En mi vida la música es algo tan necesario como comer, bañarse y respirar. Creo que es tan básica como para hacer de tu momento una agonía o un viaje directo al lugar donde fuiste completamente feliz.
Es una máquina del tiempo. Recordas tu infancia, tu adolescencia y hasta podes ir un rato a ese futuro perfecto que siempre quisiste tener. En fin, la música es maravillosa.
Este gran amor se lo debo a mi padre que es un completo fanático. A sus dieciocho años se auto regaló un equipo de música que aún hoy, a sus sesenta años sigue en exquisita vigencia. Es el bebé de la familia. El día que mi viejo no esté se va a armar una guerra civil entre mis hermanos para ver quien corno se lo deja. Supongo que yo, porque soy la mayor y sigo en la línea de sucesión. Igualito que en la monarquía inglesa.
Crecí escuchando a Fito Páez, Charly, Soda Stereo, Kool and the Gang, Phill Collins, George Michael, The Beatles, Sting, Seal, EarthWind&Fire, Steve Wonder, y podría seguir y seguir. Asi es que con este mini listado supongo que se imaginarán lo chocha que me siento cada vez que suena reegueton, bachata y cuanta porquería se le asemeje.
Es una completa falta de decencia y de amor propio escuchar este rejunte de computadoras y voces deplorables sonando todo al mismo tiempo. Lo peor de todo es que se llenan de dólares sin haber hecho otra cosa que menear la pelvis de forma deplorable y cantar peor que un tero endemoniado a las 7 de la mañana.
La falta de cultura musical me indigna por completo. Y esto no tiene nada que ver con el poder adquisitivo que uno tenga. Conocí gente de campo que les encanta Michael Jackson y otros que viviendo en Palmares creen que los idiotas de Marama compusieron “Persiana Americana”. Me pasó de hablar de Queen y que el inútil no sepa “quien es el cantante”. Son momentos en los que estoy convencida de que mi cara debe transformarse en una especie de caniche toy maldito. Porque no puedo disimular mi falta de comprensión ante semejante situación.
Quiero aclarar que mi gusto musical va de Buena Vista Social Club a Aerosmith… pasando por U2, Rodrigo, Gilda y Coldplay. Tengo una amplia percepción de los ritmos musicales pero no tranzo con el desastre que es que un chabon cuente sobre sus deseos de clavarle su miembro a una pobre boluda que menea el traste frenéticamente. Me da asco. Es bastardear el don de llevar música en las venas.
Por favor, con el maravilloso acceso a las redes sociales y páginas web que existen busquen, investiguen. Que hay seres hermosos y gloriosos que lograron hacer que una piel aburrida se convierta en una partitura repleta de sensaciones en sólo 3 minutos. Créanme. La música es lo que nos ha salvado de los más grandes y crueles momentos.
A mis amigos siempre les gustó mis formas de ambientar un momento. Creo que hubiera sido una buena dj porque de agarrar un instrumento musical no sirvo. Me cuesta tocar hasta el triángulo pedorro que te daban en la primaria. Tengo el oído exigente pero las manos con menos coordinación que un mono.
En fin, sólo quiero lograr que al menos indaguen, conozcan, busquen. Es precioso descubrir una banda y la sensación gloriosa de escucharlos. Prueben. Pueden ser felices en un segundo.
Y para vos lector, ¿qué parte de tu vida ocupa la música?