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Historia de un Chino en Mendoza

Hola soy Shupenmeng Lang o como mis amigos me llaman ShupenmengLang, llegue a la Argentina por motivos que no puedo decirlo, no crean que soy un asesino ni mucho menos un traficante de pantalones que se escapó de china por una deuda que tengo con un prostíbulo oriental llamado encájame el sushi. No, no… y no crean que no soy chino por no ponerle la “L” a las palabras, sino que la paja menduca es contagiosa.

Bueno paso a contarles que cuando llegue no sabía dónde carajo ir… me dije a mi mismo ShupenmengLang de las mercedes o aprendes castellano o te volves pa china. Como no aprendí a hablar en castellano me propuse a encontrarme con un chino amigo que recorría el mundo en busca de paz y armonía. Le pregunté en que parte de Argentina podía ir si hablaba castellano como el orto y me dijo “COLDOBA”.

Me fui derecho para allá. Arribando con mi bolso en la espalda y mi sombrero tipo Rayden, divise unas cordobesas y un mono que me preguntaba una y otra vez lo mismo a lo que yo le respondía “¡que se yo quien se tomó el vino culialo!” como no me entendía decidí emprender el viaje hacia el oeste del país, si en el Este hablaban como el culo, en el medio como el Orto imagine que al oeste ya hablarían chino.

Llegue a Mendoza, nunca me sentí tan bien, ¡como en casa! Conseguí un trabajo planchando y ahí estoy planchando señores. Cuando recibí mi sueldo no lo podía creer, era parte del sistema, lo que no relacione bien si del sistema blanco o negro. Pero no me importó, fui contento con mi sueldo mensual al supermercado y le dije al dueño con cara de Jackie Chan excitado… ¿cuánta mercadería me llevo con esto jefe? Y me respondió… “2 barritas de cereal y una gaseosa Chyc de un litro”

¡¡¡FUAAAA!!! Tenía comida para todo el mes y me sobraba para que Antonymou Contreras me hiciera un panqueque en las bolas. ¿Cómo? ¿Que como conocí a Anto? Eso se los cuento más adelante, no voy a contarles que lo conocí en una gomería justamente tirándole la goma al gomero para que no le cobre el cambio de rueda. No me gusta arruinar finales.

Llegue a mi casa y lo guarde en mi caja heladera, que por cierto les recuerdo que abrí una línea gratuita (las pelotas gratuita) el cual pueden donarme cartón para terminar la casa, si es cartón marrón mejor así combina con el resto. No acepto cartón corrugado, 0800-ayudenalchino-664499.

Bueno sigo porque no me gusta irme por las ramas como a mi hijo ku liau el cual le decimos kulito, que cuando habla se va por las ramas y pierde el eje central del tema, es un loquillo.

Bueno mejor continúo y no me voy por las ramas como mi décimo tercer hijo Cheng Ofrio que cuando habla se va del eje central y me embola.

Me acosté pensando en que iba a tener que trabajar al otro día. Las 18 horas reglamentarias como me dijo el patrón. Soñé cuando estaba en china feliz de la vida comiendo arroz con palitos, fideos con palitos y unos ñoquis con palitos… me desperté sobresaltado al recordar que acá no comen con palitos.  Nostálgico como nunca recordando cuando jugaba en la canchita un fulbacho con los amigos, 2000 chinitos contra 2000 chinitos…siempre que me erraba un gol se quejaban y qué iba a hacerle si me dejaban solo.

Me vestí, toque el gong y partí, cantando el tema de Alfredo casero para el mundial corea Japón. Cuando advertí que dos ladrones intentaban robarle a un chico que iba a la escuela, me puse en posición de karate tal cual me había enseñado la peli de karate kid y me abalancé sobre ellos haciendo el grito tradicional de esa práctica. Patadas van patadas vienen les aplique el aikido, el yiu-yitsu, kickboxing, el misionero y logre derrotarlos, el chico se levantó y me dio las gracias levantándome en sus brazos.

Fue ahí que me desperté en el hospital y me informaron que eso lo había soñado, que los chorros me quebraron ambas piernas y me sacaron del lugar del hombro luego de varias patadas que me hizo estar en coma por 2 meses. Me puse contento porque también me dijeron que el chico que ayude llamo a la ambulancia, el cual significa que una persona se preocupó por el chino. ¡La pucha que vale vivir en Mendoza!

Ahora me encuentro recuperándome en el central, hasta el noticiero vino a hacerme una nota pero me escondí por miedo a que me deportaran. Y bueno amigos es así que vino a visitarme Antonymou y me dijo que le escriba al mendo… me sacudió la nutria un par de minutos y se fue… así tal cual lo conocí… yo ya me siento mendocino. ¡Porque quien vivió en Mendoza y no le robaron no merece ser llamado mendocino! Salulos.

Escrito por Shupenmeng Lang, Pekín 1936-1954

El año pasado escribíamos:
Grego domingero 

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