/17, una señal a la desgracia (anécdota de un telo)

17, una señal a la desgracia (anécdota de un telo)

Cuando caminas por una calle y de repente ves una escalera ¿la esquivas? ¿cruzas de vereda cuando ves un gato negro? ¿Alguna vez rompiste un espejo y te sentiste terrible porque tendrías mala suerte durante los próximos siete años? Bueno.. seguramente el 99.9% de las veces ni bola les diste y seguiste caminando.. Pero sí muchas veces te pones contento cuando encontras un trébol de 4 hojas y decis con cara de pelotudo “¡voy a tener suerte!”, o cuando te pica la palma de la mano y crees que vas a recibir plata.. Esas son señales, algunas supersticiosas, otras propias de la creencia popular..

Todos en algun momento de nuestras vidas se nos han cruzado distintas señales, algunas buenas, algunas malas.. Hay miles de señales.. Señales como cuando hace muchisimo que no ves ni hablas con alguien y de repente ves su nombre escrito en una pared con un graffiti y es el momento en donde agarras el celu, buscas su nombre en la libreta de direcciones, la llamas y la invitas a salir para recuperar el tiempo perdido y de paso tratar de arrimar el bochin.. a lo mejor tenes suerte y te entrega..

Si te pones a pensar mas friamente, ¿cuántas veces hemos dejado pasar señales de las buenas? Miradas, sonrisas, algun que otro palo o indirecta.. Nuestra mente tiene que saber si en realidad es una señal o solo una casualidad.

Si hablamos de las señales supersticiosas, según los quinieleros el “13” es la yeta, la mala suerte.. aunque para muchos es el número de la suerte.. ¿Qué raro somos no?

Tambien se dice que el “17” es la desgracia, bueno.. una vez tenia que hacer un tramite super importante y cuando saqué número, me tocó el 17.. si algo malo tenía que pasar ese día es que te toque también el box 13.. bueno.. paso! ¿Y cuál fue el resultado? Putié a medio mundo y salí demasiado decepcionado del lugar sin lograr mi cometido.. un día muy triste.. un día del orto!

Son esos momentos en que dudas si tenés que creer o no en estas cosas..

Un día conocí a una flaca por facebook, después de varios “me gusta” y varias conversaciones de chat decidimos conocernos.. una vez.. dos veces.. ya a la tercera vez con un poco más de confianza decidimos ir al telo para continuar lo que la noche anterior no se pudo terminar por otros motivos.. El tema es que entramos, pido la habitación, y el flaco de la recepción me entrega la llave de la habitación número 17! En ese momento dije en voz alta: “¡Oh no! ¡La desgracia!”.. la mina me miró y me dice “¡Culiado, no llames a la mala suerte! Entremos y pasemosla bien” (Una grossa total).

Entramos a la habitación, empezamos a besarnos, a calentar el ambiente, de repente me dijo que pidamos un porroncito, llamo, pido la Quilmes, nos la tomamos escuchando Rock, hasta ahí todo mas que bien.. De nuevo a la accion, no se si fue la cerveza, o los nervios de querer que pase una buena noche, o el rock de fondo, ¡no se! El tema que el amigo nunca despertó.. ¡Me queria morir! Deci que la flaca con toda su experiencia Wandanezca bajó y su magia hizo que esa noche terminara bien, por lo menos hasta ese momento.. (¡Sos una grossa!)

El momento mas preocupante y “desgraciable” de la noche fue que cuando salimos no tenia la llave del auto.. Esa maldita costumbre de cerrar la puerta con el seguro y no con la llave.. Si si, ¡la llave adentro y todas las puertas con seguro! Creo que hasta mi pobre madre recibio una que otra dedicatoria por mi parte.. ¡Que hacia! ¿Llamar un cerrajero? Mmm no, no daba hacerlo venir a un telo.. La flaca llamando a la recepción pidiendo un “martillo” para romper el vidriecito de la puerta de atrás, mientras yo me envolvia la mano con una toalla para darle piñas y piñas al vidrio que de nada sirvió.. (quise hacer como el negro de “rapido y furioso”).

Cuando en una de esas veo que la flaca sale del garaje y me trae una piedra mas o menos grandecita.. “¡Buenisimo! ¡Chau vidrio!” dije yo, no solo que rompí el vidrio sino que mi mano quedo envuelta de vidrios y tajos, corriendo al baño para poner el brazo bajo el agua fria. Y yo por dentro decia “¡Por que mierda dije ‘La desgracia’!”. Nuevamente, mientras yo me envolvia el brazo con una toalla a la cual la deje roja, la flaca llamando a la recepción para explicarle al chabon (que a todo esto de debe haber cagado de la risa) que ya habia roto el vidrio y de paso que si podia mandar a la habitación vendas, pervinox y demas.. El chabon se re portó, al toque me trajeron alcohol, pervinox y unas servilletas de papel a falta de gasas. Me desifecte, y nos fuimos..

¡Diganme si esto no es “CREER O REVENTAR”!

Agradezco a la flaca que se vistió de Wanda para salvar la noche y al chabon de la recepcion del telo por su buena onda!

Consejo: Si van al DUNA y les toca la habitación 17, ¡decile al flaco que te la cambie!

 Escrito por Capitán Garfio para la sección:

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