Es recurrente el tema de los fuegos de artificio año tras año, desde noviembre comienzan los memes y las chicanas en redes sociales, hasta que en diciembre se pone heavy la cosa y ya se tiran con munición gruesa; desde insultos y “bloqueos” en las redes sociales, hasta manifestaciones en la legislatura y viejas hablando como campechanas en los canales de aire menducos.
En Mayo, la secretaría de ambiente de la provincia envió a la legislatura un proyecto de ley que prohibía la tenencia, acopio, fabricación y expendio al público de pirotecnia en todo el territorio provincial. Puntos más, puntos menos, leyes similares rigen en Neuquén, Tierra del Fuego y en algunos municipios del país. El proyecto prevé que únicamente el Estado pueda utilizar pirotecnia en eventos o celebraciones de interés general, como la Fiesta de la Vendimia donde los fuegos artificiales son ya una tradición.
A mediados de este mes la ley se aprobó en siete departamentos: Tunuyán, Tupungato, Luján de Cuyo, Godoy Cruz, Maipú, Malargüe y la capital. Además se podrían sumar Las Heras y San Rafael.
De todas formas el gobierno provincial adelantó oficialmente que “estas fiestas podrían ser las últimas con pirotecnia ya que la idea es que el 2018 comience con la prohibición de venta y uso de pirotecnia en todo el territorio mendocino”.
Ahora vamos a los dos bandos…
En contra
Quienes están en contra de el uso de fuegos artificiales y a favor de esta ley se apoyan en tres puntos claves:
Joden a los animales: especialmente a los perros que tienen el sentido del oído más agudo y padecen estos ruidos.
La organización Ecológicos Unidos celebró cada punto de la normativa. “Nosotros apuntamos a que sea un beneficio para los animales, sobre todo los domésticos”, precisó Gabriel Flores, referente de la agrupación.
Joden a las personas mayores: por considerarse ruidos molestos que irrumpen con su tranquilidad.
Quienes padecen alzheimer o demencia senil sufren mucho el impacto de los petardos, o las personas que tienen hipertensión o problemas del corazón.
Joden a los chicos con autismo: este el punto más influyente.
Carina Benítez y Noelia Leno, mamás de Franco (19) y Alma (8) e integrantes el grupo Déjame Entrar TGD, lanzaron una campaña vía redes sociales que busca concienciar a la sociedad sobre el daño que le ocasionan los estruendos a sus hijos. Explicaron para un diario que el objetivo de la iniciativa es lograr que la comunidad sienta empatía y se solidarice con los niños con autismo que sufren con el sonido de la pirotecnia.
“Mi hijo, como muchos otros con diagnóstico de autismo, tiene hipersensibilidad auditiva, por lo que cada vez que siente un estruendo él se pone muy mal y el panorama es muy triste. Él me indica que le duele la cabeza y ese malestar lo lleva a correr por toda la casa, romper cosas y autolesionarse”, comenzó a relatar Carina y siguió: “La situación es tan preocupante como triste para toda la familia”.
Noelia, por su parte, hizo hincapié en que a su pequeña la situación no la altera sino que la angustia. “Hemos pasado navidades las dos solitas, encerradas en su pieza o en un auto, con ella tapándose los oídos, llorando”, dijo y completó: “Es una situación que desespera, porque uno hace todo el año terapias para tratar de evitar o prevenir las crisis, pero esto es algo que no lo podemos manejar, porque no está a nuestro alcance”.
A favor
Matías Abraham, de fuegos artificiales Big Bang, explicó que la decisión de las siete comunas de prohibir la comercialización de estos productos perjudica seriamente al sector, que emplea, en plena temporada, entre 700 y 800 trabajadores.
“La mercadería que traemos, como la que va a todo el mundo, viene de China y son productos que ya compramos y ahora no tenemos dónde comercializarla; yo pagué todos los impuestos por esto, no me dedico al mercado ilegal”, comentó.
Desde la Cámara Argentina de Fuegos Artificiales aseguraron no haber sido consultados en este proyecto. “Esta iniciativa es producto del fanatismo contra una actividad que se desarrolla dos veces al año, el 24 y el 31, durante no más de media hora. Creemos que hay una negación de las cosas, los fuegos artificiales se tiran porque la gente los disfruta y no van a dejar de hacerlo. Los van a ir a buscar a otras provincias o los van a comprar cuando se terminen los controles”.
Más allá de estas personas, que tienen intereses económicos sobre el asunto, hay muchísima gente que disfruta tanto de lanzar fuegos artificiales y petardos, como de observarlos. Grandes y chicos se divierten entre luces y ruidos.
“Yo me siento nuevamente como un niño cuando tiro petardos, es algo que lo hago desde chico con mi papá y ahora lo disfruto con mis hijos”, cuenta Enrique Flores, vecino de Godoy Cruz.
“A las doce brindamos todos en la mesa y esperamos ansiosos poder salir a la calle a tirar petardos, toda la familia disfruta ese momento. Los más chicos corren a los autos a buscar en los baúles las bolsas de cuetes y los más viejos se alegran de ver a los pibitos correteando entre risas. Los jóvenes se encargan de los ruidos y los viejos de las luces, es un momento familiar y casi un rito para nosotros”, asegura Ricardo Tapía, vecino de Rodeo de la Cruz.
“Vamos a Chile a pasar el 31 porque nos encantan los fuegos artificiales, es otro de los puntos fuertes de la vendimia, son solo dos días… me parece que es una medida estúpida”, cuenta Agustina Fernández de Luján de Cuyo.
¿Y vos? ¿Estas a favor o en contra? ¿Y por qué?