Para los vecinos que viven en Mendoza, los turistas que nos visitan y los pungas que afanan celulares en los colectivos, les contamos que el sistema de transporte cambió desde el primer día del año 2019 y se lo denomina MendoTRAN. A partir de la promulgación de la Ley 9.086 del 31 de julio de 2018 -Decreto Reglamentario 1512/2018, publicado en el Boletín Oficial el 17 de setiembre de 2018- que en su Artículo 1º declara que la presente Ley y sus normas reglamentarias regulan el Sistema Transporte de Pasajeros y Cargas, las condiciones de su administración, prestación y planificación dentro de la jurisdicción provincial, en el marco de un Sistema de Movilidad sustentable e integrado de los distintos medios y modos de desplazamiento.
A raíz de ello, fueron incorporados nuevos recorridos y reestructurados los antiguos, beneficiando a nuevos usuarios y perjudicando a otros, aunque taxistas y remiseros están muy felices. Desde el gobierno pidieron las disculpas del caso y están realizando modificaciones, tomando en cuenta reclamos de usuarios y evacuando dudas en paradas de refugio; en los Centros de Atención al Usuario (CAU), ubicados en cada control de línea; en el sitio mendotran.com.ar y en la aplicación móvil mendoTRAN; o llamando al Centro de Contactos Ciudadanos del Gobierno de Mendoza al número 148 interno 7.
Después de 12 años con el sistema anterior, se reformó toda la «cartelería» para que los pasajeros se ubiquen en los nuevos recorridos y, ante el desconcierto generalizado, el Gobierno de Mendoza habilitó la gratuidad del pasaje por esa primera semana. Una vez impresos y por falta de control y no le busquen otra explicación, surgieron errores en los carteles que dieron pie a toda clase de bromas de café, memes en las redes sociales y notas en periódicos locales; una en particular, es la que indica a uno de los recorridos que pasa por la calle «Feliz Suares», cuatro errores al hilo, lo correcto sería Félix Suárez.
Pero esto no es de ahora y el número cuatro no es una casualidad, sino que existe una relación macabra que roza lo sobrenatural, no es una leyenda urbana y dista mucho de serlo, ya que es posible comprobar con documentos históricos oficiales que existe un leitmotiv entre: 1) el apellido Suárez, 2) los medios de transporte y el tránsito, 3) el nombre Félix y 4) los errores de tipeo; los que inexplicablemente se repiten a lo largo de la historia y que de alguna manera libera a los impresores de MendoTRAN de culpa y cargo, descartando de cuajo que sean unos impresentables, elevándolos a la categoría de suertudos por haber sido honrados con semejante laburo.
Para aquellos lectores que no conocen la calle, incluidos los impresores que hicieron los carteles de MendoTRAN, se extiende por 3,7 km a lo largo de los distritos de Villa Nueva, Belgrano y El Bermejo, en el municipio de Guaymallén; y tiene su origen en calle Bandera de los Andes al sur y finaliza en calle Mathus Hoyos al norte. Dicho esto y para develar el misterio, es necesario trazar una línea imaginaria con dirección sur-norte por calle Allayme, para unir las dichas calles y formar un polígono de cuatro lados. Y emulando al enigmático Triángulo de las Bermudas, estamos en condiciones de informar que estamos en presencia del legendario Rectángulo de los Suárez; en él, no desaparecen barcos ni aviones, sino que se pierden pasajeros y colectiveros al no encontrar la misteriosa calle Feliz Suares.
Para aquellos lectores que no conocen el Rectángulo de los Suárez, incluidos los impresores que hicieron los carteles de MendoTRAN, es necesario volver el tiempo atrás hasta el Siglo 16 y situarnos algunos años antes de la colonización española; en aquel tiempo, existían cuatro caminos troncales para entrar y salir de Cuyo; uno de ellos, era el camino de Goaymaye (Guaymallén, hoy calle Pedro Molina), que era el límite entre las tierras de Peypolota al sur y Ananta al norte hasta llegar a calle Capilla de Nieve, y desde allí en dirección nordeste comenzaba la zona de Taitanquen. Algunos de sus más ilustres y beneméritos habitantes huarpes fueron: Esteme, Coyo; Pilectay, su esposa Estepe y su hijo Goaymaye; Huchiquimi, su esposa Inchuaxe y su hijo Ayguil; Yumututum, Goazap, Guess y más al este el cacique Allalloa.
Con la llegada de Pedro del Castillo en febrero del año 1561, el Rectángulo de los Suárez sería distribuido para huerta y viña entre los integrantes de la expedición, a partir de la intermediación de doña Estepe, siendo Alonso Campofrío Carvajal uno de sus primeros propietarios; al año siguiente, con la llegada de Juan Jufré, el lugar sería desestimado y trasladado al actual Área Fundacional. Luego y según un documento oficial del año 1574, las tierras serían repartidas entre los vecinos españoles: Juan Contreras, Cristóbal Bernal, Pedro Guzmán, Francisco Hidalgo, Antonio Chacón, Diego Cabrera, Sancho García, Andrés Paez, Juan Herrera, Francisco Mena, Diego Loayza y otros; las que eran regadas por la acequia de Goaymaye, que tenía su origen en la calle Elpidio González y de ahí tomaba por calle Las Cañas y seguía su curso por calle Allayme.
Para comenzar a armar los 4 lados del Rectángulo de los Suárez y teniendo como fuente documental al Archivo General de la Provincia de Mendoza, es necesario situarnos en el día 12 de noviembre de 1753, fecha en la que Andrés Gómez y su esposa Luisa Morales le venden a Alejandro “Suárez”, nueve cuadras de tierra que tienen por límite oeste a la acequia de Goaymaye, según escritura declarada a fojas 54 del Protocolo Colonial 62 del escribano Gaspar Castro. Es decir, que la propiedad comercializada estaba dentro del rectángulo, lo que nos proporciona el “lado 1” de él.
Ya sabemos que en la zona donde está la calle Félix Suárez alguna vez habitó un Suárez; para determinar el “lado 2” del rectángulo y relacionarlo con un medio de transporte, es necesario citar los testimonios de Antonio Gutiérrez, Marcos Flores, Francisco Silva Sosa y el escribano Francisco Videla, que certificaron el 23 de enero de 1754, un convenio para transportar 87 botijas de vino, 14 de aguardiente y 4 de aceitunas, que serían entregadas a Pedro Güiraldes en Buenos Aires, a razón de 500$ el costo del flete de cinco carretas de propiedad de Pablo Puebla y Alejandro “Suárez”; siendo rubricado el mismo a fojas 15 del Protocolo Colonial 65. A simple vista, el rompecabezas de a poco se conformaba y faltaba comprobar la existencia de los “lados 3 y 4” del Rectángulo de los Suárez.
Fue necesario esperar seis largos años para cerrar el cuadrilátero; cuando doña Petrona Salinas emitía su testamento un 8 de mayo de 1760, y en él declaraba que el negrito llamado “Felis”, de 7 años de edad, se lo dejaba a fray Joaquín Coria, su sobrino, con el cargo que le dijera una misa rezada en la festividad de Nuestra Señora del “Tránsito”, todos los 15 de agosto de cada año; certificado el acto en la foja 138 del Protocolo Colonial 74 del escribano Gaspar Castro. Doña Petrona era la madre de Andrés Gómez, que le había vendido las tierras a Alejandro “Suárez” en 1753. Por lo que “Felis”, al ser esclavo de doña Petrona, residía dentro del Rectángulo de los Suárez; sumando al combo, el hecho que el nombre estaba mal escrito y que la dama era devota de Nuestra Señora del “Tránsito”.
Pero el Rectángulo de los Suárez nos depararía una sorpresa más, aunque nos hizo pensar que un error de ortografía tan brutal había ocurrido una sola vez en la historia y en nuestra época a pesar de tener tanta tecnología, no sería así; ya que un 29 de abril de 1778 se presentaba la negra Juana ante el escribano José Lagos, y declaraba que canjeaba su carta de libertad en favor de su marido esclavo, hasta tanto éste se hiciera del dinero necesario y luego del pago respectivo, la liberara y ambos dejar la esclavitud. El Protocolo Colonial 104 sería testigo de un error de ortografía que 240 años antes se cometió con su esposo al igual que MendoTRAN lo hacía con la cartelería en el año 2019; ya que en la foja 57 se hacía alusión a Felis Suares y en la foja 60 a Felix Suares, su marido y ya corregido.
El misterioso Rectángulo de los Suárez quedaba definido y confirmada su existencia. En el que un campo magnético afecta a plumas, lapiceras e impresoras digitales y se manifiesta en faltas de ortografía al escribir hasta en el más erudito en el idioma. Dos épocas distintas y errores de tipeo similares, aunque por aquellos años no existían los acentos en documentos judiciales, ya existía la palabra… “vergüenza”, pero si no es parte de tu vocabulario no la busques en el diccionario, no entenderás su significado. Aunque el Félix citado en la nota no es el que la da el nombre a la calle, estamos en condiciones de afirmar que Félix fue liberado y fue Feliz… porque al transitar por los caminos de la libertad, te alejas de las huellas que deja la esclavitud.
Es excelente. De lo mejor de la historia digital mendocina. Felicitaciones.
Espectacular. Impresionante. Vamos por más de estas historias, por favor!
Gracias Nilo y Lobesia, una genia total. Hay documentos históricos que comparados con la actualidad nos hacen entender que lo que hoy vivimos no es de ahora, sino que es un arrastre de mañas de muchos años; por ejemplo, la ampliación de la Alameda se hizo a partir de multas de tránsito y multas en general: “Interesado este Gobierno en la conclusión del adorno del Paseo Público (hoy Alameda), no ha podido desatender la representación del Señor Regidor Juez de Policía que con fecha de ayer le ha elevado, demostrando que el precario y eventual ramo de multas de galope (multas por exceso de velocidad de a caballo) no es bastante para llevar a su finalización la obra de que está encargado y en su consecuencia ha acordado hoy el decreto siguiente: Oficiese al Muy Ilustre Cabildo y Alcaldes Ordinarios, que los fondos que hubiere existentes de las multas exhibidas por los bandos de buen Gobierno u otras causas, y en lo sucesivo se exigiesen hasta la conclusión de la citada obra, los ponga a disposición del Señor Regidor representante y a quien se le avisará en contestación para los efectos consiguientes”. Oficio de José de San Martín al Cabildo, Mendoza 28/2/1816. (Fuente: Documentos para la Historia del Libertador General San Martín, Tomo 3, Página 245). Con respecto a los nuevos carteles de MendoTRAN, no los he visto todavía, creo se están reciclando los antiguos, esperemos que los hagan con un tamaño de letra que pueda ser leída por los mayores de 40 años.
Si se observa al pie del documento 57, en el último renglón figura un tal Josef Almeyda; que era el patrón de Felix Suares y es quien permuta la libertad con Juana a cambio de la de su marido ese 29 de abril de 1778. Algunos años antes, el virrey Juan Joseph de Vértiz envía una carta a Mendoza con fecha 20 de mayo de 1772, en la que dice: “por dos cartas de 18 de enero me participa Vuestra Majestad, que ha dispuesto de acuerdo con la Junta Municipal, se excusen los diarios pregones para la venta de los bienes muebles de Temporalidades por no causar costos, habiéndolos puesto en Josef Almeyda, para que los venda con la mayor atención al beneficio de estos fondos, después de instruido el público bastamente de esta disposición por medio de carteles que se han fijado” (Fuente: Archivo General de la Provincia de Mendoza, Carpeta Colonial 45, Documento 8). A raíz de la expulsión de los Jesuítas en 1769, sus bienes fueron puestos a remate (viñas, esclavos, molino, ganadería, etc) y fue Almeyda el encargado de pregonar los remates y de fijar los “CARTELES” en las calles de la ciudad para que los vecinos se anoticiaran de los mismos; difícilmente Almeyda se ensuciaría las manos colgando carteles, por lo que, seguramente algún esclavo suyo lo haría y siéndolo Felix, existiría la posibilidad que lo haya hecho él; aunque no lo puedo comprobar por falta de documentos históricos. Sumando así, una posible relación más entre lo dicho en la nota y la cartelería de MendoTRAN, ahora con los carteles de don Almeyda.