Joaquín (mi compañero de trabajo por el día) me enseño este noble oficio de enterar muertos; Lo primero que me dijo:
– No es un trabajo difícil. Pero vas a tener que vivir del sufrimiento de las personas y es una carga emocional grande…
– Si, ya se. Con eso puedo – dije, mientras entraba una señora sollozando y muy amablemente le dije – buenas tardes.
Después de un terrible piñón de mi compañero por lo bajo, mi jefe se retiró con la señora. Entonces él me explico…
– Las formas de hablar son muy cuidadas… sácate de la boca ciertas frases: “buenas tardes, noches y días”, la gente que nos viene a ver no las tienen. Nadie nos busca en buenos momentos. Vas a tener que estudiar. Aunque no lo creas debemos usar psicología. El tacto y las formas de expresarse son importantes, te lo digo y explico cómo me lo explicaron a mí. Con golpe y todo, al principio duele pero después te acordas.
– Bueno che tampoco para tanto – en eso salió el jefe y nos dijo que teníamos que ir a la morgue a buscar un muerto. Al subirnos a la camioneta Joaquín puso música: American Woman de Lenny Kravits. Ahí me contó su primera experiencia en la morgue.
– Esto va a ser raro… espero que no hayas comido mucho; mi primera vez fue rara. Salimos con el jefe y nos fuimos a la morgue. Al llegar tuvimos que bajar al occiso, difunto, muerto, decile como más te guste, de la mesa de autopsia. Esta mide, como vas a ver, casi 1.70 de alto. La camilla nuestra mide 30 cm. O sea, vamos a tener que bajarlo, prácticamente te diría que largarlo y eso hicimos… el tipo era bastante gordito. Entonces lo largamos pero se nos desarmo en el aire, los tajos y cortes se abrieron y tuvimos que meterle al don las tripas de nuevo dentro del cuerpo, después de eso y como estábamos cagados de hambre nos fuimos a comer… lasagna. Pero dejamos el vehículo a sol. El sr. se nos fermentó. Y el resto del viaje lo hicimos con la cabeza afuera, descompuestos y cambiando cada tanto para no vomitar.
– Haggh ¿che y nosotros lo vamos a tener que vestir? – le dije asqueado.
– En esto hay opciones. A algunas personas las viste la familia, trata, se les complica pero lo hacen; existe la posibilidad de que lo vistamos nosotros. Esos 40 minutos que tarda la familia, nosotros lo reducimos a 10, capaz que menos, pero es porque no cargamos con ninguna carga emocional en el momento, depende de la paciencia, la cara, el tiempo sobre todo. Si son las 2 de la mañana vas a querer vestirlo vos y terminar rápido. Un fallecido te tomas casi 5 horas de laburo. ¡Por cada fallecido 5 horas! O sea… si podes reducir ese tiempo a, digamos, 3 horas es ideal.
– ¿Y todo eso de la cruz y las cosas quien la arma? – pregunté.
– Las tenemos que llevar y armar nosotros, cargar, llevar, descargar, armar. Vestirlo y papeles es el tiempo que te dije hace rato ¿entendes? Si va a la sala velatoria es más rápido porque eso ya está armado allá. Vamos con el ataúd y listo. Igual 3 horas mínimo siempre, nunca hice menos.
– ¿Che y hay minas ricas en los velorios? – largué como para suavizar la charla.
– Hay de todoooo, claro que sí, hay mujeres lindas, muy lindas, hay bichos, muy feos, hay borrachos, peleas, puteadas… es como entrar a un casino de bajos recursos.
– ¿Que es lo más raro que has visto o vivido trabajando?
– Peleas arriba del padre… se peleaban por televisores o camas. He visto hijos que se reían de la gente que iba, diciendo que se iba a despertar el padre y se les iba a cagar de risa a todos de lo que estaban haciendo, borrachos que lloraban con el muerto y tomaban con él, gente que bailaba y cantaba con un ataúd en la mesa de una casa con el muerto rodeado de alcohol. ¿Entendes ¡alrededor gente bailando, tomando y convidándole al cadáver! Es heavy, ves de todo.
Al llegar nos enteramos que el velorio iba hacerse en la sala. Al terminar de preparar las cosas me despedí, el jefe y Joaquín sonrieron seriamente. Duré muy poco en ese trabajo… la verdad que la muerte no me sienta bien.
Creo que es la primera vez que te leo,o quizas una nota entera.. me quede con ganas de leer mas jaja..yo siempre digo que tengo el mismo laburo que una funeraria ..ya que tenego laburo gracias a las desgracias ajenas..
Siempre quise trabajar en una funeraria! pero soy mujer por eso dudo que me contraten alguna vez. Nota interesante.
Linda nota Walter. Agregaría que la gente que trabaja en las funerarias , incluso la misma funeraria, tiene una paciencia muy especial, además de ser muy respetuosa con los deudos. Son pacientes en cuanto a cuestiones burocraticas y ecónomicas tan molestas en todo momneto, sobretodo en «ese momento» -Gente que se mercía una nota-