedo pensar y sentir como antes. Percibo muchas cosas que antes no percibía. He notado que puedo empatizar aún más con quienes me rodean, sin siquiera tener trato con ellos. Hoy me sucedió algo muy extraño. A medida que se acercaba la hora para volver a casa, comenzó a invadirme un sentimiento de profunda angustia y miedo. Inclusive por unas milésimas de segundos tuve que contener mis ganas de llorar y de gritar que no quería irme de allí. Hasta que descifré que lo que sentía no me pertenecía, no era mío. De hecho, yo moría por ganas de salir de la escuela y volver a mi hogar. Respiré profundo para relajarme y cuando miré a mi lado descubrí que esos sentimientos, le pertenecían a Sami, mi compañera de banco. Pude sentirlo en lo profundo de mi ser, estoy segura, algo le sucede. ¿Por qué no quiere volver con su familia? No sé cómo preguntarle, pero percibo la preocupación y el temor que le provoca la idea de volver a su hogar. Ella también sabe que algo no está bien, aunque por momentos intente taparlo. Pero su alma no miente, pide ayuda a gritos y yo pude escucharla. Creo que me estoy volviendo loca. Aunque esa clase de empatía era algo normal en Fairiel, pero nunca lo había experimentado con un sentimiento negativo tan fuerte. Tal vez porque en aquel reino no existía la maldad.

Recuerdo la voz de Paz, como si en este instante estuviera en mi mente repitiendo otra vez su explicación acerca de las percepciones de la verdad que nos rodea: “Notarás que el viento baila a causa de unas energías más sutiles que la brisa. Comenzarás a ver el bosque con otros ojos. Las sutiles energías que lleva consigo cada soplo de viento nos hacen comprender que el sol contiene información, además de luz y calor. El calor es información de la vida. La luz es inteligencia. Observa el rico y asombroso mundo que nos rodea. Siempre nos rodea la verdad de lo que es”.

Ay querido diario, qué fácil es aplicar eso cuando lo único que te rodea es paz y amor. En estos momentos preferiría no percibir tanto. No puedo sacarme la angustia del corazón, esa angustia por desear que todo fuera distinto. Pero a la vez pienso, tal vez esto me suceda por algo, tal vez, mi misión sea ayudar. Pero, ¿de qué forma? ¡En este mundo me tildarían de loca! Ni mis padres me creen… ¿Qué podría esperar del resto?