/Ser un niño adulto (cómo hacer para darte cuenta)

Ser un niño adulto (cómo hacer para darte cuenta)

Ayer, mientras iba en el auto, hice algo que me llevó a pensar que todas las cosas que hago son de un niño, de 5 a 7 años. Por ahí, como soy o cómo podemos ser, nos hace pensar que en realidad no crecemos, sino que aprendemos cosas, muchos de ellos las reemplazan, muchos de nosotros… solo las agregamos a nuestra rutina diaria, como pagar cuentas, trabajar, responsabilidad en síntesis. ¿Cómo podes darte cuenta que seguís siendo un niño? ¿Cómo saber que no caíste en esa famosa trampa mental de “soy un adulto”?
Les dejo unos ítems que yo realizo sin darme cuenta el cual hace que mi niño interior siga intacto y latente en cada aspecto de mi vida.

  • Caminas, si es en la vereda jugas a no pisar las líneas de la baldosa, y si vas por la orilla de la calle caminas por el cordón extendiendo los brazos, sino haces como yo, que voy con las manos en los bolsillos porque ya soy todo un profesional es esa materia.
  • A la hora de atarme las zapatillas todo el mundo se ríe de mí, porque me tiro al piso para ponerme el calzado, las medias y hasta incluso el pantalón. Si lo sé doy lastima, pero les aseguro que es muy cómodo, tienen que intentarlo.
  • A pesar de mi seriedad en mi rostro no puedo evitar ver un bebé y pensar en cómo carajo hacerlo reír, ya sea haciendo alguna cara o enseñándole un truco para que se sorprenda. Esto lo hago desde que tenía 5 años, y ahora tengo como 105 o por ahí.
  • Le tengo terror a las agujas, al olor de hospital, disimulo con mucho esfuerzo mi cara de horror cuando veo una, y solo pienso en correr.
  • Cuando estoy solo canto, canto horrible, pero sí sé que estoy muy solo canto más fuerte y he logrado desarrollar una voz muy bonita y modulada (mentira).
  • Por una extraña razón no lloro, pero me encantan las películas para niños, y cada vez que las veo me acuesto en el piso o me pongo como indiecito frente al televisor.
  • Dibujo mucho, con lo que encuentre y en donde sea, dibujo todo, hasta dedico dibujos a una niña muy especial, le pregunto -¿Qué queres que te dibuje? Se lo digo muy entusiasmado, ella me dice – Un elefante tocando la trompeta y bailando. Me pongo a dibujarlo rápido, porque así como yo quiero terminarlo rápido sé que esa personita quiere tenerlo ya para pintarlo.
  • Me encanta contar cuentos, inventarlos, leerlos y mezclarlos, mi versión favorita es “La nena que fue muy lejos” donde mezclo muchos cuentos y la protagonista los recorre todos salvando como siempre “al mundo”. Es excelente para dormir.
  • No duermo siesta, siento que cuando uno se olvida de ser niño lo primero que hace es dormir la siesta, a pesar de mi trabajo, el estudio y todo lo que hago no lo hago, me niego, el día se hizo para jugar y la noche para dormir, o mejor aún para vivirla de vez en cuando. Pero me niego rotundamente a dormir de día.
  • Me gustan muchos los dibujos, la imaginación que tiene la gente al hacerlo, me quedo mirando horas y horas el mismo dibujo, he ahí que sigo con mi fanatismo con Gorillaz, vi su primer video a los 9 años. Ese fue mi inicio a todo esto.
  • No me doy cuenta, pero siempre estoy despeinado, odio arreglarme, dedicarme a mi apariencia, siento que pierdo el tiempo.
  • Siempre a la hora de salir uso ropa cómoda, porque sé que voy a querer correr, trepar o moverme mucho. Lo más “Top” que uso es un jean.
  • Me gusta acostarme frente al televisor a ver los Simpsons y reírme como escolapio con cada cosa que dicen.
  • Me distraigo muy fácil de todo. Quizás estamos hablando algo muy serio y me empiezo a reír porque el perro que pasa por detrás tiene la cola peluda.
  • A la hora de dormir, siempre sueño lo mismo, zombis, guerras, armas y que puedo volar.
  • Y para finalizar les digo lo que venía haciendo en el auto y que siempre lo hago, mientras volvía de trabajar… saqué la mano por la ventanilla y puse mi mano como un avión cortando el viento, además hacia el sonido del avión.

Estamos en un mundo donde se nos exige madurar. Creo que usan esa palabra para decirnos que no hagamos estupideces, que no seamos vagos y que no hagamos cosas de “niños”. Usando nuevamente la palabra puedo decir que “Me niego seguir esa orden”. Yo tengo responsabilidades, tengo sueños y metas, pero eso no me va a impedir que siga siendo un niño para con los demás y más para conmigo mismo.

¡MIRÁ! ¡UNA ARAÑA!…

ETIQUETAS: