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La muñeca poseída del Valle de Uco

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Extraños eventos marcan los 241 años de historia en San Carlos, un departamento tan tradicional como antiguo. Es de sorpresa y al mismo tiempo predecible para los habitantes, que todos los fines de año, cerca de las fiestas, muchos suicidios se sucedan, sobre todo en jóvenes. Mitos, leyendas, historias paganas de brujas, casas «tomadas» por algún ente, hechos de posesiones demoníacas en personas, son relatos comúnmente conocidos por los vecinos del lugar.

Pero hace unos días se dio a conocer un hecho de lo más inusual, tanto, que los vecinos y medios locales tomaron como motivo de charla y noticia.

Una mujer de 64 años, que se dedica a embalsamar animales y coleccionista aficionada, se encontró con ésta peculiar muñeca rubia, al ir a arrojar basura a La Salada. Tal fue la impresión que le dio la muñeca, por su pelo y cara angelical, que decidió traerla a su casa, donde sorpresivamente empezó a hablar y a conversar con su nueva dueña. En una entrevista con EL MENDOLOTUDO, María Elena Coronel, reconocida periodista del Valle de Uco, quien tuvo la oportunidad de charlar con un familiar de la mujer y que además se animó a ir a la casa de la señora para conocer a la muñeca parlante; nos cuenta que todo lo que se habla es verídico, y que en parte, lo vivió en carne propia.

«Ella la recogió porque le llamó la atención el pelo rubio, que pensaba recomponer con el pelo de otra muñeca que tenía en su casa. En la cara tenía un corte, como si alguien le hubiese pegado con algo.» Empieza a relatar María Elena, remarcando que la muñeca hablaba alimentada por una pila que tenía detrás. «Hola me llamo Sandrita- Fiorela-Paola. Tengo 5-7-9 años» era la grabación con la que respondía de forma aleatoria a las personas que le hablaban. Pero lo anormal empezó cuando la nueva dueña de la mujer le colocó un vestido, a lo que la muñeca respondió: «No me gusta este vestido mamá». Sorprendiendo a la mujer, pues también la llamó por su nombre. La grabación solo permitía un margen para que la muñeca «hablara» pero cuando el esposo de la señora le preguntaba algo, la muñeca respondía distorsionando la voz del hombre.

«Cuando la mujer se quedaba sola con la muñeca, ésta le decía que se fueran a algún lugar oscuro y lejos. Además iba con la muñeca para todos lados, a comprar, a visitar los vecinos y hasta la llevaba a la casa de los hijos asustando a los nietos, porque también les hablaba y los invitaba a andar en bicicleta llamándolos por su nombre.» Señala nuestra entrevistada.

Tal fue la incertidumbre de la hija que convenció a la señora que llevara la muñeca a algún mecánico para que le sacaran la pila, y de esta forma dejase de hablar. Cuando llegaron al mecánico y este hizo fuerza sobre el tornillo para extraer la pila, la muñeca gritó como un niño, fue un grito de dolor. Los mecánicos le dijeron que llevaran a la muñeca porque no era bueno lo que tenía.

Sin respuestas, se la llevaron de regreso a la casa, donde el marido de la mujer le decía a su esposa que la fuera a dejar al lugar donde la encontró, a lo que la muñeca siempre le respondía: «iCallate! ¿Qué estás hablando?» Al día siguiente el marido enojado fue a la iglesia a ver al párroco para que le diera una respuesta, si es que la había. El cura le dijo que la llevara urgente al lugar de donde la sacó, y le dio una botella de agua bendita. El hombre llegó a su casa y le esparció el agua sobre la cabeza de la muñeca, lo que provocó que dejara de hablar totalmente.

Ya con algo solucionado, la familia decidió llevarla de vuelta al basural. En el camino casi llegando al lugar, sin aviso previo, se le cortaron los frenos a la camioneta del esposo quien decidió dejar la muñeca en el lugar.

«Yo más no sé. Lo que me contaron es que el día que decidieron llevarla al basural, todos los vecinos se manifestaron en la casa de la mujer; yo pienso que era una fuerza paranormal que conspiraba para que la muñeca se quedara en la casa de la señora.»

La historia no termina aquí, pues María Elena junto a su primo fueron a la casa de la señora para corroborar, pero la muñeca ya había sido devuelta a su lugar. Sin embargo, al entrar a la casa, sintieron olor a muerto, a cuerpo en descomposición. «Te lo juro por lo más sagrado que tengo en mi vida, yo sentí ese olor en la casa.» Cuenta la periodista agitada.

«Yo le pregunté a la señora si se sentía bien, y ella me respondió que no, que ahora escucha ruidos en la casa constantemente.» Finaliza el relato.

La historia siguió dando de qué hablar en el lugar. Hasta salió a la luz el dueño principal de la muñeca, es un comerciante del lugar quien la compró junto a otras muñecas en Chile; pero la hija la golpeó con una zapa en la cara por lo que decidieron tirarla. Ellos nunca advirtieron que la muñeca hablara cosas que no estuviesen grabadas.

El viernes a la mañana, unos curiosos fueran al basural a buscar a la muñeca y la expusieron al público en la plaza de San Carlos. Apoyada en el mástil de la bandera yacía la muñeca con el vestido rosado que su ex-dueña le había puesto; rodeada de gente intrigada, quienes intentaron iniciar una charla para grabarla en sus dispositivos, pero notaron que todos sus archivos y contactos habían sido borrados de la nada. Los relatos dicen que actualmente la muñeca está en manos de una vecina que ha dicho que va a quemarla y enterrar las cenizas.

A veces, es cuestión de creer o reventar…les dejo la imagen para que la miren fijo a los ojos…si se atreven.

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