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¿Con qué integrante de una banda musical te babeas?

Cada vez que veo una banda poco conocida, en un bar o pub o fiesta con show; mis ojos se pasean por cada uno de los tipos que dejan de ser chabones comunes para convertirse en rockstars por unos minutos. Me fascina cómo su lenguaje corporal cambia una vez que ponen sus manos en su queridísimo instrumento, cómo se comen al personaje y cómo  parecen poseídos, poniendo una cara de grosos que da risa.

De más está decir que por más ridículos que se vean, casi todas las mujeres estarán fantaseando con alguno de los integrantes, cosa que en la mayoría de los casos termina con el último acorde. Y hete aquí que, si ninguno destaca y se lleva todas las miradas por riquísimo, una se termina ratoneando casi siempre con el mismo: el cantante, el guitarrista, el bajista, el batero, el tecladista, o el de los vientos (saxo, trompeta, etc). Es algo inherente a la personalidad de cada efímera gruppie, y ahora paso a explicar por qué:

Cantante

Es el que se lleva la mayoría de las miradas por la sencilla razón que es el que está al frente y “lidera” la banda. Pero las que mueren por voltearse a un cantante, son las chicas que se derriten ante un buen verso. Les gusta que les hagan un poco el chamullo y si escuchan 25.000 veces “sos la más linda” no creen que es porque los tipos no tienen imaginación, sino porque realmente son las más lindas de todas (y puede que así sea). Esta chica cuida mucho su look y le gusta llevar un toque distintivo que llame la atención, sin perder el buen gusto. Además le gusta que las demás féminas la envidien cuando la ven del brazo de su novio, y para asegurarse de ello le eligen la ropa, el calzado y el corte de pelo.

Guitarrista

Primera o segunda guitarra, es lo mismo. Estos chicos son los que más cara de copados ponen y casi siempre están concentradísimos, mirando para abajo o con los ojitos cerrados. También se llevan muchísimos suspiros: será porque tocan la guitarra como acariciándola, o porque hacen un movimiento pélvico que a mí me hace dudar si en el reverso no tendrá un agujerito…  Bueno, las guitar-lovers son chicas a las que no les importa tanto si el caballero llama la atención de los demás, pero consideran fundamental que el muchacho las adore como si fueran diosas caídas del Olimpo. Les gusta que las apoyen y las manoseen bastante, en lugares públicos o privados, y si es con los ojitos cerrados y calladitos mejor.  Son de corte hippon  o muy muy chetas, les encantan los aros gigantes y los labios muy pintados. Si consiguen de hecho un guitarrista sufrirán como negras: nunca pero nunca ocuparán un lugar superior al de su amada guitarra agujereada, a la que tocan desde que se levantan hasta que se acuestan con ella en los brazos, la lustran y le compran cuerditas y puítas y funditas, mientras que a ella le tocará de regalo de cumple una canción dedicada (que la viene practicando a su lado desde hace 2 meses).

Bajista

No son muy populares pero a algunas les fascinan. Son tipos que también saben tocar la guitarra pero que se sienten más cómodos con un sonido menos llamativo. Menos llamativo pero fundamental, es el que lleva el ritmo y marca el paso a los demás. Por lo tanto, la mujer que tiende a mirar al bajista, un poco más escondido que el resto pero con mucha personalidad; inconscientemente busca a alguien de carácter, que sabe lo que quiere (o al menos eso parece), que no se va a dejar mandonear como niño chico y que le va a poner los puntos sobre las íes apenas ella se zarpe un poco de metida o de caprichosa. Son chicas alegres, que disfrutan mucho gastando al prójimo y poniendo los apodos más originales; son generosas y de gran corazón, aunque tienden al yo-tengo-la-posta en cualquier tema que se hable. Se las distingue por sus peinados estrambóticos y su incurable manía de hacer arte con cualquier papelito, cartón, corcho, tapita o miguita de pan que se les ponga en las manos.

Tecladista

Es en general, el que más estudio musical tiene, y en grado proporcional, menos onda. Va a tocar lo más decentemente vestido que pueda sin desentonar con el resto de la banda. De dedos ágiles, hace pulular los ratones de mujeres más maduritas, que se imaginan los juegos digitales que el músico haría con su cuerpo; mujeres que gustan de un buen vino y comida gourmet, que se hacen el alisado permanente y usan collares largos hasta el pupo. Generalmente son secretarias o atención al público, por lo que disfrutan de la compañía de este tipo de músico al parecer sensible, sabio, con habilidades prodigiosas y suficientemente “cool” como para tener vida nocturna.

Vientos

Son tantos que los agrupé a todos en la misma bolsa. Estos muchachitos son unos bohemios geniales, también con algo de estudio encima y largas horas de práctica. Son muy creativos y tienen bastante libertad para introducir sus propios sonidos. Además de tener la boca entrenadísima (y una jeropa pensaría: acostumbrada al trabajo duro), son de lo más simpáticos y soñadores, viven el día a día y hoy pueden estar acá y mañana en Mozambique. (Comentario aparte para los saxofonistas, a los que les gusta más ponerla que ganarse la lotería). Por lo que las mujeres que se sienten atraídas hacia estos sopladores, son también unas palomas totales, les gusta viajar y fumar cannabis a toda hora, mezclar pastillas para el resfrío con té de floripondio, tienen dos o tres faldas largas que aman y son apropiadas para toda ocasión. Igualmente con toda su locura se las ingenian para estudiar carreras largas y tener éxito económico, si no se fuman el extracto de la tarjeta.

Baterista

Es el que menos se ve, todo tapado por el resto de la banda y los platillos, los bombos y demás. Pero es uno de los que más se destaca, ya que le pone la cadencia a la música, y lleva también el ritmo y la velocidad. Cuando el tema se pone power, da gusto verlo revolear los palillos para todos lados como un energúmeno, y la fantasiosa mujer pervertida se imaginará siendo estampada contra las paredes y muebles de su casa, con esos musculosos brazos casi siempre al descubierto y generalmente, tatuados. El baterista se chiva y pone toda la leche reventando su batería, la quiere, la ama, y lo demuestra aporreándola sin miramientos. La batera-fan es un poco masoquista, y a veces también sádica, le gusta lo nuevo, lo raro y lo border. Look medio oscuro, pelo lacio, ojos muy delineados, cachetonas. Pero en el fondo, unas románticas, que solas en casa sacan el CD de Metallica y ponen el de Luis Miguel.

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