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El paso de la niñez a la adultez en las mujeres

Hay un momento en la vida de la mujer que pasa de ser una niña a una adulta. Un momento en donde el conocimiento del mundo sexual es puesto a sus pies. Un momento en donde paga $30 pesos para ir a ver a hombres en sunga como menean sus bultos. Y aprenden que hay más de un uso para ciertas partes del cuerpo. (Cuando yo fui la primera vez mi primer comentario fue-¡yo quiero un perchero así!).

Pasas por varias fases al ver esos cuerpos esculpidos bailando encima tuyo.

La excitación que te produce ver esos abdominales que parecen untados en aceite de cocinar es proporcional a la excitación que sentís cuando se te acercan y te das cuenta que el brillo es por la transpiración que se cargan y el olor no es aceite, sino mas bien a chivo.

Te surge la duda de si en sus sungas guardan una tortuga o una botella de detergente ala. (En esta vida todo es posible, nosotras las mujeres en un corpiño guardamos: El peine, el delineador, el documento, el celular, la llave, el forro, el plata y una que otra cosilla más)

Te pones en el lugar de tu novio cuando al perder tu mano dentro de la sunga loca te das cuenta de cuanto puede llegar a pinchar un cardo.

Los odias porque no solo tienen mejor culo que vos, ¡sino además tienen más pechos!

No sabes si es porque vas por el cuarto vaso de vodka con speed o porque tu novio parece el mamut de la era de hielo, pero de repente empezas a cantar el tema del elefante trompitas a toda voz.

Te acordas de tu madre y tu abuela la santa. Y te sacas una foto con el streeper para pegarla en la heladera y que ellas recen por tu alma pecadora.

Se va terminando la noche, y decidís ir a mostrarle al mundo lo que has aprendido. Estas dispuesta a aprender a hacer el helicóptero loco y sabes que desde ese día no vas a poder volver a escuchar ciertos temas en la radio sin recordar ese momento en donde la carne fue débil y te llevo a tocar al protagonista de “Anaconda 4, El regreso”

Y que quede claro algo ¡¡yo nunca he ido!!


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