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Mis Putas Muertas: «Hoy conocemos a Poli»

 

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La dulce Eva hace unas semanas nos dejaba el primer capítulo de esta saga (Mis Putas Muertas: prólogo de una nueva historia)  hoy empezamos a conocer a la historia de aquellas putas que se trasformaron en grande “ladys” pero nunca dejaron de ser lo que son…

Poli es una joven, de un pueblo cualquiera de Mendoza, siempre le gustaron  los lujos y los placeres. A sus 27 años ya tiene un camino recorrido bastante largo; morocha de ojos cafés, no muy alta de buena delantera y de mejor ir, desde adolecente despertaba suspiros y piropos de jóvenes y no tanto.

Desde muy niña empezó a auto satisfacerse, pero no le bastaba y con tan solo 14 años conoció a Juan, un joven camionero 10 años mayor que ella, quien pasaba por el pueblo una vez a la semana  y paraba en la estación de servicio del lugar. Poli cada vez que pasaba por ahí le hacía ojitos, sonrisitas o paraba la cola cuando juan le decía algún piropo.

Fue esa tarde de verano con mucho calor que Poli estaba justo en la estación cuando Juan llego, entre piropos, risitas decidió subir al camión que manejaba el muchacho y salieron del pueblo unos km  y ahí esta niña  perdió hasta la picardía en la cabina del  mercedes 1114, adentrándose en un mundo nuevo.

Al volver al pueblo Juan le regalo un chocolate y le prometió volver la semana siguiente,  Poli lo esperaba ansiosa quería volver a sentir esa adrenalina vivida la semana anterior, este pretensioso joven la entretuvo durante un tiempo, llenándola de regalos pero Poli fue perdiendo el interés y dejando de disfrutar el sexo con él. Un día  su madre la mando a comprar y en el almacén estaba  Sebastián el hijo del almacenero, él estudiaba en  Buenos Aires y estaba de visita en el pueblo, el chico quedo flasheado con Poli y ella con él. Entre harinas y aceites que Sebastián la invito a pasar al depósito  y ambos dejaron suelta la pasión y locura, manos caricias hasta desnudarse y sentir esa adrenalina que el sexo solo le daba. Después de este  fugaz encuentro volvió a su casa con el pedido de su madre y sin costo alguno.

Poli mantuvo la relación con Sebastián hasta que el volvió a Bs As; pero ella no es una mujer para estar sola y siempre aparecía alguien con quien compartir algún que otro momento. Ya con 17 años conoció a un joven policía recién recibido, quien hacia servicio en la estación de combustible; charla va charla viene, empezaron una relación. Él se sentía completamente loco por Poli,  y a ella le encantaba que la mantuvieran; no le faltaba nada, ropa, salidas, buen sexo. Ya tenían un departamento, con todas las comodidades. Pero cuando la tentación llego a Poli nuevamente fue el mejor amigo de su pareja un día que él no estaba,  fue a su depto. Y entre chistes terminaron haciéndolo en el sillón de su casa y así Poli empezó a tener un amante, pero las mentiras tienen patas cortas  y un día se quedó sin nada.

Nuestra protagonista decidió estar sola, y disfrutar a vida, amantes ocasionales nada de amor el sexo para ella era lo mejor hasta que conoció a Sergio en ese boliche de capital besos suaves y varios tragos de mas es que terminaron en el telo; “cuando estuvimos solos sentí sus manos en mi cadera y sus manos en mi nuca,  mis pezones se endurecieron y el placer me obligo a reaccionar, comencé a mover mi cadera hacia atrás para rozar su pelvis. Sus manos comenzaron a moverse, primero apretando mis nalgas y luego dirigiéndose a mis senos. Sin dejar de tocarme comenzó a besar mi oreja, la besaba, mordisqueaba y chupaba; el éxtasis era delicioso. Una de mis manos se aventuró a su entrepierna, sentí su pene endurecido en mi palma; no pude aguantar más y lo mire de frente. Sentí su aliento acercarse a mi boca. Sus labios y su lengua sabían deliciosos. Y sus manos continuaban explorándome, tocando los lugares exactos que yo deseaba. Después de un largo beso comenzó a desnudarme lenta y calmadamente, era el amante perfecto.

Hoy Sergio es su marido y padre de su hijo, no le falta nada, ella estudio y hoy se desempeña como administrativa en una empresa de camiones. Él trabaja en una empresa minera y está  varios días fuera de casa. Poli jamás dejo de ser la adolescente ardiente Hoy un compañero la mira con deseo y ella lo nota,  la tentación está latente, sus ojos volvieron a brillar.

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Escrito por La Dulce Eva para la sección:

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