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Amigo con derecho: excusas para ponerla una semana

Estaba palomeando como siempre en facebook, sin dejar de sorprenderme lo obvio de las personas en estos días pelotudos, mientras hablaba con Betty que, de pedo, no se estaba tiroteando a algún adolescente indefenso, y pensé: estaría para debatir con esta atorranta el tema de los amigos con derechos.

Gurkha: -Che, gorda, ¿qué onda vos con el día del orto este?

Betty: -El día del amigo es el día que más paja tengo. A este año le voy a sumar el frío que hay de mi puerta para afuera. Está como para dejarte los pezones agujereando corpiños. Y pienso: ¿por qué carajo todos quieren salir? Pedís una pizza a las 22 pm y te la traen a las 2 am porque todo es un mundo de gente. Hay dos mozos para atender 70 billones de personas por bar, PLUS no te dejan fumar adentro por la puta ley de tabaco, entonces te tenés que ir a congelar afuera, tiritar como epiléptico y terminar tirando un pucho casi entero (plata le digo yo).

Me paso todo el día pensando: en vez de estar cagándome de frío podría estar en mi casa, al lado de mi estufita, con mis pantuflas, mi pijama incogible, un chocolate grande Block y mil pelis, en lo posible de Di Caprio, así me toqueteo  después (o durante). En ese momento miro a mis amigas y pienso: ¿por qué no se transforman en un chongo? ¿Por qué estoy acá cagándome de frío con ustedes y no la estoy poniendo con un chongo? ¿Por qué existe el día del amigo y no el del amigo con derecho?

Gurkha: -che, si existiera el día del amigo con derecho, ¿qué cosas tendríamos totalmente permitido hacer en ese día?

Mandar un mensaje de madrugada exigiendo sexo lujurioso:

Mujeres: generalmente las minas somos más pelotudas al momento de solicitar que nos entren sin piedad porque tenemos un caloventor de 20 calorías entre las piernas por miedo a quedar como “putitas” o “desesperadas” aunque nos consideramos eso mismo. Ese día quedemos como las rameras más grandes de Atlanta, andemos sin bombacha y mensajeemos hasta gastar nuestro crédito y el de nuestra mejor amiga (para hacerle honor a su día).

Hombres: para nosotros es más natural enviar ese mensaje y, generalmente, es impulsado por la ingesta de alcohol que te lleva a querer deglutirte una argollita con los primeros rayos de sol. En realidad, que sea el día del amigo no hace la diferencia, solo que nos da por ahí un margen más amplio de cochinas a disposición, me refiero que podés saludar a esa que hace mucho no le ves las paty paralelas y ¡opaa! ella también está disponible como toda una sucia pervertida esperando que caigas con tu marsupial erecto y borracho.

Telo a medias:

Mujeres: deberíamos ser más consideradas al momento de que los vemos abrir la billetera y pedir la habitación más barata (que sale el equivalente a una remera que no pudimos comprar por falta de fondos para ir a enseñarle los senos a otro que no es con ese que estás a punto de practicar cómo tener hijos). En ese momento, utilizar la empatía sería un golazo. Quién te dice que, con las mitades que ahorren, no terminen comprando adentro un consolador y te lo quedes vos, o te alcance para comprarte algo que te saque el mal sabor de boca si el nene andaba haciendo promociones a La Serenísima.

Hombres: todo un tema, nos hiere en el orgullo tener que aceptar plata de la dama, por más que sea una amiga con derecho, una trola con izquierdo o una reventada que maneje las dos manos, pero, a su vez, nos favorece la billetera y, si lo pensás profundamente, ella también la paso bien o, al menos, lo intentaste, a no ser que se te muera el gusano en mitad del partido y ahí tenés que pagar vos por salame. Aparte de irte a la mierda, pero, si el partido estuvo bueno, no está mal que la sucia te tire unos chelines, o que te chupe el pito hasta la puerta de tu casa si no tiene guita, pero que aporte con algo.

Sólo por hoy, tomate la mema:

Mujeres: antes de ir a ponerla, rezamos un rosario para que le de un calambre en el pito antes de pedirte como mendigo que te la tomes. Siempre te hacés rogar, siempre le buscás la vuelta, o terminás a las arcadas y puteándolo del asco. En caso de acceder al pedido, seguro terminás con el pelo duro, la remera acartonada o el ojo rojo una semana. En cualquier lado menos en la boca, porque, además de rompe huevos, ¡no le atinan! Pero es la semana del amigo con derecho, por lo que aconsejo pintársela de verde y llenarlo de besos franceses, mientras recordás cuando hacías lo mismo mientras jugabas a la princesa y el sapo.

Hombres: ¡ufff! Que la trague es de muy hijo de puta. No es de amigos eso, aunque, ¿a qué hombre no le gusta? ahhh cuando la tenés ahí a centímetros del bicho cabezón…y vos te la estas jalando dale que dale para que se venga el yogurth asesino y ¡¡¡puaaaaa!!! le tapas todas las caries con leche a la cretina… y te quedas mirándola esperando que trague, pobre porque la cara de «sos un hijo de puta» es tremenda… y ahí le das dos pijazos en la punta de la nariz a modo chiste y te prendés un pucho como todo un campeón…

Entregá tu amigo/a:

Mujeres: Aunque “celosa” sea mi segundo nombre, sabría que una de las principales reglas de este juego es NO CELOS. Así mismo, sería bien hija de puta y, antes de la juntada con mi hermana de la vida le pego la cogida de su puta vida y le digo a mi amiga que, en caso de que acepte, primero es la trola más trola del fucking mundo y, segundo, que no le gustan tan trolitas. Ni hablar que, después de eso, automáticamente ingresa a la lista negra de flacos incogibles.

Hombres: ¡una pelotudez! Yo, personalmente, soy más celoso que la mierda y, aunque sea una amiga con derecho, no me gustaría que la maldita me pregunte por un amigo. Aparte, mi pito saldría del pantalón a decirle: «hey, asquerosa, pensé que esta noche me besarías». Aunque no niego que, quizás de culiado, alguna vez pregunté por la amiga de una amiga, pero también me pasé la noche haciéndome la marmota solito porque me quedé sin el pan y sin la argolla.

Aguantame como esté, vos me llamaste:

Mujeres: Siempre estamos pendientes de que en un encuentro sexual el susodicho no nos encuentre en algún estado que lo haga abandonar próximos encuentros. Pero, puede pasarnos que estemos tiradas dedicándonos a engordar y que justo nos llegue el mensajito “te busco en 5 y lleva aceite”. Y si es “en 5”, suelen cumplir. Ni modo. No hay tiempo ni de agüita ni de Gillette. Pues, andá igual, hermana, y que se coma la que venga. Así mismo con el flaco: si llega con olor a humo y aliento a wisky barato, es porque él no estaba esperando que vos lo llames, sino que estaba con los amigos comiendo un asado y chupando como un manyín. Así que pecho. Y si debajo del calzoncillo sale olor a fútbol, ¡la chupan igual, hijas de puta! Nada de “¡ay, qué asquito, tiene pelitos en el culo!

Hombres: hay que ir con la mente preparada para poder soportar acariciar una pierna media áspera, peludita… ¡ni hablar de los pendejos de la cueva! Entiendan que la mina no es Andrea del Boca, que esperaba al lado del teléfono a que la llamara Raúl Taibo… ¡naaah! Si no tiene sexo seguido, se deja el bigote inguinal. Así que pecho cumpa. Usted quería almeja, ¡ahí la tiene!, pero con peluca.

Pegame y decime “la concha de tu hermana”:

Mujeres: Si te dicen “putita”, “trola”, etcétera, la mayoría suele ofenderse. Este tipo de vocabulario llega a ser hasta importante y necesario en la cama. Ofendete, en todo caso, si el flaco es un fulano que no le conocés ni el nombre, pero si es tu “amigo con derecho”, que te insulte hasta la madre, y en lo posible te tire el pelo, te deje el culo como mandril y hasta te haga unas mini asfixias (válido para ambos). Vos también engánchate con esa de las puteadas y hasta denígralo. Algunos suelen hasta activarse el doble cuando les decís: “te hacías el más lamedor y yo me estoy limando las uñas”.

Hombres: para nosotros, es claro el tema del vocablo de cama y el uso liviano de algún que otro golpe. Por ejemplo: si fuera nuestra novia, uno la duda en decirle: «¿te gusta putita?, ¡chupame la poronga, dale, dale!», emulando un simio enajenado en cocaína. Pero, a esa amiga con derecho, sabés que es más sucia que vos, entonces podés fantasear con todo. La re puteas, le decís groserías tipo: «que rica conchita», «te voy a llenar el orto de leche».

El tema de los golpecitos es lo mismo. A tu novia no la podés atar y darle cinturonazos en el culo porque va a pensar que esta de novia con un demente hijo d puta. En cambio, a tu amiga con derechos, le haces eso y, si pinta, caes con dos amigos y un enano también y que se pudra todo.

Teniendo todos estos “tips”, por llamarlo de alguna manera, estamos listos todos para fomentar LA SEMANA DEL AMIGO CON DERECHO.

Y vos, ¿qué le agregarías?