Pajero cibernético

Agregar a la mina a Facebook, agradecerle por aceptarlo, saludarla por mensaje privado, ante la inexistencia de respuesta, mandarle un toque, comentarle fotos, ponerle me gusta en cuanta pelotudez publique, mandarle mensaje privado, ante la eliminación de su lista de amigos, volverla a agregar, mandarle mensaje privado. Pajero bloqueado. ¿Hasta cuanto toleras los “no” máquina imparable de desvaríos y fracasos?

Pajero de barrio

Chiflarle por la calle a la mina que pasa, ante la ignorancia de la misma gritarle alguna atrocidad, chiflar, gritar,chiflar,piropo subido de tono,la mina se aleja, no mira, no nada. Siempre me pregunté ¿qué espera esta clase de pajero de alto rango?, ¿que la mina se de vuelta y le diga “muchas gracias por tu chiflido,me gustó la entonación, tenés oído, salimos?” Estaría bueno porque empezaras replanteándote si con casi treinta pirulos esta “piola” invertir el 70% de tu jornada diaria en el kiosko de Doña Elvira escaviando porrón del pico… no sé, digo.

 

Pajero borracho (generalmente en boliches) 

Como si el alcohol los hiciera verse más lindos aprovechan del estado para encararse a cuanta mina vean, ya no importa si es muy linda o no, lo que no entienden es que la cara de pelotudo la siguen teniendo y ahora más potenciada. En sus rengas neuronas debe circular la fehaciente idea de “hoy garcho”. Lo más patético de todo es que, luego de sesenta o setenta encares perdidos, si la mina le dice que no, el tonto del bosque se pone violento y agrede con algún improperio de baja monta, momento ideal para tener amigos de seguridad que le propicien un merecido correctivo.

Pajero en whatsapp

Saludan, preguntan por la vida, estudio, trabajo (cosas que les chupan un huevo y la mitad del otro), piden foto para ver como está actualmente, piden alguna fotito más osada, la meta es la paja, todo en su vida es la paja, viven por y para la paja. Pajeros que terminan bloqueados, eliminados o pajeandose con alguna porno. Suelen padecer el síndrome HHH y muchas veces son reincidentes. Típica es que te pasen un whatsapp a cualquier hora con contenido absurdo y haciendo alusión a un “error” intenten comenzar una conversación… ilusos, se creen que somos chotas.

Pajero laboral

No hay nada peor que llevarte mal con tus compañeros de laburo, sobre todo si comparten oficina o espacio de trabajo. Pero de ahí a tener que fumarte al cara de zozobra y eyaculación temprana de tu par es algo cansador y motivo de renuncia por justa causa. El working paja está todo el día relojeándote cual fisgón morbosón simpsoniano. Intenta ridículamente compartir actividades, tareas, responsabilidades o cualquier cosa con vos con tal de rozarte una mano, o cruzar una palabra con vos. Confunde tu buena onda y te quiere atinar en cualquier lado. Ni hablar de encontrarlo en otro ámbito. Lo peor de todo es que es fija que tenga mal aliento.

Pajero deportivo

Debe existir un 1% de mujeres que les guste ir a encerrarse entre cuatro paredes con un montón de deformes arruinados por los anabólicos, olor a chivo, olor a bolas, rodeada de fierros y espejos. Pertenezco al 99% que odiamos los gimnasios pero recurrimos a ellos por necesidad y urgencia. Si encima de tener que ir te tenes que bancar al insoportable que quiere “compartir series” con vos, que te quiere “recomendar” cómo hacer tal o cual ejercicio, que te atormenta a preguntas sobre lo que “buscas” con venir al gimnasio y que termina preguntándote a qué hora vas a venir para “coordinar” con vos, es too much. ¡Por favor que alguien me ahorque con una barra o que me entierre una mancuerna en el cerebro así muero en paz! Luego de dos amagues, ¿no te enseñó tu papá que debes huir hacia otra guerra, soldadito de plomo?

Pajero académico

Llegar tarde a cursar, que quede un solo asiento, que justo sea el de al lado del paja numer one del curso, no quiere decir que estés perdidamente enamorada de él y te lo quieras fornicar en los pasillos de la facu. Bue… esto él no lo entiende e intenta innumerables cantidades de veces de arrimarte la carretela. Comienza por acciones elegantes y hasta simpáticas, como invitarte un café, preguntarte si has estudiado u ofrecerte acercarte hasta tu casa, pero tristemente termina humillándose a niveles infra mundiales, ofreciéndote exámenes completos, acosándote en cada rincón y hasta marcando territorio cuando otro espécimen intenta hablarte.

Escrito por Bibisnm para la sección: