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Dónde y cómo comprar libros en Mendoza

«Los libros son de esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera.»
Umberto Eco

Todos tienen un buen motivo para leer un libro. Un par de páginas con tinta contienen todo lo necesario para hacerme repetir viejos clichés: hermosas historias, profundos personajes, y con suerte, una buena reflexión. No pienso contradecir lo que padres y ministros de educación repiten sin cesar: leer es bueno, claro que lo es. Pero a veces resulta muy caro.

En los últimos años los precios se han disparado, no solo en Argentina sino en todas partes del mundo. Muchos lectores encontraron refugio en los audiolibros, muy utilizados por quienes hacen ejercicio o deben soportar largas horas de embotellamiento. Los más afortunados aprovecharon el boom de los ebooks, o directamente los torrents de PDF para leerlo en la computadora o Tablet.

Sin embargo, una inmensa minoría (entre los que me cuento) nos mantenemos firmes en tener un libro en nuestras manos. Ni tercos ni anticuados: el ruido de las páginas y su olor es nos resulta afrodisíaco. No renunciamos a ellos, pero no todos cuentan con el presupuesto necesario para leer más de un libro al mes.

Lo cierto es que los libros también son un producto, y por ello, sometido a la oferta y demanda. Si uno renuncia a la novedad y el lujo, puede vivir de libros de muchísima calidad, desde los clásicos hasta alguna obra tímida que merece ser descubierta. Y es que debajo la formalidad de la estantería se esconde un mercado de libros baratos,excedentes de editoriales, remanentes llenas de errores de impresión, y un montón de ventajas más que podemos aprovechar para forrar nuestras paredes con sus hermosos lomos.

La primera opción es aprovechar la herramienta de búsqueda de Mercado libre, la cual nos permite discriminar por precio y ubicación nuestras búsquedas. También tenemos los grupos de Facebook. Con una tarde de paciencia uno puede encontrar excelentes ofertas, en especial para los cómics, los cuales distan de ser populares y asequibles desde antes de que salieran las pelis de Marvel.

Si lo digital no es lo suyo, tengo para ofrecer lo último en experiencia  analógica: recorrer las librerías. En la era de la atención, distraerse con una vidriera es casi subversivo. Pero no siempre contamos con el tiempo para divagar. Es necesario contar con una estrategia, un mapa con una ruta clara y sencilla de seguir, que nos mantenga seguros y alejados de los peligros.

Para nuestra fortuna, la ciudad de Mendoza tiene la mayoría de sus librerías ubicadas una cerca de otra, una tradición que comparte con otras grandes ciudades. Hablo de la calle San Juan y sus alrededores, famosa por ser un oasis de libros y también un cementerio de galerías comerciales. Primero, hay que evitar las tiendas de las grandes cadenas. Son buenos lugares para comprar los best-sellers u otros libros para regalo, pero no están diseñados para la comodidad de nuestra billetera, en especial los de la calle San Martín. Por suerte, al lado de ellas tenemos un clásico: García Santos, la cual mezcla los libros de ediciones bonitas con un buen catálogo de autores mendocinos y otros artistas difíciles de encontrar en un shopping. Siempre arman un buen mesón con algunos clásicos en formato bolsillo.

Pasando el Automóvil Club y antes de llegar a los arbolitos de las casas de cambio, la peatonal se transforma en la calle Garibaldi, una de las arterias de nuestro circuito de compras. El primero en recibirnos es AM Libros, todo un depósito de descuentos y promociones. Un buen lugar para comprar dos libros por un poco más de cien pesos y algo de paciencia.

Bajando por la calle nos topamos con lo que me gusta llamar la triple frontera: en pleno corazón de la calle San Juan se forma una triada integrada por las dos sucursales de Ivan Miszei y por Mendieta Libros. Todos atendidos por gente atenta y bien conocedora, que sabe recordar una cara y recomendarte cosas según la última compra. Tampoco faltan los mesones de descuentos, que en mi opinión, son los mejores de toda Mendoza. Y hay cómics, muchos de ellos europeos, lo que fuera de estos locales puede resultar entre difícil de costear o imposible de conseguir. Gracias a ellos tengo tres cajas llenas de libros pendientes de leer, todos en oferta y por la mitad de lo que piden en otros lugares. Tengo problemas, pero eso será para otra nota.

Si sobrevivimos, solo hay que dejarse llevar por el transito hasta dos librerías bien tímidas: Casa Lara, dos sucursales con lindos tablones y una amigable charla. Si buscas clásicos del policial o antologías de cuentos, date una vuelta por sus estanterías. Para los turistas anglosajones o aquellos que se descargaron el Duolingo, hay hace meses una súper oferta de best-sellers en ingles a menos de cincuenta pesos.

La calle Lavalle marca el final del recorrido: el Centro Internacional del Libro, donde muchos han comprado los libros para la secundaria o la universidad, y Nippona Cómics, un lugar de paso obligatorio para los amantes la manga o cómics. No tan lejos queda Planeta Cómics y Locuras Magic, por igual de recomendables y con un montón de actividades afines a la cultura geek como los torneos de cartas o los talleres de dibujo. Una pendiente antes de terminar: nunca encontré nada que me gustara en la librería Simoncini y Gomez, pero siempre me atendieron muy bien, y vale la pena dar un vistazo.No puedo decir lo mismo de los mesones de la Alameda: nunca me parecieron la gran cosa. Incluso diría que son hasta más caros.

De allí solo se puede volver hasta el principio. Casi escondida entre San Juan y Morón, ArteManía ofrece remanentes de colecciones de Clarín o La nación: autores famosos, bien editados y en formatos cómodos.  También hay muchas revistas para colorear, desde los más pequeños hasta llegar a las mandalas, el clonazepam visual de muchos. Un buen punto para comenzar a caminar una mañana de sábado, aprovechando el descanso y la sombra.

Por fuera del gran circuito algunos valientes sobreviven. Si sos de Guaymallén, tener que viajar hasta el centro puede arruinar la tarde o el presupuesto. En ese caso, la mejor opción es Antü, un pequeño espacio de resistencia cultural en pleno Shopping de La Barraca. Podes tomarte un cafecito para disfrutar de los libros o hasta participar de los talleres culturales que organizan.

A media cuadra de la Plaza Independencia, sobre calle Patricias, tenemos a MasBook, con excelente atención y precios híper competitivos.

Para terminar, no puedo dejar de recomendar la Librería Chaplin, reubicada ahora en la calle Belgrano de Godoy Cruz. Un punto obligatorio para todos los coleccionistas y buscadores de viejas ediciones: por ejemplo, tiene todo un anaquel dedicado a la revista Fierro (tanto la primera tirada como la posterior en los años dos mil) y de la revista D’Artagnan, Hora Cero y Editorial Columbia. Todo un rinconcito de tentaciones para los fanáticos de la historieta argentina.

Reconozco que no hay mapa perfecto. Muchos quedaron afuera, tanto por un cordial silencio como por una simple ignorancia.La cartografía es el arte de chocar con una montaña o ahogarse en un rió para poder anotarlo en un mapa. La belleza de los límites y los márgenes es que son una invitación a explorar. Solo se necesita una buena excusa, y soy de los que cree que los libros son una buena excusa para casi todo.

Para Cele, compañera de ruta y de varios libros.

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