/Me invitaron a una “Fiesta de concubinato”

Me invitaron a una “Fiesta de concubinato”

Hace un tiempo ya que vengo luchando con aquel niño interior que habita en mi por el protagonismo de mi vida, si bien no quiero que se vaya, reconozco que hay ciertas boludeces que ya no se pueden decir o hacer en cualquier lugar. Quiero seguir siendo aquel adolescente despreocupado que vagaba en las tardes, hacia huevo  todo el día, pero las cosas han cambiado, desde que vivo con mi hermano y nos tenemos que pagar las cuentas, ya no me quedo mas dormido para ir a laburar, me doy cuenta de lo importante que es el desayuno que nos hacen las madres, y lo importante que es acostarse temprano el día anterior.

Indiscutiblemente estamos creciendo, todo el tiempo, ya vemos mas de cerca aquello que observábamos allá a lo lejos, en el futuro. Por supuesto todo al revés que como lo planeamos, todavía no soy ni un rock star, ni un futbolista famoso, ni se me notan los abdominales y menos aquel BMW Compact que imaginaba tener cuando fuera grande. Soy el mismo, pero adulto.

La trompada me golpeo el otro día, cuando una invitación vía Facebook enviada por un amigo de años, que forma parte del grupo eterno de la secundaria, nos cita el sábado por la noche, para su fiesta de concubinato. ¡¡¡Durísimo!!! Como pasa el tiempo pienso, como fue que sucedió esto y no me di cuenta, ¿el se esta apurando mucho o yo vengo atrasado? me pregunto. Aquella noche me costó dormirme, miraba mi velador con forma de tortuga, mis sábanas de Toys Story y pensaba en este tipo que se iba a vivir con su novia. Verdaderamente estaba confundido.

Por supuesto que no iba a dejar de ir, todos los amigos, amigas, sus familias, y demás participantes iban a estar ahí para agasajar aquellos dos palomas que empiezan una nueva etapa.

Llegada aquella noche me acerco a su encuentro y desde algunos metros atrás ya puedo notar en aquellas miradas la felicidad, sonrisas de dientes blancos que pareciera imposible de borrar, sus ojitos brillosos como los de un niño. Felicitándolos entre abrazos y besos, miro a los ojos a mi amigo y dentro mío pienso… en que momento pusiste tus huevos en una bandeja y los cediste tan fácilmente, como alguien se puede cansar de cagar con la puerta abierta, de llegar tarde de jugar al fútbol y acostarse sin bañarse, de la flatulencia en su libertad extrema, ya no te limpiarás el culo con servilletas de papel, ya nadie te dejará usar aquellos fabulosos calzoncillos con agujeros, o mas aún, ya no podrás usarlos sin lavarlos después de la primera usada.

A ella la veo radiante, va poder elegir los adornos de la casa, el color de las sábanas, los horarios de comida, el olor del sahumerio que van a encender de noche, la ubicación del árbol de navidad, y por supuesto, siempre habrá mas papel higiénico en el baño.  Vuelvo a felicitarlos.

Lo curioso fueron las distintas perspectivas de la situación que se pueden observar, como aquello, pudo repercutir en todo el ambiente. Los amigos de este personaje que están de novios, intentan minimizar el hecho por miedo a verse inducidos a tener que ceder sus testículos de la misma forma, con cara de boludo y evitando el tema, tratan de demostrar que no están preparados a través de alguna boludes como pasarse de alcohol, mirando  algún culo ajeno, o pensando que carrera terciaria pedorra puede empezar para alargar su soltería, ya sea un curso de árabe o chino, computación, pastelería, ceremonial y protocolo, etc. El amigo soltero, por un momento pensó que su adolescencia estaba yendo muy lejos, se deprime al saber que sus amigos de juerga probablemente cada vez sean mas jóvenes, se siente solo en ese momento. Pero ese sentimiento es efímero, se vuelve a iluminar, recapacita, y se da cuenta que todavía quiere seguir eligiendo el pedazo de asado que se quiere comer, vuelve a salpicar su camisa con fernet, y a mover las nalgas.

Las amigas de la novia son un poco mas distintas, observo en algunas miradas, el orgullo que tienen por su amiga, repiten una y otra vez, – se lo merece, se ven divinos- sin embargo logro intuir al mirar sus ojos que en realidad están pensando – esta perra, que es mas chica que yo y ya se le dio, como puede ser, que este flaco le haya salido bueno, perra, perra, perra… la amo pero la envidio- y vuelven a sonreír. Las que están de novias, matan los oídos de sus parejas insinuando lo lindo que seria, o que tal vez algún día se les de, etc, por supuesto sin recibir respuesta. Las solteras se dividen en dos grupos: aquellas locamente desesperadas que olfatean las hormonas masculinas y salen a la pesca encarnando con escotes y minifaldas, moviéndose sensualmente canción, tras canción a ver si enganchan. Tres horas después se las puede ver con el maquillaje un poco corrido, despeinadas, bailándoles a un caño eróticamente dandose cuenta que aquel caño es lo mas caliente que la toco en la noche. Abandona la pesca.

Por otro lado están aquellas que ya miraron a su presa, piensan- no es lo mejorcito, pero lo podemos arreglar- y cuando decide encararlo, se va acercando y ve a aquel sujeto envuelto en una nube de pedos, totalmente ebrio, bailando tan ridículo como aquel oficial Schultz en su hit “chica latina”. Entonces piensa que no está tan desesperada como creía, retrocede a pasos agigantados y vuelve a la soltería de inmediato.

De vuelta a casa, sacando conclusiones, una palabra me da la respuesta, es el Tiempo, el tiempo es uno solo, pero todas las personas son distintas, entonces existe un tiempo para cada uno. Apago mi tortuga luminosa, me envuelvo en mis sabanas de Toys Story, y duermo como un bebe.

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