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Sexo bizarro

Sexo bizarro ¿qué elegirías al momento de ponerla?

Sexo bizarro no es una opción que se nos de con frecuencia. Incluso puede pasar toda una vida sin que tu pareja (casual o permanente) te ofrezca o demande probar con algo nuevo, algo distinto. No obstante, puede pasar que desconozcamos que quizás lo que nos gustaría hacer en la cama, ya existe,  que a otros también le gusta y que sin lugar a dudas podemos compartirlo con alguien. Antes de ir a la encuesta los pongo un poco a tono sobre las categorías de sexo bizarro encontradas:

Sexo bizarro

Necrofilia

Te gusta coger con los muertos, con un cadáver calentito o víctima del post-morten. Un caso extremo es el de los necrofílicos que le dan bomba a cuerpos putrefactos, profanando tumbas y violando a los pobres muertos.

Zoofilia

Solemos usar palabras relacionadas con los animales al momento de ponerla, onda “hagamos chanchadas”, “la tiene como un burro”, “mostrame ese conejo”, “te rompo la almeja”, “¡el olor a pescado que tiene!”, “hagamos el perrito”, “me cogí un gato”, etc. Pero cuando nos animamos a literalmente probar con un ser vivo no humano, pertenecemos a esta rama. Suele presentarse en zonas rurales donde escasea el sexo femenino.

Ginemimetofilia

Tenes propensión a los travestis. No te consideras homosexual, sos hétero, pero te encanta relacionarte con chicas travestis. No te animas a hacer públicas tus relaciones, pero sos de pagar por el placer de acceder a ser penetrado/a y bendecido/a con una felatio /cunnilingus propiciado por una dama con manija.

Electrofilia

De chiquito/a tu héroe favorito era “Flash” y ahora de grande es “Thor”. El auto de tus sueños es el Volt y tu banda favorita es AC/DC. Te encantan las tormentas eléctricas y tu color favorito es el azul. Si se cumple todo esto, es casi seguro que te encanta que te metan picana mientras tenes relaciones. La electricidad te produce orgasmos inusitados.

Androfilia

Te tocaste mirando “Robocop” y tuviste sueños húmedos con “Yo robot”. Ni hablar si tenes un consolador de C3PO. La tecnología es lo tuyo y econtras perfección en la ergonomía de un cuerpo cibernético. Si te gusta que te pongan aceite, te agarren la palanca, te aprieten la argolla, te rompan el engranaje, te lubriquen las correas, lo tuyo es el gusto por los robots en el sexo.

Olfactofilia

No te gusta el Kenzo, tampoco el Carolina  Herrera, no amas el olor de los libros viejos, tampoco el de los muebles antiguos, el aroma a tierra mojada de la lluvia no te mueve un pelo, no te genera adrenalina el olor a combustible y cubierta quemada de las carreras. El humo del café ni te va ni te viene, nada de esto te excita… lo que realmente te enciende la sensualidad es el olor a chivo… a axila, a sobaco.

Tafefilia

Vos no sos como los degenerados esos de los necrofílicos que se andan culiando muertos, no. Tampoco te da para andar profanando tumbas y manoseando cadáveres. Pero te excitas de sobre manera cuando cavan un agujero, te meten dentro y te comienzan a tirar tierra, a taparte. Te encanta que te entierren vivo y eso te hace acabar como nunca.

Clismafilia

En tu vida es todo normal, pareja normal, laburo normal, gustos normales, pero tenes una adicción imparable, algo irrefrenable que te hace llegar al orgasmo seguro: te encanta que te metan cosas por la cola. Y no estamos hablando de un dedo, pene o consolador, sino artículos varios, como desodorantes, bolitas, latitas de cerveza, un celular o botellas de Coca.

Autonepiofilia

Te gustan las personas relativamente cercanas a tu edad, más grandes o más chicas, pero normal. La pedofilia te parece aberrante y una degeneración. Tenes clarísimo que no te gustan los niños, pero no sabes por qué, en el momento del coito, te encanta que te traten como un bebé. “¡Venga mi bebota que se va a comer esta flor de poronga!”, “A ver cómo mi bebe se mete este chupete en la boca”, “¡Cogeme bebé, cógeme!”, “Ohhh si bebé haceme upita”, “meteme ese chiche en la cola”.

Flatofilia

Sos una versión extrema del olfactofílico/a, tampoco te gusta el perfumito, ni el sabor del guiso, ni los porotos, ni las legumbres, ni la leche entera, ni el picante, ni mezclar café con coca o tomar chocolatada con churros. Invitas a tu pareja a comer estas cosas todo el tiempo para que el gas butano haga lo suyo y se pueda cagar frente a vos con un ruido estrepitoso que te hace excitar como un lobo en celo. Te encanta el olor a pedo.

Autoconsuerofilia

Tu momento de ponerla se convierte en un rito bastante peligroso, complejo y hasta sádico. Previo a ponerla tenes que tener una serie de elementos particulares, como aguja, hilo, alcohol, gasas, pervinox, tijeras, algodón, y sobre todo conocimiento sobre medicina, ya que te encanta cocerte partes del cuerpo para garchar.

Microfilia

Te gustan las personas de todo tipo, rubias, morochas, flacas, gordas, inteligentes, brutas, divertidas, aburridas, no le haces asco a nada. Mientras te den bola y te caigan bien, vos le entras como rengo a la muleta. Pero hay algo que te fascina, que no podes controlar: tu pasión por los enanos. Pero no hombres y mujeres de baja estatura, sino que padezca enanismo.

Anastimafilia

A diferencia con los anteriores, a vos no te gustan los enanos, sino que te gustan los/las pasados/as de peso. Esas personas que tienen kilos de más, que desbordan por los costados, que tienen buenos paisajes donde agarrarse, carne que apretar, piel que recorrer, cintura enorme que abrazar y un peso galáctico sobre vos, te pone como el mismísimo Diablo.

Coprofilia

No te gusta que un socio te duerma con una empresa, tampoco te gusta que las palomas hagan lo suyo sobre vos, mucho menos que te den mal el vuelto en el kiosco. No te gusta que los políticos te mientan, ni que te cobren mal un producto que compraste. No obstante, te encanta que te caguen mientras garchas. Que te llenen de caca el pecho, la boca, la cara.

Acrotomofilia

De chiquito/a no te ponías a llorar si a un juguete se le rompía el brazito o si a la Barbi se le salía una piernita. No te molestaba en lo más mínimo, sino que seguías jugando feliz. No te amargaste cuando te pisaron al Toby y le tuvieron que cortar una pata, incluso a partir de ese día jugabas más con él y te lo llevabas a dormir a tu cama. Llorabas de felicidad al ver Tiburón o cualquier película gore que muestre mucha sangre y desmembramientos. De grande te diste cuenta que sos acrotomofílico/a y te encanta coger con gente que tenga miembros amputados.

Al momento de ponerla, ¿qué categoría de Sexo bizarro te gustaría probar?