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¿Estaremos solos?

Desde que el hombre tuvo conciencia del tamaño del Universo y de lo insignificante y poco especial que es en el cosmos, se ha preguntado si habrá otras civilizaciones en otros planetas. Este cuestionamiento suele generar más preguntas que respuestas, pero es válido analizar qué cosas sabemos, cuales otras podemos inferir a través de nuestros conocimientos y aquellas que son todavía pura fantasía.

La ecuación de Drake

Sabiendo que existen cientos de miles de millones de galaxias, conteniendo incontables estrellas,  lo primero que podríamos preguntarnos es qué condiciones deberían cumplirse para que exista una civilización similar a la nuestra, que si bien no pueda aún realizar un viaje intergaláctico esté en condiciones de comunicarse con otras civilizaciones mediante ondas de radio.

El radioastrónomo Frank Drake, director del instituto SETI y responsable del proyecto más serio para encontrar vida extraterrestre, inventó en 1961 una ecuación para calcular el número de civilizaciones en nuestra galaxia que podrían estar en condiciones de comunicarse con nosotros.

La ecuación se puede plantear así:

N = R* • fp • ne • fl • fi • fc • L

  • N es el número de civilizaciones que son capaces de emitir señales que podamos detectar, dentro de la Via Láctea. Es justamente el número que queremos calcular.
  • R* es la cantidad de estrellas que se forman en un determinado intervalo de tiempo y que serían aptas para que en un planeta que las orbitara hubiese vida.
  • fp es la fracción de esas estrellas que tienen planetas, como nuestro Sol.
  • ne es el número de esos planetas que tienen condiciones para el desarrollo de la vida.
  • fl es el número de planetas donde se desarrolla efectivamente la vida.
  • fi es la fracción de esos planetas donde la vida se desarrolla hasta ser inteligente (yo diría técnicamente capaz, si tenemos en cuenta la poca inteligencia de nuestra propia civilizacion…)
  • fc es la fracción de esas civilizaciones “inteligentes” que han llegado a desarrollar la capacidad de comunicarse con otros lugares de la galaxia.
  • L es el tiempo durante el cual esa civilización transmite señales, que debería superponerse con el tiempo durante el cual nosotros escuchamos.

No es tan importante el número que se obtenga, sino el simple hecho de plantearse la ecuación y pensar en cada una de sus partes, aplicando los últimos conocimientos acerca del Universo para obtener números cada vez más exactos para cada factor. Muchas de las partes solamente pueden estimarse, con un error bastante grande.

Pensar en grande

Uno de los factores de la ecuación estima el número de planetas que puedan albergar vida. Este tema es bastante complejo. Nuestra definición de “vida”, ¿será la única posible? Sabemos que existe vida en lugares de la Tierra que poseen condiciones extremas: volcanes, desiertos, frío y calor extremos. Incluso bacterias que se alimentan de arsénico. Con esto en mente, los posibles escenarios para el desarrollo de la vida son mucho más amplios. Quizás deberíamos aceptar la posibilidad de que haya formas de vida muy diferentes a nosotros y a todo lo que conocemos. Si su percepción del mundo es muy diferente a la nuestra, si sus órganos sensoriales son muy distintos, existe la posibilidad de que la comunicación se haga extremadamente difícil, aunque estén transmitiendo y escuchando.

Viajes espaciales

Supongamos que existen otras civilizaciones. ¿Podremos algún día encontrarnos? Los creyentes en el origen extraterrestre de los OVNIs están convencidos de que este contacto existe desde hace milenios. Si nos atenemos a lo que conocemos de la física del Universo, el límite máximo que se puede alcanzar teóricamente es la velocidad de la luz. Técnicamente el límite de velocidad sería más bajo. Incluso si pudiéramos construir la nave espacial más rápida que podamos imaginar, nos llevaría siglos o milenios llegar a otras estrellas dentro de nuestra propia galaxia. Ni hablar de salir de ella y tratar de llegar a otras. Por supuesto que es posible que haya cosas que desconocemos de la física y que, en un futuro, nos permitan tomar “atajos” para llegar en un tiempo razonable a visitar a nuestros vecinos galácticos. Por el momento son solamente especulaciones teóricas.

¿Qué son entonces los OVNIs? La mayor parte de los casos que se reportan tienen explicación. Sin embargo, hay un porcentaje que no la tiene. Pero esto es tema para otra nota…

¿Y si no estamos solos?

Esta pregunta es inquietante, por muchas razones. La primera que se me ocurre es que, como siempre vemos las cosas a nuestro modo, lo que nos preguntamos inmediatamente es si los extraterrestres tratarán de conquistarnos. Nuestra propia historia está llena de ejemplos de choques entre civilizaciones, con el resultado de que la más avanzada (militarmente) arrasa a la conquistada. Algunos científicos han planteado incluso la conveniencia de no intentar comunicarnos con nadie y pasar desapercibidos. Es un poco tarde para eso. Todas nuestras transmisiones de radio y televisión están viajando hacia algún lugar del espacio. Eventualmente podrían ser captadas por una civilización extraterrestre. Lamentablemente, la primera transmisión de televisión de la historia es un discurso de Adolf Hitler. Si esa es la primera impresión que se llevarán los extraterrestres de nosotros, estamos bastante jodidos…

La segunda cuestión es qué harían las distintas religiones frente al hecho de la existencia de otros seres en otros mundos. Quizás tengan que modificar las escrituras sagradas para que los “nuevos” habitantes de Universo tengan un lugar. O quizás elijan negarles su origen divino, como hiciera alguna vez el cristianismo con los negros y los nativos americanos. En cualquier caso, sería una revolución teológica que deberían afrontar.

Ojalá seamos muchos en el Universo. Ojalá no se repita la historia y los encuentros sean pacíficos y enriquecedores para todos. Espero de corazón que podamos aprender de una vez por todas que lo diferente no es necesariamente malo. Esa sería la lección más importante que la raza humana podría aprender y que, hasta hoy, nunca pudo recitar de memoria.

Más información en:

http://www.seti.org

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