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Alessandro Rampollo te trae sus consejos para una primera cita

Mientras más te guste una chica, más nervioso te vas a poner al momento de invitarla a salir (aforismo de Fernando Hidalgo), pero jamás de los jamases es mejor opción no haber intentado imperiosamente que te diga que si, aún luchando contra nervios del tamaño del cerro Arco.

Sabemos que cuando la dama en cuestión nos interesa para algo más que para verle la cara a Dios, la dificultad se agranda y las oportunidades escasean. Somos nosotros solos los que muchas veces nos fabricamos nuestro propio laberinto de dudas al momento de avanzar, ya les he recomendado que hacer para levantar minas anteriormente (clik ACÁ).

El motivo de esta nota es para comentarte de cosas que pueden pasar en la primera cita que debes (forzosamente) evitar a toda costa. Y así como en mi nota pasada recomiendo como actuar con las minas, en esta nota les recomiendo que tener en cuenta una vez que dieron el pasito, se animaron y lograron el preciado “si, salgamos”. Lo vamos a comparar todo con animalitos, así lo entendes bien burrito de mierda.

  • Tene pensado el lugar, pescado inmemorable. Es muchísimo mejor usar el “te voy a llevar a un lugar sorpresa” o ir directamente donde pensaste a usar el “¿Dónde queres que vayamos?”. El cual siempre pero siempre va seguido del “donde vos quieras” (y quedas como un nabo que no tiene poder de decisión). Es mucho mejor aún preguntarle a la chica donde le gustaría ir, aclarando que vos ya tenes de antemano un lugar decidido. Con esto no va a quedar tan en evidencia lo muchísimo que te chupa un huevo el lugar con tal de verla. Pajero.
  • Lleva plata de más, rata apestosa. Independientemente a su masa corporal, no sabes con quien vas a salir, por lo que puede ser una enferma de la dieta y picar una galleta con un vaso de agua o puede ser una deportista que acaba de correrse una maratón y se quiere comer un matungo vivo, solamente como entrada. Jamás en tu vida se te ocurra, por nada absolutamente nada en el mundo, hacerle paga a ella la mitad (Personalmente eso te llevaría a entrar en la misma características de personas que repudio y odio profundamente como Hitler, Videla y Federico Klemm)
  • No comas como cerdo ¡hombre! Recordá que es una cita con una chica que te interesa, no una juntada con los trogloditas de tus amigos o con tu vieja, por lo que el fin de la cita no es comer con si fuese la ultima cena. No vas a poder andar con ganas de desabrocharte un botón y tirarte para atrás porque la presión en la panza se hace insostenible. Sería patético que andes pipón, a los suspiros como bebé llenito. No seas tan ordinario. Y ni hablar si se te da la bendición divina de poder intimar… ¿te imaginas que se te escape un pedo durante el apareo? De escribirlo nomás me da vergüenza.
  • No aparentes ser un lobo en celo. Un “si, salgamos” puede ser, en un principio, nada más que eso. Podes tener la suerte de terminar en las sábanas, pero las posibilidades son mínimas. Con suerte te lleves un beso, nada más. Entonces que debas ser frontal y no histeriquear más que ella, no quiere decir que ante el primer descuido le trates de meterle un pitazo, o te la trates de apoyar toda la noche. Sacate de la cabeza, por ahora, esos pensamientos obscenos y enfocate en quedar más o menos bien, más o menos civilizado. Total, podes llegar a tu casa y pajarito y a la cama, logrando dormir calmadito y quedando bien con la muchacha. ¡No le quites el misterio tan rápido paparulo!
  • Dejala hablar, cotorra maltrecha. Tenes que ser el que guía la conversación, no el locutor. Por lo menos fingí que lo que te cuenta te interesa, no podes andar a los bostezos mientras habla o esperar que haga el primer silencio para contarle del caño que le clavaron a Ronaldo o de cómo quedó el Gol de tu primo cuando le cruzó la leva. Evitar los silencios espantosos no quiere decir que debas tener una anécdota para cada situación o que debas impresionarla con logros absurdos. No sos Indiana Jones y ganar las olimpiadas de matemáticas en la primaria no suma, inadaptado social.
  • Hacete cargo de la movilidad, canguro tarado. Puede pasar que no tengas auto, no es nada del otro mundo carecer de él, ni impedimento alguno. Podes acudir al auto de tu viejo, de un tío gamba, de un amigo del grupo o hermano con guita. Caso contrario conseguí plata y paga un taxi. Taxi que te busque, la busque a ella con vos arriba y al concluir la cita la lleve a la casa de ella primero con vos arriba y que por último te lleve a vos (punto importante que te permite bajarte y salir corriendo sin garpar, si está ella en el taxi perdiste campeón). No seas tan asqueroso de hacerla ir sola o despedirla en el centro a las 3 de la mañana para que tenga que patear de noche hasta llegar a su casa.
  • Hacela divertir, hiena imberbe. Es tu primera cita, ella no tiene porque enterarse de tu mala leche en el laburo, de lo mucho que te bochan en la facultad, del guadañazo que te pegaron en el fulbo o de lo mal que te llevas con tu vieja. Esto no quiere decir que te transformes un Piñón Fijo, pero por lo menos hace que la cosa sea amena y entretenida. Un tipo con humor mesurado genera atracción, los llorones apestan. Acordate que queres que sea tu pareja, no tu psicóloga. Así que a lloriquear a otro hombro, cañón de asedio.

Bueno, ya me parezco a la revista Cosmopolitan. Prometo la semana que viene traerle consejos para coger rico, largo y tendido, fogoso, sensual y húmedo.

¡Garchen y sean garchados como Dios y la Patria mandan! ¡Viva Perón!

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