El Papa pidió perdón por los abusos cometidos. Y ahí debería empezar toda mi chorrera de nota, pero la verdad no se qué decir. Muchas veces cuando no estoy muy informada sobre un tema prefiero quedarme callada, escuchar y después quizás si me interesa, investigo un poco para crear una opinión más o menos acorde a la edad y al criterio que tengo.
En este caso, voy a hablar desde el corazón. No leí, no me informé, no investigué un carajo porque citando a mi querida banda preferida: “La espina ya está clavada, no hay perdón para el que aplasta, contando una sola historia… a los que no encuentran solución”.
Antes de empezar quiero decir que respeto profundamente a todo aquel/lla que tiene fe en la religión, que es creyente y les tiro la mejor y les mando manso amor. No quiero lastimar, no quiero chicanear, busco la paz y el encuentro de distintas opiniones.
Mi opinión no es una verdad.
Paso a explicar qué quiero decir. Mi postura respecto a determinados temas los fui adquiriendo en base a la experiencia (ninguna novedad, el ciclo de la vida) que fui teniendo frente a determinadas situaciones límite en las que las cosas me tornaban de sorpresa y muchas veces las respuestas no fueron lo que yo esperaba. Principalmente mi nota se va a basar en mi punto de vista de la religión.
Una de mis frases célebres o mejor dicho uno de mis adjetivos preferidos es “Poncio Pilatos”… me lavo las manos y te mando un beso muy fuerte para que veas cómo carajo seguís ante una situación de mierda. Bueno, en mi caso me ayudó. Me curtió descubrir que no podía contarle a un cura que me gustaban las mujeres, me curtió estar en un confesionario y que un cura me diga “no solo se reza para agradecer que sos bonita”.
La cosa se fue poniendo un poco más distante, ya empecé a mirar con otros ojos y sobre todo los domingos empecé a escuchar con otros oídos. Me empezó a hacer ruido el “por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”… digamos me considero bastante buena persona, una persona que va siempre por derecha, veía toda la gente golpeándose el pecho y empezaba a traspirar dándome cuenta que yo no tenía culpa de nada. Que mis errores no eran para estar de rodillas en una madera pidiendo perdón. Me acuerdo que cerraba los ojos y decía:
– “Pido perdón porque me peleé con mi hermana, traté mal a una amiga” – y hasta ahí llegaba.
¿Una niña que tantos “pecados” puede cometer? Ya la cosa se volvió lo menos para mí, dejé de ir a la iglesia porque realmente la pasaba mal, era como encontrar la hipocresía toda juntita. Flashé lavado de cerebro cuando los veía a todos repetir en voz alta lo mismo oraciones y oraciones, canciones y frases como “Alabado sea el añor”, “señor yo no soy digno de que entres en mi casa”.. Aguantaaaaaa soy RE digna de que todos entren a mi casa.
Y ahora viene lo peor. Cuando descubrí Las Pastillas del Abuelo, me sorprendía una canción re triste que se llama Oscarcito. En un momento dice: “yo prefiero no tener colchón a que un cura se pase de vivo conmigo”…
Cuando crecí, entendí.
No me salen mucho las palabras con este tema porque es como que excede todo. No me olvido más cuando fui al Vaticano, lejos de sentir emoción o empatía sentí tanto rechazo. Empezando porque me hacían tapar los hombros, pagar entrada, no sacar foto, pagar ascensor, pagar acá y allá. Puertita secreta por una columna, oro por todos los putos rincones.. un asco. Alto negocio.
Yo a esta altura, donde hemos visto casos como el Instituto Próvolo donde los testimonios son algo tremendamente horrorosos, abusos a un extremo muy jodido del que hasta me da miedo escribir, el Padre Julio César Grassi, para mí la imagen del mal. Fundador de la Fundación “Felices los niños” condenado a 15 años por abuso sexual infantil y corrupción de menores… parece una joda. Es muy asqueroso todo, muy triste como se puede romper con la vida, la fe y la inocencia de las personas.
Escuchar al Papa decir: «No puedo dejar de manifestar dolor y vergüenza por el daño a los niños por parte de los miembros de la Iglesia», me parece una total falta de respeto y un gran acto que representa lo que expresé en las primeras líneas con el adjetivo “Poncio Pilatos”. Imaginate las víctimas de violación leyendo o escuchando «Es justo pedir perdón y estamos haciendo lo necesario para que esas cosas no se vuelvan a repetir»
Papa querido mío: no alcanza con una manifestación de dolor.
Mi idea de la Iglesia no es la misma que la de la historia de la religión, que se yo cada uno puede creer en lo que quiere pero más o menos lo que tengo entendido es que según los mandamientos “No juzgarás” y la iglesia a los divorciados no los deja comulgar y a los putos no los deja ni entrar.
Mi imagen de Jesús es de un chabón con ideales hermosos, que promovió el amor, que quiso revolucionar un poco los conceptos pacatos en los que vivía la sociedad… pero como siempre los negocios invaden todo terreno donde puedan abusar.
Amen… eso es fundamental, amén es intrascendente.