/Motín en la cárcel, un infierno entre rejas

Motín en la cárcel, un infierno entre rejas

Los sistemas penitenciarios son muy complejos y difíciles, además de muy costosos , ha de haber tratos degradantes pero disciplina férrea ya que así con la mitad de funcionarios la cosa funciona igual. No hay otra.

Un día típico y normal del verano de 2006, la tarde mendocina caía al pié del anochecer, hacía el doble calor en los cuerpos apretados dentro de las celdas y un sol generoso para esa hora. Un hombre de mediana edad, había sido condenado a reclusión perpetua. Después de maltratar hasta asesinar a su esposa, madre de sus 2 hijos. Según fuentes policiales, la mujer después de fallecida, su cuerpo habría sido ultrajado, cortado y enterrado. Los dos niños pequeños, se encontraban con un disparo de arma de fuego en su cabeza, seguramente asesinados antes que su mamá.

Casos como esos encontramos a diario en nuestras cárceles. Guerras de bandas, por obtener el control de la droga y de los negocios sucios. Cuentas añejas de las calles. Maldad. Desinterés por la misma vida, pero manteniendo la ley de oro: LA DE LA SELVA.

El manto oscuro de la noche cubría la cárcel, los mosquitos comenzaban a realizar su trabajo, el olor a encierro cubría cada rincón del recinto, la música de la villa sonaba en uno que otro pabellón, al parecer, finalizaba una guardia más, un día más para los milicos, que al igual que los presos, combatían el calor y los mosquitos.

Entre muros, entre rejas, entre las paredes que guardaban el dolor, la angustia y la soledad del encierro, un grupo de internos del pabellón 12, comandados por Alberto «Narigón» Ramos Montenegro y Jorge «El Panza» González Amaya, planeaban una revuelta a gran escala. En principio, era armarse con los mejores «espadachines» dispuestos a todo, para ganar los techos y abordar a los otros reclusos del pabellón 14, para luego asesinar al cabecilla o «cartón» de la banda opuesta, liderada por Jesús «TETERÓN» Olivares Cuello y su socio Leonardo Orejuela Valdéz, alias el Paraguayo, por motivos que todos saben…control de la droga. En tercera instancia, intentar darse a la fuga por las altas murallas que encuadran la prisión.

Todo era impredecible, era un juego macabro en el cual los presos arreglaron sus cuentas y crearon una especie de consejo revolucionario para no pedir nada. Para no llamar la atención de los guardiacárceles. Era como si se hubieran apoderado de los tiempos para quedarse para siempre, había algo de absurdo y grotesco.

En menos de 2 minutos, cientos de reclusos dieron cumplimiento a sus planes, encapuchados y armados con chuzas subieron a los viejos techos de la cárcel, un grupo llegó hasta la reja rotonda ( Corazón del presidio) y tomaron a 4 penitenciarios de rehenes, otro grupo se encargó de tomar al guardia de la portón de Alcaidia y robaron las llaves de acceso a los pabellones. Se acoplaron tres pabellones mas, al mismo tiempo que los grupos antidisturbios se auto convocaban y preparaban para lo que no se pudo prever. MOTÍN y Toma de rehenes.

La quema de colchones y los destrozos no se hicieron esperar, el humo denso combinaba el olor a encierro con la presencia del fantasma de muertes sin responsables. Los internos que son neutrales, permanecían dentro de sus celdas, también preparados por si el problema tocaba las puertas de su morada.

Llegó el primer muerto, el cadáver del Paraguayo Orejuela Valdéz, aparecía sin brazos dentro de un canasto de la ropa, y partes de sus órganos vitales en otro. Al no poder concretarse la fuga del Narigón Ramos y el Panza González , los reos solicitaban la presencia de un Juez de la Suprema Corte, Ejecución Penal y los medios de comunicación, exigían rebajas en las condenas, sentencias de procesados y los traslados de mas de 24 internos a la Cárcel de San Rafael y La Pampa.

En medio del infierno, los disparos controlados con postas de goma se escuchaban desde el cordón de centinelas, penitenciarios apostados en las garitas de contención, algo sucedía en los pabellones tomados, un bulto envuelto en una manta era subido a los techos, el segundo muerto del motín. Jesús TETERÓN Olivares Cuello había sido asesinado a manos de los reos del pabellón 14, frente al Sector Cuadro de Manualidades. Dos puñaladas a la altura del corazón, acabaron con la vida del narco que introdujo a la provincia mas de 650 kg de Marihuana y 250 kg de Cocaína.

Una de las situaciones graves que se están registrando en el sistema penitenciario, es la tardanza con la que el sistema judicial ha procesado juicios para emitir una sentencia contra las personas detenidas, lo cual implica una una imposibilidad para aplicar los programas de re inserción social.

Mientras en el interior del penal se vivía un infierno, afuera reinaba la incertidumbre y el temor. Familiares de presos y rehenes, periodistas, autoridades penitenciarias y políticas se congregaban sobre la calle Boulogne Sur Mer, todos con propósitos diferentes, pero con el mismo denominador común..terminar el conflicto sin tener que lamentar víctimas fatales.

Con la formación de la Unidad de negociadores penitenciarios, conformaron un comité de crisis y se pudo, mediante diálogos, llegar a un arreglo del traslado de 13 de los 24 reos a la Provincia de La Pampa, y junto a esa orden la liberación de tres rehenes, todos con múltiples cortes en las piernas y con moretones debido a los golpes recibidos por reclusos pasado de «rosca».

El momento de ser rehén con captores jugados, homicidas, ladrones peligrosos es indescriptible, donde la vida vale una mierda, los valores no existen y saber que cualquier confusión puede acabar con tu vida, el miedo a ser «pinchado» o «violado» es un pensamiento constante, desesperante y humillante. El saber que podés ser infectado con el virus del HIV es un miedo constante.

La tercera víctima fué ejecutada ante la vista de todos, Eduardo «EL VIOLIN» Diaz, asesinado con un corte en su cuello, con tres reos encapuchados de verdugos. Habiendo sido torturado por asesinar a su esposa e hijos, no sin antes haber sido amputado su pene y los dedos de sus manos.

Todo esto sucedía en las primeras cinco horas de la toma. El sol estaba a punto de salir, con los grupos de choque antidisturbios GEOP Y SERP aprestos a irrumpir, esperando la orden de ingresar y finalizar con la locura de unos pocos. Cuando sucedió algo inesperado, la liberación de otro rehén, quedando solo uno que garantizara la entrega tranquila sin apremios por parte del personal Policial y Penitenciario.

La cárcel de a poco era recuperada por parte de las autoridades penitenciarias, solo faltaba el control del pabellón 12, donde mantenían cautivo al quinto y último rehén.

Llegado el medio día, entre gritos y corridas, gases y estruendos, el Grupo GEOP recibe la orden del mismísimo Gobernador, de irrumpir en el lugar del conflicto, y en menos de 4 minutos, recuperaron al Oficial Adjutor Victor Mendoza, sano y salvo.. la cárcel, después de 15 horas de Motín, volvió a ser controlada por personal Penitenciario.

 

Fin del motín

Con un saldo de 3 internos muertos, 4 guardiacárceles heridos, 13 internos trasladados a otros complejos Penitenciarios, 112 reclusos heridos con armas blancas y un daño al ESTADO por millones de pesos, el orden se reinstaló en el Servicio Penitenciario, 15 horas del infierno en la tierra, de llantos, de muerte. Recorrer los pasillos de los pabellones era escalofriante, entre medio de escombros, rastros de sangre, de huellas descalzas de personas dando cuenta del miedo a morir son extremadamente sin precedentes.

Desde que tengo uso de razón, las cárceles mendocinas han estado en el ojo del huracán. Aunque recientemente nombres como Almafuerte o San Felipe, han tenido una exposición mediática exacerbada, y palabras como Rehén o Revueltas han pasado a formar parte del lenguaje cotidiano. Mis vivencias más relevantes de la situación de nuestras penitenciarias, se remontan a la capacidad para actuar frente a las adversidades de la vida entre rejas de los penitenciarios y su entrega para salvar vidas sin discriminar sus delitos.

Quizás sólo el destino de unos cuantos está escrito en las estrellas y el de los más en la común vulgaridad de la tierra, quizás hay errores que se pueden prever, otros no, solo Dios es amo, dueño y señor de nuestras vidas y de lo que nos depare el destino.