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10 motivos por los que me da asco el Mendolotudo

Mi rutina diaria arranca con una revisión general de las noticias de Mendoza en los diarios Online. Abro mi Facebook, le doy una miradita a Twitter y arranco mi día. De esta manera trato de mantenerme informado… hasta que de pronto, aparece El Mendolotudo.

Debo reconocer que no soy un amante del humor, o sea, no es que no me guste, sino que no es mi fuerte, por ese motivo, y prejuzgando por el nombre, no me llamó la atención entrar.

Pasaron varios meses y la palabra “mendolotudo” resonaba en varios lugares; entre mis compañeros de trabajo, entre mis familiares y amigos, entre las amigas de mi esposa e incluso hasta mi esposa misma. Por lo que me decidí darle una miradita a esa tal web.

Lo primero que vi no me gusto… tampoco lo último, pero entre esa “primera” vista y la última, pasó mucho tiempo. Les aseguro que antes de emitir esta crítica, que por más que sea devastadora, no pretende ser destructiva, me he tomado el tiempo de analizar casi todas las notas, a todos los autores y a muchos de los comentaristas, tanto habitués, como el inconsciente colectivo de los esporádicos. He llegado al punto de leer los títulos y saber casi con exactitud quien es el autor, quienes van a comentar, a quienes les va a gustar y quienes van a obviar su opinión antes de discutir. Todo esto es para que tengan una idea de que no soy un típico criticón que viene de afuera a matar la creatividad de mis coterráneos.

Fue así que me decidí mandarles esta nota para la sección “Mendoza Escribe”, con la certeza de que la iban a subir. Por el simple motivo de que defienden a muerte lo único que me parece respetable de este proyecto: la libertad de expresión. Claro está que hay notas que atentan contra los mismos autores de la web y sus fuentes de ingreso y sin embargo están ahí para los ojos de todos. El título que usé es el mismo que sigue la “línea” editorial Mendolotuda.

Pasado este prólogo, paso a contarles cuales son los diez motivos por los que El Mendolotudo me da asco:

  1. Más allá de que cubren todo con un aparente “humor”, es prácticamente demagógica la corriente xenofóbica que hay en varios de los escritores. Una cosa es el humor y otra la discriminación palpable con la que trazan el odio hacia la clase baja. Lo peor de todo es la seguridad con la que se expresan en las nota de este tipo y que encima lo hagan atrás de espantosos pseudónimos.
  2. La homofobia es uno de los “leitmotiv”  de El Mendolotudo. Más allá de que la ignorancia de quienes lo divulgan los lleve a defender férreamente la idea de que es “solo humor”, es un tema que cansa, desgasta, aburre y genera repudio. Pareciese como si los miembros del staff que hablan descaradamente sobre las minorías sexuales desconociesen que la homofobia es una aversión obsesiva y destructiva de la condición humana.
  3. El otro “leitmotiv” es el machismo y el feminismo en su más culmine expresión. Nuevamente intentan esconder tras una finísima máscara de humor la incesante y constante alusión al machismo y al feminismo, dos conductas abominables y separatistas, que solo fomentan la desigualdad y el sexismo.
  4. Está más que claro que absolutamente ninguno de los miembros del staff es periodista y más allá de que el 99% de las notas carecen de rigor periodístico, es algo que ni siquiera se interesan por ahondar. O sea, no digo que haya que ser periodista para escribir, pero a veces creo que desconocen la magnitud que han alcanzado y la cantidad de gente que los lee y que defiende sus ideas, tan vagamente expuestas. Está exacerbado el uso de la herramienta de “opinión” en las notas, sin siquiera preocuparse por averiguar la más mínima de las fuentes.
  5. La postura tanto de escritores como de comentaristas habitués frente a la diversidad de opiniones es terriblemente espantosa, agresiva y vulgar. ¡Ni se les ocurra opinar distinto al creador de la nota u ofenderlo! A ver… ¿Cómo pretenden que un comentarista opine distinto a ustedes y lo haga con “respeto” cuando el título de la nota y todo su contenido carece del más mínimo cuidado? Escriben una nota agresiva y si les responden de manera agresiva, agravian aún más al comentarista. En nada enriquece a la opinión la intolerancia con la que se manejan al opinar.
  6. No tienen errores ortográficos, gramaticales y de sintaxis, sino horrores. Y no adjudico esto a la falta de conocimientos lingüísticos o literarios de los que escriben, sino otra vez a la desidia y liviandad con la que escriben las notas. Estoy seguro de que vomitan los textos y los mandan sin siquiera una revisión previa o una lectura comprensiva para saber si se entiende lo que quieren escribir, ni tampoco una simple y llana pasada del corrector ortográfico de Word.
  7. Hay notas que generan gran expectativa por sus títulos y adentro carecen de contenidos, pareciese como que a veces se ven obligados a escribir y este error se nota a la legua. Por otro lado hay notas de excelente contenido pero de título pobre y poco llamativo, lo que lleva a que se pierda en el olvido, pasando sin pena ni gloria.
  8. Personalmente no me hacen reír en lo más mínimo. ¿Y porque lo pongo como un punto a criticar? Pues porque es lógico que le dan lugar a cualquiera que quiera escribir, sea o no del palo de los que lo comandan, pero solo aceptan gente que utilice el mismo burdo, insolente y mal educado humor que ellos. Si “el árbol no les tapara el bosque”, podrían saber seleccionar escritores que tal vez no los hagan reír a Bomur y Conep, pero que si hagan reír a un tipo como yo. Y esto, es lógico que no lo hacen con mala intención, sino porque no se dan cuenta. Ninguna de sus notas me ha esbozado una sonrisa jamás.
  9. Otro punto altamente criticable es el uso y abuso de malas palabras. No digo que no se deban usar, aún hasta cuando no escriben sobre humor, sino que el mal uso de ellas implica que el texto quede grotesco, mal educado, mediocre y absurdo, incluso le juega en contra al mismísimo fin de la nota.
  10. Es chocante con el libertinaje que se manejan. Una cosa es que se hagan los informales y los desacatados y otra completamente diferente es perder todo respeto por los medios. Un claro ejemplo de esto es con la liviandad que minimizaron un lugar en una radio y que día a día minimizan. En la radio MDZ se fueron de un día para el otro sin desparpajos, cuando cientos de profesionales darían la vida por tener al menos un lugar ahí. Este punto quizás se me mal interprete, o sea, yo sé que esto lo hacen “por amor al arte” y que lo que les gusta es escribir, pero en su afán de seguir con este “hobby” han perdido noción de las cosas que generan y la importancia de ello.

En conclusión, es notoria la irreverencia de la gran mayoría de los integrantes, porque desconocen por completo en el lugar que están. Quieran o no son comunicadores, se han hecho un lugar muy importante entre los jóvenes (y no tan jóvenes de Mendoza), están en boca de todos y digan lo que digan la gente los lee. Probablemente cuando lean esto crezca su ego ridículo, ojalá puedan aprender más que agrandarse. Estoy convencido de que tanto los dueños de los principales medios de comunicación de Mendoza, como los periodistas que en serio que ahí trabajan no dejan de sorprenderse por el lugar que se han ganado, cuando El Mendolotudo es un producto ordinario, carente de línea editorial seria, insolente y extremista.

Y, por último, quiero que antes de destrozarme con comentarios que en nada aporten ni que nada construyan, quiero que entiendan que estas líneas no pretenden ser más que una crítica constructiva, con la rigurosidad y la importancia que amerita el tema para que lo acepten y lo entiendan. Es la voz de todos a los que no nos gusta lo que hacen, que no nos parecen graciosos, que nos parecen altamente inflamables y nocivos para la sociedad.

Los aprecio y desprecio en igual medida, porque quizás en el fondo… son el fiel reflejo de Mendoza.

Escrito por Enrique Rosi para la sección:

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