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Porqué los hombres aman a las cabronas

Habiendo escrito algunas notas sobre chongos y amantes, me detuve a pensar en aquellas chicas que verdaderamente quieren tener un relación estable con alguien. Me animaría a decir que somos la gran mayoría.

Muchas veces me pregunté  porque una relación que al principio parecía ideal, con el tiempo degenera en una novia loca, rompe huevos, celosa y cansadora.  ¿Qué hace que las chicas nos transformemos en seres necesitados y totalmente dependientes de ese flaco del que fatalmente nos enamoramos?  ¿No les ha pasado, mis niñas, que después que se termina la relación, mirando en retrospectiva, desconocemos la naturaleza de nuestros actos, que han sido desde mantener a un pelotudo, creerle cada mentira y hasta a veces dejarnos maltratar?

Sinceramente, no soy de leer pelotudeces como libros de autoayuda o cosas así. Sin embargo, cayó en mis manos uno que me llamó la atención. Y les cuento que después de leerlo te cambia totalmente la perspectiva y te llena de confianza en vos misma. Me pasó que me reconocí en muchas situaciones demasiado vergonzosas, todo en pos de no quedarme sola.

Sigo creyendo que lo que nos mata es el nivel de entrega, que varía de mujeres a hombres. Mientras una renuncia a la mayoría de sus cosas, ellos no. Y ahí cometemos el primer error al pretender que ellos cedan todo lo que vos cedés. Para poner un ejemplo: no entendés porqué siente necesidad de juntarse con amigos a jugar a la play, si a vos no te pasa y sacrificas con gusto a las chichis por estar junto a él.  Justo en ese momento, es donde empiezan a morir muchas parejas. Y empezamos a romperle las pelotas a morir.

El libro del que les hablo se llama “Porque los hombres aman a las cabronas” y la autora es Sherry Argov.

Debo aclarar que antes que ponerme a leer boludeces, siempre preferí el testeo de cancha, igual me sale todo como el orto, pero si leen esto verán ciertos datos reveladores fundamentales para mantener el interés de un tipo a medida que pasa el tiempo.

Obvio que es sólo una guía, ya que será imposible entender algún día qué puta es lo que piensan o sienten. A continuación les dejo una breve sinopsis del libro en cuestión y algunas de mis frases favoritas. ¡Espero que les guste y que les sea muy útil amigas!

En sí el libro habla sobre las mujeres que son demasiado buenas. Ojo, no hace referencia a ser como Cruela de Vill, sino que las compara con lo que la autora llama “bitches” (cabronas, en la traducción como el orto en nuestra versión)

Empieza relatando lo que hace la “nena buena”, digamos. Cenas espectaculares, disponible full time, lava calzones y trapea el piso. O sea, se desvive por la relación. En algunos pasajes no sólo se refiere a las relaciones estables, sino que también menciona a la entrega de las chongas, en cuanto a te mandan un mensaje y salís corriendo, se desaparece un mes y apenas te llama te tiene en tanga y portaligas, para después desaparecerse durante otro mes. Historia conocida por todas.

Hace referencia también al hombre que te cansó para que le dieras calce y una vez que aflojaste, perdió el interés.

Este libro es un levantador de autoestimas automático, hace hincapié en la importancia de convertirnos en mujeres fuertes, independientes y por sobre todo, en no convertirnos en necesitadas. Como dice mi amiga, en mendigas del amor.

Algunos de mis fragmentos favoritos:

“La mujer que yo describo es buena pero fuerte. Tiene una fortaleza muy sutil. No deja a un lado su propia vida y no persigue jamás a un hombre. No permite que un hombre piense que tiene un dominio del 100% sobre ella. Y se da su lugar cuando él se pasa de la raya”

“Mientras la chica buena siempre está disponible, la cabrona es más selectiva sobre su disponibilidad. Está, pero algunas veces no. Pero es amable, lo suficiente para considerar las preferencias de él sobre cuando verla para poder, algunas veces, complacerlo. Él no tiene un control absoluto sobre ella”

“Nunca supongas que no eres lo suficientemente atractiva, y que por lo tanto debes dar demasiado o tienes que perseguir a un hombre. El gusto es subjetivo. Lo que para un hombre es “horrible”, para otro es “hermoso”. La primera cita tiene que ver con tu aspecto. En cuanto él se enamora, todo tiene que ver con tu actitud”

“Vestirte demasiado sexy no es una ventaja para seducir a un hombre. No se trata de tener éxito en excitarlo o no; ése no es un gran logro. Se puede excitar de muchas formas; se trata de mantenerlo excitado después de que quede satisfecho” (Les juro que amé a la autora con esto)

“Los hombres suelen admitir: Siempre quieres aquello que no puedes tener. La cabrona nunca deja que él sienta que la tiene bajo su poder. Como no la tiene totalmente, nunca deja de perseguirla. Por lo tanto, cuando él piense que está haciendo progresos y que te tiene justo donde quería, a veces es adecuado recordarle, amablemente, que no estás bajo su poder”

“La mitad de lo que tienes que hacer para complacerlo es excitarte tú, no fingir que lo estás. Es verdad que hay que alimentar el ego de un hombre, pero eso lo logra tu satisfacción. El mismo principio que resulta cierto fuera de la habitación es cierto dentro de ella. La cabrona puede satisfacerlo porque está más preocupada por satisfacerse ella misma. Sabe a ciencia cierta lo que le gusta a ella en cada momento. Y esto alimenta su ego como nada más puede hacerlo”

Hasta la próxima, hermosas mías, buena vibra para todas.

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