Para mí navidad significa solo dos cosas rescatables: villancicos y regalos; el resto es un adorno para distraernos de las peleas familiares. No hay nada mejor que romper la envoltura de un regalo escuchando de fondo los villancicos navideños de Luis Miguel.
Pero eso puede significar un problema, y es que las fiestas son un período donde las transacciones abandonan el sesgo comercial y el dinero para acomodarse a una lógica diferente, donde prima la generosidad o, por lo menos, la espera de una hermosa reciprocidad en el intercambio. Que en criollo sería no recibir un par de medias del persa.
Y es que hay cierto placer en recibir de otro esa cosita que es nuestro hobby, un pequeño gustito que la economía doméstica (y las constantes crisis de nuestra macroeconomía) nos pide postergar.
En mi caso, son los cómics, el noveno arte, la narración que emplea por igual imágenes y textos. Desde hace tiempo que están en boga, y mucha gente desiste de ellos por no saber dónde empezar a leer. Son historias larguísimas, de muchos números, con muchos personajes, y todo a un precio que para varios, puede tornarse inaccesible. Por eso, y como fin de año es una época de listas y promesas rotas, creí correcto honrar ese espíritu y ayudarlos con un listado de historietitas para comprar.
Ideales para esa pareja que acompañaste a ver todas las de Marvel, para ese sobrinito al que querés adoctrinar, o hasta para tu amiga que siempre se viste de Wonder Woman para las fiestas y sabe decirte dos de sus villanos. En cada entrada explico en detalle los porqués de su selección, dando preferencia a las historias que no requieran comprar otro tomo, se consigan con facilidad y a un precio dentro de todo, aceptable.
Una lista para neófitos y moderados; todos conocemos a alguien así, por lo que para hacer más entretenida la lista, llamaremos a nuestro hipotético beneficiado como Kevin.
Sin más preámbulos, comencemos:
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Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons (DC Comics)
La que nunca puede faltar, la Maradona/Beatles de los cómics de superhéroes. La historia que cambió para siempre la forma de narrar los cómics de superhéroes; el único cómic en ser incluido en la lista de Times de las mejores novelas del siglo XX. Un mazacote de más de ochocientas páginas donde veremos a los superhéroes como si fueran seres humanos: complicados, rotos, y por sobre todo, patéticos. Alan Moore nos muestra una humanidad demasiado cercana, desde fulanos con problemas psicológicos y con los calzoncillos por afuera, hasta llegar al único personaje de la historieta con súper-poderes: el Dr. Manhattan, un ser tan poderoso que termina alienado de todas las personas que lo rodean, al ser literalmente un dios. Tal vez Kevin nunca se animó a entrarle, ya fuera por el precio o la dificultad, aunque si tiene HBO, podés decirle que después de leerlo, va a poder ver la serie basada en el cómic que produjo el creador de Lost y que (según muchos) es la mejor serie del año.
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Umbrella Academy: Apocalypse suite, de Gerard Way y Gabriel Bá (Editorial Dark House)
La serie que Kevin sí vio este año (porque además de tener HBO tiene Netflix el muy careta) es la apuesta por Netflix por el género de superhéroes, luego que Marvel se fuera con Disney y no le renovara una nueva temporada de Daredevil. La historia es tan fascinante como bizarra: en octubre de 1989, cuarenta y tres mujeres de todas partes del mundo dieron a luz sin que alguna de ellas hubiera estado embarazada al comenzar el día. Al saberse la noticia, un excéntrico millonario llamado Sir Reginald Hargreeves decide localizar y adoptar a esos niños: solo consigue encontrar a siete, los cuales poseen una serie de poderes que Reginald utiliza para fundar un grupo de superhéroes a lo X-Men o Doom Patrol. Pero a diferencia de estas últimas, la trama comienza con la muerte del patriarca que es Reginald, décadas después de que el grupo se desarmara y cada uno siguiera su propio camino. Será en este funeral donde los viejos conflictos deberán ser dejados de lado ante una amenaza mayor: el fin del mundo. Antes de terminar, un dato de color: el escritor del comic, Gerar Way, es el cantante de My Chemical Romance, esa banda por la que Kevin se dejaba el flequillo largo y cantaba una o dos canciones.
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Hawkeye: Mi Vida Como Arma, de Matt Fraction y David Aja (Marvel)
Kevin vio Avengers cuando salió en cines. Nada especial, todos lo hicimos, pero él forma parte de ese grupito de gente que no para de repetir que el personaje más inútil es el de las flechas. Ni siquiera sabe su nombre, o a lo sumo lo nombra en español: Ojo de Halcón, o Hawkeye. Seguro todavía piensa que él y Scarlett Johansson son pareja o lo fueron alguna vez. Bueno, este es el cómic para cerrarle el pico un rato, y de paso introducirle a un cómic de culto y hermosamente narrado. La historia trata de Clint, que no es ni poderoso ni rico, pero sí bueno en una sola cosa: disparar con arco y flecha. Un tipo de bajo perfil, que con suerte llega a fin de mes, y aun así logra codearse con dioses y monstruos. Una historia bajada a la tierra, compleja y hermosa, y con un arte estilo manual de usuario que nos hace entrar en la mente de un tipo que no tiene el poder para aguantar un error y buscar una segunda oportunidad para derrotar a sus enemigos. Si querés quedar como todo un conocedor del rubro, dale esta joyita a Kevin y que disfrute de Pinamar leyendo bajo la sombrilla.
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El Eternauta, de H.G Oesterheld y Francisco Solano López.
Pongámonos un poco nacional y popular. El Eternauta es de esas obras que narrativamente envejecen mal, pero que tiene tanta fuerza y originalidad que uno no puede resistirse. Bajo todo ese dialogo expositivo, se esconde una verdadera historia de aventuras, que no es más que la excusa para adentrarnos en una alegoría política de la realidad argentina de su tiempo. En sus páginas asistimos a una invasión alienígena a la Tierra única: primero, sucede en Buenos Aires, en la periferia del mundo occidental; y el método empleado no son las grandes explosiones, sino con una silenciosa nieve tóxica que mata todo lo que encuentra a su paso. Por momentos se adelanta a lo que veríamos en Mad Max, The Walking Dead, o hasta en V: Invasión Extraterrestre.Una historia de supervivencia, de amistad, traición que evoluciona hacia una crónica de guerra, y de ahí a la más dura ciencia ficción. Con cada página la amenaza es mayor y el misterio también, porque el mal es algo que se vuelve cada vez más incomprensible y poderoso para nuestros protagonistas, y vale la pena adentrarse en ella aun cuando las respuestas ya no resulten tan necesarias para disfrutar de esta historia. Sacale el prejuicio de clase media a Kevin, y convencelo de que esta historia es más profunda que un grafiti de la Cámpora.
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Sin City: El Duro Adios, de Frank Miller (Dark Horse)
Si Kevin leyera esta lista diría, ¿pero es que todas las cosas tienen gente con capa? Y la respuesta sería, como siempre, que no, que se siente y nos deje terminar. Con algo de esfuerzo y paciencia, explicaríamos a nuestro amigo que el cómic es grande como la vida misma, y en ella entran todo tipo de historias: fantásticas, de ciencia ficción, de terror, y también hasta de vaqueros o romanticones. Pero si hay una que nunca dejó de interesar a las masas, fueron los policiales, que cuentan con sus propios detectives privados y ceniceros rotos. Tal vez el más fácil de conseguir, y que no requiere saber de otras historias para entenderlo, es la escrita por el dios de los cómics Frank Miller, que nos regala un relato policial a lo Hard Boyle, ambientada en una ciudad donde las paredes sudan, el whiskey es barato y las rubias mueren a montones. Cada una de las historias que componen Sin City puede leerse por separado, pero lo mejor es empezar por el primer número, donde nos introduce en la clásica historia de confusión e incriminación, de la que nuestro protagonista deberá salir airoso y con la chica en sus brazos. Y si eso no le convence, mostrale una de las páginas: es arte puro, directo, y no se parece a nada de lo que Kevin haya visto en su vida hasta ese momento. Si eso no le convence, que se vea la peli que dirigió Robert Rodríguez y no joda.
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Hellboy: el ataúd encadenado y otras historias, de Mike Mignola (Dark Horse)
Si Kevin no confunde a Guillermo del Toro con el actor, lo más probable es que haya visto esta peli protagonizada por Ron Perlman. La historia de un demonio de buen corazón al servicio de los Estados Unidos para luchar contra monstruos, apariciones y nazis es una buena historia en sí, y muy bien llevada en las pelis. Por desgracia, es una narrativa que se extiende por más de veinte años, distribuida en incontables páginas y numerosos tomos. Por suerte, Hellboy es más que sus propias películas, y tiene un mundo rico en folklore europeo, de ese oscuro donde todos parecen pedazos de madera podrida o sombras de pesadilla. Historias de terror, rápidas y excelentemente narradas, agrupadas en un tomo en el que no es necesario saber más que lo básico sobre el personaje. Entre ellas, El Cadáver, que es usado en universidades de estados Unidos para enseñar cómo se narra en los comics. Si a Kevin le va el rollo del terror cósmico o la adoración de Baphomet, acercate a tu comiquería amiga.
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Batman: Ego, de Darwyn Cooke (DC Comics)
Imposible no armar una lista sin mencionar uno de Batman. Chicos, es Batman, punto, y si Kevin alguna vez leyó algo remotamente parecido a un cómic, fueron las tiras de Mafalda y por lo menos uno del murciélago encapuchado. Podría irme por lo cómodo, y mencionar los clásicos: El caballero de la Noche o Año Uno de Miller, La Broma Asesina de Moore, El Largo Halloween o hasta Asilo Arkham. Pero seguro que los tiene, o por algún lado las juna a esas historias. Nuestro objetivo es sorprender a Kevin, y por eso elijo esta historia algo olvidada y que hace poco, la editorial Salvat reeditó en un tomo junto con otras historias del mismo autor. El cómic nos mete en la mente de Bruce, afligido por no poder evitar el suicidio de un criminal que estaba por atrapar. En este viaje psicoanalítico, podemos entender mejor cómo funciona una personalidad dividida por un hecho irreversible, con un estricto código moral, y una misión que a veces ni él mismo parece entender. De lo más profundo del personaje, y sin tener que hacer que todo sea depresivo u oscuro.
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Batwoman: Hidrología, de JH Williams III y W. Haden Blackman
En los últimos años Kevin desarrolló algo que, podríamos llamar, como consciencia de género. Son tiempos modernos, tiempos de cambio, y Kevin lo sabe; si de él dependiera, reclamaría en nuestra lista una buena historia protagonizada por una mujer. Me veo obligado a confesar a ustedes, al lector y a Kevin, que todo mi catálogo se compone de historias masculinas, de personajes con cromosomas XY escritos por autores en igual condición. Ojo, eso no está tampoco mal, pero no voy a caretearla; me falta diversidad en mis gustos. Aunque hay una excepción, y una muy buena. Primero, no es Batichica, la que salía en la serie de Adam West y era hija del comisionado Gordon. Esta sería más bien Bati-Mujer, un personaje que crearon en los cincuenta para que dejaran de decir que Batman y Robín andaban en algo juntos. Por su puesto el personaje fue dejado de lado, pero después lo rescataron y lo pusieron en sus propias historias, con las que exploran un lado de la ciudad Gótica que el realismo duro de Batman impide expandir: su lado esotérico, con fantasmas, magia, sociedades secretas y conspiraciones. Asi, Batwoman es una especie de detective sobrenatural, con una historia y trasfondo que hacen parecer a Bruce Wayne un cartón corrugado. Ah, y el dibujo es una pasada; nunca más vi en otro cómic una manera de narrar similar a la de estos autores. Buscate un lindo moño del color que más le guste a Kevin.
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Superman hijo rojo
Cuchame’ Kevin, cuando decimos que los superhéroes son la nueva mitología, no es solo por los paralelismos obvios (como que Aquaman es Neptuno, la Mujer maravilla Atenea y Flash, Hermes), sino que también sus personajes e historias son arquetípicas, que en la jerga académica significa que podemos usar para contar nuevas historias, distintas e iguales a la vez. Por ejemplo, Moisés es un niño de una nación en peligro que es enviado lejos para no morir. ¿Te suena? Exacto, es la historia de Superman. Bueno, en ese plan han trabajado por muchos años los escritores de superhéroes, creando mundos alternativos (o elseworlds, como lo llaman ellos) donde cambian una que otra cosa para que los personajes sean totalmente distintos, pero a la vez, similares. Y tal vez la mejor historia para introducirnos en ese mundo tan lindo, sea a su vez la más famosa. La premisa es sencilla: la nave de Superman no cae en Kansas, sino en una granja colectivizada de la Unión Soviética. Superman es comunista, y posiblemente sea la historia más interesante que han hecho con el personaje. No explico más por tema de spoilers y porque la nota se ha hecho demasiada larga.
Saludos a Kevin y a su familia. Felices Fiestas de parte de este gato.