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El riesgo de escrachar a supuestos violadores en las redes sociales

“Denuncia no es lo mismo que sentencia” fue el comentario que puse en un estado que se denunciaba a un supuesto violador. No quiero ahondar en el caso en particular, ni en la cantidad de agravios que recibí por este comentario. Previo a esto quiero aclarar que repudio profundamente cualquier caso de violencia de género, mucho más una violación y soy partidario que sobre los violadores deben caer las más duras penas, porque no solo infringen la ley, sino que humillan de la manera más cruel a la condición humana.

No obstante, gracias al boom de las redes sociales, es bastante frecuente que una mujer escrache a un hombre por un caso de violación, incluso hay una fan page de Facebook que lo hace de manera sistemática y sin el más mínimo requisito más que la confesión de una mujer. Este tipo de escrache es viral y está perfecto que lo hagan, pero siempre recomiendo esperar la sentencia, y en ese ejemplo real les voy a demostrar por qué:

Corría el año 2002 o 2003 si la memoria no me falla. En un asentamiento ubicado frente al Barrio Paulo VI ocurrió un hecho terrible: una niña de 12 años de edad tuvo un aborto espontaneo y arrojó un pequeño feto. Su padre concurrió a la Seccional del Barrio la Gloria llevando lo que su hija había arrojado y a radicar la correspondiente denuncia, en la cual intervino el antiguo Decimo Juzgado de Instrucción a cargo en ese momento del Dr. Manuel Cruz Videla.

Comenzó la investigación, la menor fue entrevistada en cámara Gessell (recién estrenadas en ese momento) y narró una historia de terror. Abusos por parte de su abuelo materno y primos, tanto hacia ella como de sus otras dos hermanas mayores, una de las cuales, al momento de los hechos se encontraba embarazada. Atento a esto el Juez mandó inmediatamente a allanar el domicilio del abuelo y a detener a éste, lo que se logró en menos de 24 hs.  Boom mediático, punto para la justicia.

Luego de esto empezó una larga instrucción y medidas cautelares por parte del Juzgado de Familia y las menores fueron alojadas en un hogar de la DINADIFF. Se realizaron estudios de ADN, que en ese momento no se hacían en Mendoza, sino en Buenos Aires, los cuales tardaban aproximadamente 8 meses en dar sus resultados.

El supuesto autor quedó detenido y alojado en Penitenciaria Provincial. Durante todo este tiempo las niñas fueron aisladas de la familia y se le brindó tratamiento psicológico, asimismo la mayor de 15 años de edad dio a luz un niño al cual también se le extrajo sangre para pericias.

Transcurrió aproximadamente un año y luego de la ayuda psicológica recibida, finalmente las niñas prestaron voluntariamente declaración nuevamente y manifestaron que el autor de todos los hechos que habían sido DENUNCIADOS había sido en realidad su padre y no su abuelo, dando un giro de 180° a la investigación. Paralelamente estos dichos nuevos fueron confirmados por los resultados de los análisis de ADN que culminaron con el SOBRESEIMIENTO DEL ABUELO y la orden de CAPTURA del padre, el cual lamentablemente logró fugarse para nunca más se visto.

Ahora bien… el tiempo en que el abuelo permaneció en el Penal fue castigado brutalmente, sometido a todo tipo de humillaciones psicológicas y abusado sexualmente en reiteradas ocasiones. Adquirió una enfermedad de transmisión sexual mortal en ese momento. Cuando lo detuvieron era empleado de la Municipalidad de la Capital y pesaba aproximadamente unos 105 kg., al salir tras un año y tres meses de permanecer detenido, pesaba no más de 60 kg, estaba desempleado y tenía SIDA. Falleció dos años después.

La familia llevó adelante un Juicio contra el Estado que se resolvió hace tres años atrás más o menos. Cuando el Juez a cargo del caso, embalado por todos los hechos aberrantes que le fueron denunciados, ordenó su detención, un colega de él (que actualmente continua en Tribunales como Fiscal) le dijo sabiamente “Para mandar a detener en estos casos siempre hay tiempo, no te precipites por una DENUNCIA”.

Todo lo narrado lo pueden corroborar con los diarios de la época o bien en Tribunales. El nombre y apellido del padre y de las niñas era ALEGRE MORALES, no recuerdo el número de expediente pero lo instruyó como les dije el EX DECIMO JUZGADO DE INSTRUCCION y el Juez fue Manuel Cruz Videla (actualmente Jubilado).

No es bueno precipitarse en este tipo de casos, lo mejor en estos casos es realizar la denuncia y dejar que la fiscalía investigue y se expida. Una vez sentenciado, ahí si utilizar todos los medios posibles si se quiere para repudiar su figura y darle a su imagen el trato que se merece, pero previo a eso hay que tener cuidado, porque no solo nos pueden demandar, sino que le podemos arruinar la vida a otra persona.

Escrito por Ivan para la sección:

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