/10 consejos para pegarle una buena garchada a él

10 consejos para pegarle una buena garchada a él

Querida Mendolotuda, ¿queres quedar como una “loba”? ¿Queres ser una “perra” en la cama? ¿Queres que él sepa lo bien que garchas? Entonces esta nota es para vos, porque en esta ocasión voy a dejarte los “tips” que tenes que seguir si lo que queres es pegarle harta garchada a tu pareja, marido, novio, chongo, hueso, amante, etc. No hace falta que hayas culeado años o que cientos de víctimas hayan gastado tus sábanas, simplemente tenes que seguir estos consejitos.

1- Sorprendelo con lencería hot

Si el encuentro no es planeado y de repente te saca la ropa y se topa con una tanga estilo “hilo dental” el chabón se va a sorprender. Una mina entangada es una mina preparada, dice Fernando Hidalgo en sus aforismos, así que cede cachete y leopardizá tu cola.

2- Pelos no

Insisto, una mujer depilada, es una mujer preparada. Una nunca sabe cuándo de hacer la cola del banco pueden pasar a hacerte la cola en un banco, por eso, cueste lo que cueste, duela lo que duela, moleste lo que moleste, hay que tenerla siempre depilada. Los pelos son signo de que te chupa un poco un huevo coger, ya que tu sexo pasa por otro lado… y no es así. Aprendé del porno.

3- Besos de fuego

Antes de siquiera rozarle el miembro, recomiendo chupetearlo entero. Besarle el cuello, el pecho, la pera. Los besos de fuego encienden el motor y son brindados por las que saben.

4- Sexo oral

Un coito no es completo si no hay tirada de goma de por medio. Ojo… esto puede ser contraproducente, porque no hay nada menos sensual que una mina que no sepa tirar la goma, como así tampoco hay nada más placentero. El secreto está en dos puntos: la saliva y el movimiento de la mano. Con una mano apretale la base de la poronga, para que se le pare al palo, con la otra mano masturbalo en forma circular, mientras le chupas la cabeza del pito y con esa misma saliva lubricas los movimientos. Luego podes masagearle los huevos, escupirlo y lamerlo como un helado, ¡siempre mirándolo!

5- Bamboleo

Pasas tantas horas bailando como una boluda con tus amigas en un boliche y te olvidas de que motivo fundamental de ese “perreo” desenfrenado. El mismo es perrearle a tu pareja encima de él. Aprendé a mover la cadera, bamboleándote sobre él y lo vas a dejar desarmado. Si logras mantener tu torso firme, moviendo solamente las caderas, estilo odalisca, lo vas a volver loco. Es un movimiento que se aprende garchando o bailando, ¡aprovechalo mamucha!

6- Golpes

El sadomasoquismo es un extremo de lo que es placentero hacer. El hombre, por su condición de macho alfa, no está acostumbrado a recibir órdenes… hasta que viene alguien más violento que él. Ponete en jefe y pegale unas cachetadas, arañalo, tirale el pelo, ecupilo, ahorcalo (no te pases porque lo podes matar), mordelo, todo con una violencia medida y sensual.

7- Gemidos y gritos

Al hombre le calientan los gemidos, mucho más los gritos. Es como que se sienten poderosos, vigorosos y que las están descociendo, por eso les gusta. Si no sos de gritar, fingí. El gritito tiene que ser medio ronco, a ritmo con cada estampida. Esto los vuelve locos.

8- Ponete como más te gusta

Esta bueno dejar que él haga todo el laburo, pero está mucho mejor si sos vos la que practica la posición donde más siente. Él va a terminar igual, en la pose que te pongas, pero vos no, vos sabes cómo acabas más rápido y mejor, así que ponete en esa posición y que él te de bomba. Una mujer que encara es una mujer que sabe lo que quiere.

9- No termines si terminaste

Si acabaste, está bueno descomprimir, parar el ritmo, aflojarle un toquecito, pero no parar, ni abrazarlo, ni esperar que te diga cosas lindas. Él todavía está al palo, así que deja el romanticismo de lado y seguile dando matraca. Se sabe que estas más sensible allá abajo, por eso digo que no sigas igual de duro, pero si parejo. No le bajes la lívido con histeriqueos de enamorada.

10- Acabar en lugares exóticos

Un signo de sapiencia sexual femenina es, una vez que la mujer terminó, hacerlo terminar a él chupándole la poronga. La forma es la misma que explicamos en el punto cuatro, solo que tenes que tener en cuenta algo muuuuuy importante: en el momento justo que esté por terminar, cuando precisamente esté eyaculando, no tenes que ni siquiera rozarle la cabeza del miembro. En ese momento está todo muy sensible y si le pasas la mano, arruinas todo. Hay que dejar que la cosa fluya libremente y mientras más exótico sea el lugar donde termine todo el misil, más excitante es (boca, ojo, nariz, pera, tetas, cola, panza, etc.).