Esta sociedad que en muy pocos años ha tenido grandes cambios en muy poco tiempo, entre ellos una brusca femeneización de lo masculino, ha creado en un abrir y cerrar de ojos un nuevo espécimen, al que denominaremos «el robanovias», tan reciente el término que se podría considerar un neologismo, entendiéndose el mismo como roba pareja, esposa, chica con la que estás saliendo, chica a la que le tenés ganas y un amplio etcétera.
Este papel lo cumplía de antaño personas del sexo femenino, más propensas a la falta de códigos y de moral, las cuales la principal relación que tenían con personas de su mismo sexo era de falsa amistad, destacándose entre ellas pseudovirtudes mientras que por atrás se sacaban el cuero y otra cosa: cualquier persona de cualquier tipo del sexo opuesto que tuviera alguna pseudoamistad, las ya conocidas «robanovios».
Una posible explicación podría ser que parte del universo masculino, al verse amenazado ante el inminente empuje del igualitarismo por parte de la mujer, ha querido equilibrar la balanza, ya no solo copiando rituales femeninos como la impuntualidad, la falsedad, el cuidado del cutis y el consumo de proteínas de origen vegetal y bebidas finamente gasificadas, y ni qué decir de bajar bebidas que se tendrían que tomar solas (Fernet, Gancia, Whisky, Tequila, etc.) con pelotudeces dulces, sino también lamentables y mediocres roles como el que ahora nos atañe en esta nota.
El robanovias, al tener la parte femenina tan desarrollada, tiene como un radar, primero elige dos o tres víctimas masculinas y le sigue los pasos a cada una de ellas. Puede detectas en un parpadeo qué mujeres son del agrado de alguna de sus víctimas e irá a por ellas con todas sus armas (más parecidas a las que quedaron de la UniónSoviética o de la Revolución Cubana que a la artillería yanqui de última generación).
No es fácil detectar a dicho espécimen, pero hay algunas características que suelen tener, aunque no quiere decir que quien las tenga sea sí o sí un hijo de puta:
Trato con otros hombres: Suele tratarlos como amigos de toda la vida, expresándote su admiración y destacando y valorando tu bondad y tus virtudes (de esta forma aprovecha a percibir tus gustos para empezar a dar rienda suelta a sus bajos instintos).
Centro de atención: Le encanta serlo ante cada momento y situación, aunque le cueste su dignidad. Suele ser patéticamente divertido y ocurrente todo el tiempo.
Mujeres: Suele rodearse de ellas, tanto para destacar su pseudomasculinidad como para también absorber su femeneidad.
Alcohol: Busca siempre tener alcohol en sangre para poder actuar, ya que no olvidemos que a pesar de ser hombre, es un maricón. Aunque tiene una tolerancia increíblemente baja al mismo, aunque se trate de cerveza sin alcohol.
Actividades: Cualquier actividad que haga, sin excepción, será con el único y exclusivo objetivo de seducir a alguien de su (tu) preferencia, nunca por la actividad en sí.
Conflictos con otras personas: Nunca tiene conflictos con nadie, se lleva bien con todos.
¿Novia?: Siempre tendrá una novia para no sentirse solo en momentos de fracaso cuando en algún momento no den resultado sus patéticas tácticas, a la cual esconderá y desvalorizará, le mentirá hasta para cuando vaya al baño.
Edades: Será un pendejo choto a los veinte, treinta y cuarenta años, ya que no solo nunca cambiará, sino que no evolucionará siquiera, por lo que si tu, varón, lo toleras como amigo o conocido creyendo que algún día te va a dejar de tratar de «birlar» a cualquier fémina de tu agrado, te aconsejo que reveas tu postura.
Trabajillos inconclusos: Si en algún momento del pasado dejó un trabajo a medio hacer y su sexto sentido le da la alarma de peligro ante el inminente avance de alguna de sus escogidas víctimas masculinas, volverá al ataque con sus devaluadas armas, aun teniendo cinco frentes abiertos por otro lado.
Conclusión
Este tipo de nefastos personajes de muy poco fiar, más que causarte un mal, te causarán todo lo contrario, un gran bien, ya que nunca se acercarán a una mujer en serio, o éstas no le darían bola, sino que se acercan a minitas de poca autoestima, con escasas cosas a destacar, con grandes falencias y/o inestabilidades varias, por lo que si cualquier fémina de tu agrado, presente o pasada, cae en las fauces del mismo, más que perder algo, digamos que te has salvado de algo que no valía la pena.
Por eso se me viene a la cabeza en este momento una frase de Zippo Alfa, surgida como contestación del mismo ante mi intolerabilidad de determinados tipos de personas (la mayoría): «todos y cada uno de nosotros, hasta los peores, son necesarios e imprescindibles en este mundo».
Gracias Zippo, mi Sri Sri Ravi Shankar personal.
También podés leer:
Diabetes, estúpida y sensual diabetes.
El año pasado escribíamos:
Se juntaron el hambre y las ganas de comer y debatieron frente a 25.000 personas
Yo no creo en los robanovias, ¡pero «que los hay, los hay»! 😀 ¡Excelente nota, Bestyal! ¡Un abrazo!
son un mal necesario,pero no entiendo la parte de necesario…
Porque si una mina le da bola entonces te hace ver que la mina no vale la pena. Sería como una especie de filtro, como que estaría bueno que primero pasen por ellos, si sigue de largo, es como para que sea tuya (si fueras hombre). Se entiende?
Siempre me quedó la duda de que si los robanovias buscaban solamente tu chica, o si en realidad querían vivir TU vida, apropiarse de tus afectos, adueñarse de tus logros, soñar tus sueños, o algo así.Me da la impresión de que ni siquiera confían en su propio gusto, y se manejan con la preferencia y elección ajena, quizás.
Gracias por la citación de la frase, querido! y sobre todo, por recordarla.
Recuerdo nuestras conversaciones más de lo que usted imagina, por más que muchas veces disintamos en nuestras posturas.
Por otro lado, nunca pude terminar de creer en que exista la envidia, por lo que decís, son esas cosas que sabés que existen, pero que no te imaginás que existan realmente. Igual en mi caso no tengo mucho para envidiar, así que no sé si sería el caso si me pasara.
Igual me has hecho pensar y llevar el tema más allá todavía en mi cabeza, o sea, te amo y te odio al mismo tiempo por eso.
Genial! 😉
ehhhhh, hace mucho que no leo una nota suya, espero verla nuevamente por acá, que usted me hace debatir en ellas. Besos!
Jajaja yo también espero verme de nuevo por acá, y pronto..
ssiiii conozco a un par hasta se planchan el pelito jajaja… los describes perfecto Bestial, y son complemente materialistas.
Y si son re putos, algunos lo demuestran más, otros menos. Y materialistas seguro, más cuando ya todo, hasta los seres vivos, pasan a ser objetos. Un abrazo, un gusto tenerlo en mis notas, usted lo sabe.
Lo que sucede hoy en día no es la femenización del hombre, sino la masculinización de la mujer, que se abrió paso en las dos guerras mundiales del siglo pasado cuando las mujeres quedaron solas, con sus hombres en la guerra, haciéndose cargo de las dobles funciones de la pareja. El detalle es importante porque la mujer, contenta o no con esta masculinización, puede sentirse estable mientras que el hombre que se afeminiza (y el que no también) se encuentra muchas veces confundido frente a situaciones que sus antepasados no contaban entre vinos alrededor del fuego. La mujer tiene en sí misma, en mayor o menor medida, una insatisfacción semiperdurable ya que para entenderse o conocerse necesita verse en el otro (la reacción del otro), por eso no se siente desorientada como el hombre de hoy en día que no sabe en dónde está parado.
Robar parejas ajenas siempre fue una actitud masculina. Las mujeres antes (salvo rarísimas ocasiones) no se animaban a enfrentar al amante, pero amantes hombres sobraban, solo tenían que esperarlo o enviarle alguna señal para que actuase (que no es lo mismo). El éxito o el fracaso de esa concreción se le adjudicaba (correctamente) al hombre, y es por eso que los hombres, ancestralmente, nos vanagloriamos de nuestras conquistas.
Desde este lugar, el robanovias no explota su lado femenino sino más bien accede a su primitivo lado masculino, al básico, que es, al mismo tiempo, algo que atrae de por sí solo a las mujeres. El instinto masculino básico y crudo es miel para ellas, y lo evitan porque saben que sucumbir ante él las hará infelices, y también porque es como una droga destructiva (lo que para el hombre es la «Mosquita Muerta»). El desarrollo de la civilización podría verse como la feminización tanto del hombre como de la mujer en el transcurso de los miles de años de existencia de la civilización humana. El lado masculino es el de la supervivencia (tanto en hombres y mujeres) y el femenino el de la intuición y los sentimientos (tanto en hombres y mujeres).
La mujer que cede al robanovias es una mujer que cede a lo primitivo buscando la esencia casi inconsciente del hombre, y esto es muchas veces porque no sabe reconocer la honestidad y veracidad del hombre, o no cree en él directamente porque nunca amó (el amor es el remedio contra lo primitivo y lo retrógrado). El robanovias puede tener muchos perfiles en el hombre, el análisis real habría que hacerlo a la que cede ante este personaje. La tentación y la excitación de la mujer antes que física es mental, cuando cede es porque alguien le ofreció la fantasía que ella viene alimentando en secreto adentro de su cabeza hace mucho, mucho tiempo.
Por eso existen códigos masculinos más fuertes y sólidos que los femeninos. Porque el hombre podría estar con cualquier mujer, pero la mujer no podría estar con cualquier hombre sin afectar su autoestima, entonces los hombres pusimos códigos de honor (tan fuertes son los códigos que Tinelli salió en los diarios por romper uno de ellos, y cayó en su popularidad).
El análisis del robanovias es el del tipo sin códigos, y nada más. Lo interesante sería que hagas el análisis de la mujer que accede al Tipo sin Códigos.
Me tomé mi tiempo para leer, releer y contestar tu comentario. La verdad que me encanta tu visión de las cosas, totalmente necesario en varios de los temas que planteo, tanto por escrito como temas que hemos hablado en persona.
Sinceramente me cuesta mucho responder un mensaje así en todos los puntos, o más que todo, también varios puntos no son para responderte, ya que los incorporo como otra visión y me encantan.
Uno de los puntos que planteo en toda la nota, no es el hombre que «se le da» con una mujer ya ocupada, sino cuando se rompen esos códigos que vos decís, los nuestros, los masculinos, lo «Tinelli» que se está volviendo ese tema, porque ya no es que vas con una mujer ocupada, sino ¿una mujer ocupada con quién? ¿un conocido o un desconocido? y si te pasa una vez bueno, ¿pero dos, cinco, diez veces? Con una ya dejaste de ser parte del de los códigos de honor, ¿y ya varias veces? un problema grande está habiendo.
Muy interesante tu diferenciación de lo primitivo con el tema del amor. No dejamos de ser animales, pero animales racionales, porque si cada vez que me calentara con una mina fuera, le rasgara la ropa y me la cogiera, no solo que está en contra de la ley, sino que está en contra de la ley no por algo impuesto por la sociedad, sino que es totalmente obvio que estamos cometiendo algo que afecta hasta en lo más íntimo de la otra persona. O sea, poner excusas respecto a que somos animales o primitivos y que por eso podemos romper códigos y que no tenemos la culpa me parece algo bastante básico. No sé cómo explicarlo mejor a esto que pienso en este momento, pero creo que me entendiste.
Y ojo que acá nos estamos olvidando que no por estar en pareja, el hombre puede perder ese «instinto primitivo» que les gusta o es miel como vos decís. Una cosa es lo que busque la mujer en el hombre, o el hombre en la mujer, y otra es cuando nos volvemos Tinellis.
Me encantó lo que planteaste, la mujer que accede al tipo sin códigos, justo estoy en plena producción de la nota respecto a la infidelidad, que me está llevando bastante tiempo por cómo la quiero encarar, y justo empezó a salir ese tema en varios aspectos, la mujer que accede al tipo que ya tiene algo, la que busca al «macho» que en realidad es un pelotudo, etc. etc. etc.
Te amo tanto como Zippo, o inclusive un poco más. Soñaría con que algún día se dé un trío entre nos.
En el tipo sin códigos pasa una o varias veces que se mete con la pareja de un conocido y es la misma persona: un tipo sin códigos. Cuando el que hace eso es un tipo «con» códigos, o lo habla con el damnificado y se hace cargo de las consecuencias (igual ya no se lo considera un tipo «con» códigos), o es un tipo sin códigos y punto. OJO que acá yo separo si esta «pareja» fue presentada por el damnificado como una aventura, una salida sin importancia. Ya pasa a ser un código menor, que aunque yo (el que suscribe) lo pueda respetar, comparto con que mostrar así a una mujer con la que uno está saliendo es una manera de despreciarla primero, por ende, es un mensaje donde se comunica al otro que esa mujer no importa tanto. Ahí el código es otro, y no todos suscriben a él.
Sobre lo primitivo, cuando digo de la masculinización de la mujer es que la mujer adoptó una costumbre masculina sin tener los mismos códigos. Los códigos del hombre son de hombres, no afectan a las mujeres, ellas tienen sus propios códigos. Así un tipo que se mete con una hermana muere a cuchillo (y le espera el destierro y desconfianza de su grupo de amigos), y la amiga que se mete con un hermano es graciosamente celebrada con anuncios en facebook. La mujer desaprueba la infidelidad, pero no la condena como el hombre. Y la aclaración de mi primer comentario lo hago justamente por esto: la mujer infiel es un signo de los tiempos que vivimos porque ninguna mujer sana sería infiel si el hombre no estuviera tan perdido. De hecho la infidelidad femenina es una opción antes que una tentación en ellas. Cuando una mujer es infiel es porque está sola, aunque esté en pareja en su mente ella está sola. Cuando la mujer se entrega, solo puede ser infiel por despecho, sino es contra su relación de bienestar mental. La mujer necesita construir con un hombre. Si es infiel es porque según su mente está sola.
Creo que la deuda de este tema está para con la mujer fiel, que tiene todo para ser infiel y no lo es porque apuesta a mantener alta su autoestima y dignidad. La mujer tomó el rol masculino de infidelidad porque el hombre está haciendo agua en muchas cosas, está perdido y no cumple con su rol contenedor. Este tipo es tanto el Sin Códigos como el hombre común en su mayoría. Por eso te decía que el análisis interesante sería el de la mujer infiel, porque es una mujer que, en su rebeldía por la pobre oferta masculina, atenta contra ella misma, contra lo que cree que es el trofeo, contra su sistema de premios y castigos, contra su autoestima.
Y hago dos aclaraciones:
1- Toda mujer, como todo hombre, puede ceder a una tentación ocasional, ya sea en una crisis de pareja o en un momento de confusión, alcohol o lo que sea. En este caso la mujer no es infiel, sino que «fue» infiel, pero no por eso vive pensando y planeando serlo. Lo mismo para con el hombre.
2- Mi comentario apunta a los roles, pero todos los hombres y mujeres sabemos qué cosas están bien y qué cosas están mal. Lo primitivo, la masculinización, etc, son términos para los roles, no para evitar las responsabilidades que estas acciones conllevan.
Esperaré con ansias tu nota sobre la infidelidad, Best.
Bien, has tocado varios puntos, que exceden un diálogo por escrito, es cuando yo digo que esto es mejor juntarse, y no como una conversación por partes como un juego de ajedrez, no sé si se entiende, o sea, está como para hablarlo a la vez en el momento.
Interesantísimo punto el de las razones de la infidelidad de una mujer, por eso la mujer es menos infiel y de distinta manera al hombre, como que las que son infieles por diversión no son tantas, como sí lo son en el hombre.
Códigos, mayores o menores, son códigos.
Eso de que todos sabemos qué está bien y qué está mal comparto, por más excusas o explicaciones que le demos a nuestros actos, cualesquiera sean.
Y es cierto lo de que el hombre está como perdido, aunque no logro visualizar por qué realmente, y lo puedo ver como comodidad la verdad, o creer que la «madurez» nos lleva a una vida de pocos privilegios o que la vamos a pasar mal. Qué sé yo, no siempre he sido igual a cada edad, pero sí he tratado de crecer en cada año que ha pasado en mi vida.
La estoy preparando a esa nota, la he dejado un poco en pausa por estos días porque tengo que procesar todo lo que he estado buscando, y encima me ha llevado a buscar más, y peor con la auto-presión de hacerla lo más imparcial posible.
Creo que el «robanovias» (o envidioso gil de mierda) en realidad busca usurpar aspectos de tu vida en los cuales siente un profundo vacío o una frustacion no elaborada, la chica es solo un aspecto secundario, pues así tengas a Andrea Rincon como a Gladys Florimonte hará lo imposible por poseerla.
Qué increíble, es cierto, no lo había visto desde ese punto, un gusto tenerlo en los comentarios señor.
No sólo lo mezclan con giladas dulces…a veces hasta con coca light!!! Si señores jack daniels con coca light… Malditos
Oh Dios, ya he visto demasiado
jajaja seguro te robaron la novia jajajaja no fue culpa ni de el ni de ella si no tuya por sonso