/Conduciendo en la jungla

Conduciendo en la jungla

Mendoza tierra del sol y del buen, tierra de altas montañas, plazas por doquier y pelotudos manejando.
Un hermoso día soleado podrás encontrarte con los siguientes personajes piloteando un automóvil, cada uno con sus características que los hacen propios.

El de la moto: Este es un sujeto con muchas agallas, es un velocista pero con la capacidad y la habilidad de pasar por entre los demás automóviles con mucha agilidad. Esto los convierte en uno de los mayores peligros que tenemos a la hora de manejar. Suelen escabullirse por donde nadie lo ve, y pasar semáforos en rojo, subir por la senda peatonal y hasta los podrás ver esquivando controles policiales para no ser detenidos por andar sin casco o sin papeles.

La abuela: Suele ser una vieja chota que no ve un pedo, no respeta las señales de tránsito y entorpece el tráfico de una ciudad manejando a 20 km/h. Dobla muy lentamente en las esquinas y se hace la desentendida después de mandarse un pedo y que la puteen hasta el desguace. Todos la perdonan porque es eso, una abuela y todos estamos de acuerdo que es dificultoso manejar no viendo un pedo y uno se pregunta ¿Quién mierda le da el carnet a esta persona?. Y una que otra  vez se salva de los partes policiales haciendo alguna escenita.

El taxista: Es una persona que por su tiempo de manejo en la calle se vuelve despreciable, no respeta nada ni a nadie, es bastante grosero y puteador. Es charlatán por demás y a sus pasajes les cuenta historias  que nadie quiere saber mientras se abre paso por esta jungla de conductores.

No hay mina de la que no haga comentario haciendo alusión a todo lo referido a copular con ella. Su auto mayormente parece una mercería por dentro y por fuera siempre se encuentra limpio.

Te encierra, te acelera, no te deja pasarlo y te tira el auto encima, pero de ellos ya estamos acostumbrados a ese comportamiento.

Las mujeres: No todas las damas son iguales al volante, pero la mayoría de ellas maneja con miedo o no les interesa al parecer conducir correctamente, lo que empeora su habilidad de manejo. No miran por los espejos y no comprenden las leyes de la calle (no todas, la mayoría). Aprovechan cada segundo dentro del automóvil para maquillarse o producirse antes de llegar al destino deseado.

El del celular: Este es un boludo/a típico/a de nuestro entorno. Se empeña en hablar por celular pero no por manejar, en su odisea por sostener el teléfono con la mano derecha y meter los cambios por la izquierda se mandan cagada tras cagada, no prender una luz de giro ni por puta y producen caos por doquier.  Y como si no fuera poco, no hablan un segundo, el boludo del celular puede estar 10 minutos con el aparato en la oreja y ni se inmuta por las puteadas de sus pares.

El micrero: Respetuoso conductor el 90% de los casos, no le gusta que lo jodan e impone respeto con su máquina, no le interesa lo que pase dentro del colectivo, solo le interesa llegar a tiempo al control como sea. Dentro del bondi te pueden robar, cagar a palos o hasta violar, pero el siempre mira para delante prestando atención al camino.

Camuflan sus rodados para sentirse como en casa. Algunos parecen boliches por dentro o hasta prostíbulos con sus millones de luces y sus peluches.

Escrito por Franco Paz para la sección:

También podes leer:
Infieles

El año pasado escribíamos:
Situaciones Espantosas

ETIQUETAS: