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¿Se viene el estallido?

Las dos esquinas, un eterno round.

Aquí nos encontramos, otra vez en el eterno round que divide la grieta que atormenta desde el golpe de 1955 a este país. En la esquina izquierda, vistiendo de rojo, azul y verde, nos encontramos al peronismo con su eterno y falso discurso, aquel que tantos fanáticos a llevado a defender lo indefendible, igualando siempre para abajo. Por el otro lado vistiendo de amarillo y celeste en la esquina derecha los libertarios que exigen el fin de la pesadilla sin encontrar entre sus argumentos otro mas que “son todos chorros”, alzando las banderas pidiendo prácticamente un anarcoliberalismo, sin estado ni garantías.

Y bueno, en el medio nos encontramos varios, como espectadores, sufriendo mas que disfrutando de esta eterna pelea. Mientras, en los palcos, la política brinda con espumantes importados alentando por los unos y los otros, sin la conciencia de que ambos están un poco cansados de golpearse entre ellos mientras de arriba solo lanzan las migajas de los finos pasteles con los que se deleitan, pero siempre hambrientos de poder.

El eterno round se detiene por un segundo, las dos esquinas se observan por un instante, ambas están golpeadas y abatidas, sangrando agotadas del dolor, ambas giran su cabeza hacia arriba y el festín se vuelve incomodo para aquellos que entre risas se lo comparten. De pronto la esquina izquierda observa que las migajas no alcanzan para que sus hijos se alimenten y tengan una digna vida, la derecha observa los ojos sin esperanza de sus compatriotas y a los miles de espectadores tapándose el rostro de la vergüenza.

Todos vuelven su mirada hacia arriba, algunos deciden volcarse sobre las migajas y se prestan a defender a los de arriba, pero son pocos y la multitud es enorme. Comienzan a arrojar las butacas y los políticos huyen como gaviotas ante el ladrido de un perro en la playa. Al entrar a los palcos se observa la verdad, todo está en ruinas y la arena desde arriba se ve destrozada, lo poco que queda era guardado celosamente por los de arriba y hay que comenzar una vez más, otra vez, como siempre ha sido, en un eterno round.

¿Se viene? ¡Se viene!

Hoy nuestro país es un barril de pólvora, una chispa es suficiente para que todo estalle en un caos total. Mas que pólvora se esta tornando en nitroglicerina, más inestable y peligrosa que la primera.

Hoy día defender lo que ocurre es abrazar a un verdugo, no hay trabajo, hay hambre e incertidumbre. Nadie sabe que va a ocurrir el día siguiente a que esto termine, en vez de adaptarnos al invierno y salir de la cueva en búsqueda de leña para calentarnos y alimento decidimos encerrarnos, sin haber preparado antes todo para nuestra hibernación. En lugar de afrontar la realidad, que el virus llego para quedarse, con miedo nos dicen que hay que evitar incluso reírnos, cantar y gritar.

En los primeros días a muchos les pareció que esto era lo correcto, me incluyo entre estas personas y me arrepiento totalmente. Ya no siento que aquel que se reúne con sus amigos es una mierda de persona, ya entendí que la gente debe tener la libertad de hacer lo que quiera y es responsabilidad de cada uno cuidarse, como debo hacer yo que tengo padres con riesgo, ya que mi mama sufrió cáncer y mi papa es diabético, pero lo hago por elección propia y no porque alguien me lo impone, así debería ser.

Hoy, mientras el gobierno nos pide solidaridad, paciencia y quedarnos en casa, en algunas provincias como Chubut los empleados públicos, en su mayoría maestras, reclaman que les paguen sueldos adeudados de tres meses, mientras su gobernador contesta “lo que menos tengo que hacer es venir acá a darles explicaciones”. En Rosario hubo manifestaciones autoconvocadas, sin banderas políticas detrás como el 17A, de comerciantes y trabajadores independientes reclamando que los dejen trabajar, cantando “que se vayan todos”. En Mendoza volvemos a fase 3 y los trabajadores gastronómicos se manifiestan en casa de gobierno, no quieren volver a cerrar porque en muchos casos ya no van a poder volver a abrir.

Pero bueno, en nación no se bajan las dietas y no contentos con esto pretenden gastar 6.000 millones de pesos mensuales con una reforma judicial que pretende crear 908 nuevos cargos, en un país donde el PBI caería un 15%, casi la mitad de su población estará sumida en la pobreza y el desempleo subirá 20%. Miles de pymes han caído, sectores productivos destruidos y empresas se han ido. ¿Dónde esta el aumento del 20% que les prometieron a los jubilados? ¿Dónde está la inclusión verdadera? Cuando en el Chaco reprimen brutalmente a las comunidades Qom, totalmente pacíficas.

6.000 millones de pesos equivalen a 82.191.781 litros de leche larga vida, internet por tres meses para 1.250.000 familias con niños que no pueden acceder a una educación de calidad. Mientras discuten esto no sabemos cómo ni cuándo se va a volver a clases, como va a reaccionar el ya colapsado sistema de salud, el cual no prepararon durante el confinamiento como dijeron que iban a hacer, cuando se tengan que atender todos los tratamientos que fueron pospuestos, tampoco hay un plan concreto de reactivación porque “no creemos en planes económicos”.

¿Se viene el estallido? Si, si seguimos por este camino se viene, no lo duden. Esto no es ser golpista, saquen eso de su cabeza, la legitimidad del poder reposa sobre la confianza del pueblo y cada vez hay menos credibilidad. El estallido será en las urnas, o en las urnas y las calles, y espero que sea una lección para todos los políticos y habitantes de esta Nación, no se puede jugar con la libertad de las personas. No se puede repudiar a los dictadores y utilizar sus mismos métodos, incluso desapareciendo ciudadanos, despierten de una vez.

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