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Soy Olivia y soy virgen

¡Hola, mis queridos polluelos! Hoy os vengo a contar una pequeña y entretenida historia, que os va a encantar. (Os había preparado un videito en YouTube, pero mi voz os causará miedo)

Mentira, es una historia de mierda, es MI historia, la historia de cómo hasta el día de hoy, a la edad de 18 años (y en pocos meses 19), sigo siendo virgen (favor de subrayar la palabra virgen dos veces).

¿Por lo menos soy mujer no? En un hombre esto sería unas 10 veces más degradante y risible, pero sigue siendo una mochila pesada, no puedo dejar de pensar que la vez q esté con alguien no voy a saber qué hacer, voy a estar incómoda, nerviosa, perturbada, nuestros cuerpos desnudos, ¡MI cuerpo desnudo! ¡Horror! ¡Vergüenza! ¡Desesperación! ¿Qué hacer ante esta situación desconocida para mí? ¿Que apague la luz? Sigue siendo traumatizante, la consternación de que ÉL me toque, que palpe mis tetas, mi culo, mi piel… suena erotizante en teoría, pero ¡no! Es muy jodidamente angustiante.

Ustedes se preguntarán (o más bien estarán asegurándolo) “¿esta mina es una nerd?” “¿nunca tuvo novio?”  “¿será más fea q el cuco?” “¿será una frígida de mierda?”. ¡No señores! Ni soy nerd, ni soy fea, ni estuve encerrada en un burbuja de cristal toda mi vida, simplemente… le escapé a las relaciones serias, me daba miedo lo que soy, lo que sé, mi experiencia (o mejor dicho inexperiencia), me da miedo abrirme totalmente a otra persona.

Siempre tuve algún huesito, siempre me imaginé con ellos en un futuro lejano, como una pareja feliz, tomando mates en el patio, o yendo a juntadas con amigos, o simplemente solos en la intimidad (confieso que me imagino así con todo espécimen masculino que se haya cruzado en mi vida). Pero nunca jamás de los jamases intenté con mucho esfuerzo lograr algo serio, lo quise, pero nunca peleé con la intensidad que debería haber peleado. Esa es una buena razón de por qué sigo virgen.

Es algo contradictorio, mi sentimiento y mi moral, tengo ganas de saber QUÉ se siente, de estar en una relación apasionada, de cerciorarme de lo genial e incomparable que es llegar a estar así con alguien. Pero por otro lado, no puedo estar con alguien cualquiera, con un gil que no conozco o que no quiero, necesito que sea con alguien con quien me sienta segura, alguien que me respete, alguien que bla bla bla no los quiero aburrir.

Les paso a contar una de mis tantas experiencias con un engendro al cual llamaremos Susi… Este Sr. Susi hace rato que me venía arrastrando el ala, un día me invitó a ir al cine, fuimos la pasamos bien, todo lindo, todo jamón, FIN.

Lo catastrófico sucedió en nuestra segunda cita. Nos juntamos un sábado a la mañana, yo venía del dentista y todavía estaba medio anestesiada, él venía de bailar, y todavía estaba medio anestesiado. Tipo 12 del mediodía estábamos en el centro y nos dispusimos a ir a desayunar a Mc Donalds, hubo un debate previo (porque ambos sabíamos lo que eso nos iba a doler)  sobre si no era más económico ir a almorzar a otro lugar y todo eso, pero igualmente terminamos en ese local de comidas rápidas, antes tengo que aclararles que yo tengo un plan a futuro muy extraño y poco comprendido por el mundo, que es el de tener 7 hijos varones, no me juzguen.

Estábamos los dos desayunando, semi-dopados, conversando sobre cosas de la vida, cuando en mi estado extraño entre somnolencia  y hambre, se me escapó esa confesión, la de los 7 críos hombres. Su cara fue… inexplicable, en su cabeza se le debe haber cruzado desde regalarme un televisor para mi casamiento hasta partirme un mazo en la nuca. Es lógico que a ningún hombre le parece atrayente la idea de estar al lado de una mujer que pretende 7 hijos, sin contar que era la segunda cita.

Pero la embarrada épica fue cuando encima de todo esto le mencioné los nombres que me gustaría ponerle a cada uno, entre ellos Susi (sí, desde antes de conocerlo me gustaba ese nombre). Ahí me encontraba yo diciéndole sin filtro alguno:

-Sí, ya tengo hasta los nombres premeditados, se van a llamar Ramón, Evaristo, Sandalio, Casimiro, Eustaquio, Pepito y Susi- Luego, lamentablemente, pensé en voz alta. –Pero ya no le puedo poner Susi…- FIN.

Y así fue cómo la cagué monumentalmente y nunca más volví a saber de él.

Bueno, así como ésta, tengo muchas historias más que suman a que sea virgen. Así que si les interesa lo que les pueda llegar a contar comenten a favor, y si no…súbanse a una tortuga y váyanse bien despacito a la re calcada… Muchas gracias. 

NOTA: Los nombres utilizados son ficticios. No voy a ser tan mala madre, le voy a poner nombres lindos a mis 7 hijos varones. 

Escrito por Olivia para la sección:

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