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Bloqueo de escritor vs proceso creativo

 “En un mundo de caos sin sentido y en un planeta de utilidad y ruina, nada sino la imaginación tiene importancia”
Howard Phillips Lovecraft.

La imaginación es un recurso inagotable que tiene la mente para manipular cualquier tipo de información. Usamos imaginación para que no se aburra un niño, para resolver problemas, para pensar nuevas formas de generar ingreso, para mezclar alcoholes en la previa, para cocinar, para mentir. La infinidad de memes y de respuestas inmediatas son prueba de ello también.

La imaginación es un proceso creativo que genera representaciones, que nacen de nosotros por la ausencia de estímulos en el ambiente. Wikipedia aclara, que la imaginación no solo atañe a lo visual, sino también a otras áreas sensoriales.

Con esto respondo dos situaciones que preocupan, tanto el famoso “bloqueo de escritor” como la falta de estímulos sensoriales reales.

Voy primero con el bloqueo de escritor, y me atrevo a darle un nuevo concepto. Esta frase, a la que nos aferramos como si fuera una justificación inofensiva, es la respuesta del tiempo que pasa nuestro cerebro buscando un concepto verbal con el que pueda asociar las imágenes recibidas.

Pasamos entre 4 y 7 fotos por segundo en Instagram, casi mirando sin mirar.

¿Qué es lo que nos atrae tanto? Veamos que dice la RAE:

Imagen: Del latín Imagos – inis.
1. f. Figura, representación, semejanza y apariencia de algo.
2. f. Estatua, efigie o pintura de una divinidad o de un personaje sagrado.
3. f. Ópt. Reproducción de la figura de un objeto por la combinación de los rayos de luz que proceden de él.
4. f. Ret. Recreación de la realidad a través de elementos imaginarios fundados en una intuición o visión del artista que debe ser descifrada.

Pará. Entonces ¿Es lo que vemos o la recreación imaginaria asociada a otras cosas lo que tanto nos llama la atención?

Las imágenes llegan a nosotros no solo mediante la televisión y la fotografía, sino que los medios móviles facilitan el acceso, tanto para verlas como para compartirlas. Tal es así que el 22.9% de la población mundial usa Facebook. Esta red social tiene 2.01 mil millones de usuarios activos al mes y se suben un total de 300 millones de fotografías al día, según las estadísticas e insights que obtuvo brandwatch el año pasado.

Mientras pasamos fotos, nuestro cerebro está procesando imágenes y buscando conceptos en menos de un segundo.

De hecho, un estudio reciente llevado a cabo por científicos del MIT (Massachusetts Institute of Technology), ha comprobado que el cerebro humano es capaz de procesar imágenes completas en tan solo 13 milésimas de segundo.

Como explica Mary Potter, profesora de ciencias cognitivas y cerebrales del MIT y autora principal del estudio, «El hecho de que podamos hacer eso tan rápido nos indica que lo que la visión hace es encontrar conceptos. Eso es lo que el cerebro está haciendo todo el día, tratando de entender lo que estamos viendo».

Estos datos visuales recibidos generan, inmediatamente, la búsqueda involuntaria en nuestra memoria verbal de un concepto con qué asociarla; éste trae otro consigo y así llegamos a la asociación de ideas o al menos eso pensaba David Hume, filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés nacido en 1711:

 “La asociación de ideas es la disposición natural de la imaginación por la que nuestra mente tiende a relacionar varias ideas. Como consecuencia, la presencia en nuestra mente de una idea, trae consigo la aparición de otras. Gracias a dichas conexiones naturales formamos espontáneamente las ideas complejas a partir de las ideas simples; las leyes de la asociación describen dichas conexiones y son consecuencia de la imaginación, no de la razón.”

Hume presenta la ley de semejanza, la de contigüidad en el tiempo o en el espacio y la de la causa y efecto como las más importantes leyes de la asociación de ideas y dice que estas conexiones naturales son producto de la imaginación, que no es más que esto de lo que venimos hablando: la imagen creada a partir de datos sensoriales y memoria no verbal (visual u olfativa) que guardamos.

Tenemos las imágenes, tenemos imaginación y capacidad para procesarlas, ¿Qué nos impide bajarlas al papel?

Si googleamos sobre el bloqueo de autor los consejos para salir adelante son pasear, mirar una película, leer, salir a correr, visualizarte en alguna aventura, entre otros. Pero ¿cuál es el fin de tales actividades?

Para buscar algo que nos estimule la imaginación. Estamos tan encerrados en la pantalla de un celular que salimos a correr y en lugar de respirar profundo y pensar en qué olores sentimos y a dónde nos lleva cada aroma, hacemos una historia de insta, con hashtag, ubicación y gif.

En la era donde todo se comparte, cada vez tenemos menos para nosotros. Menos intimidad, menos tiempo, menos ganas, menos tolerancia, menos paciencia. Las redes sociales funcionan como plataforma de descargo inmediato, por lo que ya no necesitamos sentarnos a elaborar una idea, ya que el fin, que es ser vistos, está cumplido. Ya no es tan divertido sentarse a escribir una carta y cada vez cuesta más separar un tiempo para la introspección.

Reconocida la problemática es hora de actuar.

Un buen ejercicio para que esta maldición desaparezca es hacer algo que te saque de la rutina, de tu zona de confort. Incomodate, explorá, probá y escribí 5 líneas sobre cómo te sentiste. Qué sensaciones te sumó, cómo llegaste a sentirlas, cuál de todos tus sentidos se vio más afectado, si el tacto, la vista, el olfato, el gusto…

Permitite la sonrisa, el dolor, hablar con un desconocido, cambiar de varietal preferido, el sexo casual.

Otra ayuda es predisponer cuerpo y mente para el proceso creativo. En mi caso, tengo una especie de “ritual” antes de empezar a escribir. Generalmente lo hago de noche, prendo un palito de sahumerio, alguna velita cerca, abro un vino. Otros recurren a cigarrillos armados varios y música. Recuerdo una compañera de un taller que hice acá en Buenos Aires, su ritual era el de arreglarse antes de sentarse con la computadora. Tacos, make up, ropa especial, entre otros.

Cada uno va llegando a su manera y encontrando la forma, no hay que desesperarse. Tampoco ponernos a nosotros mismos la vara tan alta, una cosa es exigirse y otra cosa es bajarse la autoestima creyendo que no somos buenos para ello.

Más de uno escribe desde las experiencias, si dejamos de escribir, dejamos de experimentar, o de conectar con lo experimentado.

Tomemos lápiz y papel o sentémonos con la compu y dejemos que la imaginación experimente con nosotros.

Ejercicio abierto:

Escribí en los comentarios mínimo dos oraciones, máximo 5 que contengan las siguientes palabras:

Berenjena – Afluente – Porcelana – Hielo – Oráculo

¡A jugar!