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Los peores comerciantes de Mendoza (y del mundo, porque no)

En algún momento hemos descripto a los Típicos Profesionales, esta vez les toca a los comerciantes, con y sin título profesional. Esos que día a día tenes que cruzarte, esos que obligadamente vas a ver en algún momento y vas a tener que padecer. Esos que aman jugar con tu ignorancia, tu tiempo y tus cosas. Esos que se jactan soberbiamente en tu cara porque saben que vas a tener que acudir a ellos. Esos, son estos:

El agenciero: tu auto siempre va a ser una basura sobrehumana, invendible, viejo y obsoleto. Todo lo que te hayas gastado en él, como llantas, polarizados o algo de tunning, es inservible para ellos y te lo toman igual que un auto cualquiera. Eso si, lo de ellos es sublime, te ofrecen un Renault 12 destartalado como un auto de colección. Descaradamente piden precios absurdos por sus autos y las diferencias con el tuyo son irreconciliables. Son garchas y cancheritos, por lo general tienen el pelo largo, arito y pinta de narcos.

El diseñador de páginas web: el vago sabe que te tiene agarrado de las bolas, ahora se venga de los bananas que le decían “ñoño” en la secundaria, como vos. Sabe que tu negocio corre a sus tiempos y le chupa un huevo tu apuro. Siempre tienen “muchísimo laburo”, cuando jamás los has visto trabajar. Te demoran siglos en un diseñito, cuando solo les basta dos minutos para meterse en la compu y con unos cliks arreglarte la vida. Como no sabes nada de computadoras, tienen el poder sobre vos.


El vendedor de seguros: el estereotipo de este personaje es siempre el mismo, suerte de abogado venido a menos. Usan trajes baratos y camisas más baratas aún, usan lentes de canchero y la onda de ellos desentona con la formalidad que pretenden presumir. Son densos e insistidores, te quieren endosar un seguro hasta para ir al baño. Se comen los ojos entre ellos por tenerte de cliente y son pesados y charlatanes. Son el típico charlatan de café con matrícula.

El vendedor de ropa: si hay algo que esta gente no entiende es el famoso “estoy mirando” que le decimos los mortales, signo de “no me rompas las bolas, si veo algo que me guste me lo pruebo y te aviso”. Los personajes estos no entienden que con su chamullo barato no te van a convencer de llevarte algo que no te gusta. Te enchufan mil prendas que te quedan como el orto y siempre para ellos “te ves genial y ese color va con vos”, cuando pareces un payaso ridículo y él lo sabe. Son pesadísimos y no convencen a nadie de nada.

El mecánico: no hay nada peor en el mundo que no tener un mecánico amigo. Le llevas el auto porque te pierde aceite y te termina cambiando las pastillas de freno, le llevas el auto porque te hace un ruido el motor y te termina cambiando el radiador. El tipo siempre le encuentra al auto cientos las fallas y te pasa la factura gruesa por arreglarlas. Nunca sabrás si los repuestos son nuevos o reparados, si lo que le hizo es de veras lo que le tenía que hacer y si no te esta cuenteando. No hay precio estándar para los arreglos y se cobra según tu cara de pelotudo.


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