/El síndrome HHH: Hombres histéricos hijos de puta

El síndrome HHH: Hombres histéricos hijos de puta

Un síndrome nuevo (o muy viejo) nos invade, ¿cuál es? Yo lo he llamado el síndrome HHH, o triple hache: Hombre histérico hijo de puta. ¿En qué consiste? Se preguntarán: te persigo, te insisto, te insisto, insisto, te veo, te garcho, me borro, te miento. ¿A alguna le suena? La tan nombrada histeria masculina aquí presente y concentrada en un síndrome colectivo. No importa en el envase que vengan, ya sea de 18, 25 o 45 años, es el mismo mecanismo… no importa si la tienen grande o chica, no importa si son lindos o feos, el síndrome lo puede padecer cualquiera y la cura es inexistente.

Vamos a los hechos: te hinchan las pelotas por Whatsapp, Facebook, Twitter, teléfono, telegrama, fax, “cuando nos vemos, cuando nos vemos, cuando nos vemos, a nunca tenes tiempo, siempre igual, cuando nos vemos, cuando nos vemos…”

Te tienen hasta altísimas horas chateando, conversando  o hablando por teléfono, todo es intenso e interesante, todo lo que opinas termina en charlas profundas y copadas, todo es risas y magia.

Accedes a salir con él luego de muchosss mensajessss y charlas interminables (tampoco la fácil eh).

Salís, lo ves, charlas, te matas de la risa, charlas, charlas, charlas. Hay un mínimo contacto que da cuenta de que le gustas piba, ¡¡¡siii le gustas!!!, ¡¡¡o sea que va a volver!!!, o tenes un contacto completo (depende como este el anfitrión). Si te miente muy bien, como para decir “¡¡¡ayy que tierno sí que me quiere conocer, esta noche de sexo será la mejor” sos una pelotuda al galope. Te cuento lo que pasa exactamente al otro día…

Se borra, no más contacto alguno. Pero no te elimina de ningún lado, está ahí el cosito de mierda verde que te dice “oooh mira, mira acá estoy pero no te hablo”. ¿Y qué haces vos, pelotuda a pedales eléctricos? obvio ansiosa, le hablas. Sí… la pasaron fantástico. De hecho te lo dijo y te agradeció por el sexo (gratis pajera), te dice “estuve ocupado” (hace tres días te dijo que ya no sabía qué hacer con los huevos de lo al pedo que estaba, si probar cortárselos a ver si le da un toque de emoción, y vos tontita jijiijiji que simpático es súper gracioso). “Ah bueno todo bien (te haces la superada), bueno, bueno besos, me tengo que ir”.

Dos días después sigue sin hablarte, ¡pero que paso!, pensas… ¿Y qué hace la repelotuda atómica? ¡Pues le volves hablar y encima le preguntas “¿qué onda? ¿qué quiere?”! Game Over gila. Arranca el martirio y la humillación:

– “No quiero novia, no quiero pareja, no quiero nada, nada, nada serio” y se irrita ante la pregunta. (él te pregunto hasta que marca de toallitas usas eh)

– “¿Cuando hable de eso?” (Sale la superada), “¡¡Si yo tampoco!! ¡estoy re (bien marcado el “re”) bien así, solo quiero un amigo para eso!”

– “¡Ok, dale nos vemos!” Te contesta el muy puto.

Deja de mentirte nenaaaaa, todos sabemosss que no es cierto ¡se hueleee! Pasan un par de días más… cric cric cric, ¿se borró posta?… ¡la puta madre! (no grites que sabías, yegua en celo)

Viene la etapa de crisis… Dejas pasar 5 días más. Lo ves conectado, tentación, histeria, nervios, bronca… Primera palabra de “no compromiso” y de “mira que copada soy”, Enter:

– “¿¿Qué haces perdido??”

– “¿Porque perdido?” (se la huele el muy culiado)

– “Porque me escribías todos los días, a cualquier hora, en todo momento y ahora desapareciste”

–  “Es que estoy haciendo cosas también” (te había dicho que se la rascaba a mansalva. Y mi mama… (¿mama?… cagaste)

– “Ah jajaja está bien no pasa nada” (risa psicótica para adentro)

Chau… nunca más te habla, y vos gastaste kilos de Whatsapp, llegaste con ojeras al trabajo de chatear hasta las cuatro de la mañana y el día que lo viste hasta te fumaste que te hable de cómo se murió el perro de la vecina que él tanto quería.

Lo eliminas pensando como era antes, bueno “la indiferencia mata al hombre”,  no no querida la indiferencia las bolas, el flaco se la pasa por el culo, sos vos la loca que se cree ese verso (como tantos), él es un pijudo que le va bien, por eso sos la pelotuda número 3.999 que se garcha con su estrategia “toco y me voy”, la chota sos vos mamu.

Moraleja: No hay. Quizassss una Reflexión: no importa la edad, tu forma, si sos linda, fea, gorda, vaca, flaca, estamos en una sociedad donde hay hombres que solo se alimentan de momentos como estos, es decir su ego, su minipimer, su cosito, su masculinidad. Se regocija en ver como esa mujer quizás piensa en él, siente algo por él, porque estuvo hablando tres semanas y luego, si te cogió o no te cogió igual te tiró a la basura. Chicas… insto a no alimentar el ego de gente insatisfecha con la vida y a fijarnos en que quizás realmente el estar solas haciéndose una paja es más sano que estar pendiente de alguien que luego de verte “no te conozco”. Y ni siquiera te paga una coca porque dice que no tiene plata (la plata la tiene la cornuda de la novia en la casa, que encima es la clásica del Facebook “bebeeee te amo”… si supieses querida por las cuevas pantanosas que anduvo anoche tu sorete ahumado)

Ahora ¿una tiene que decirle de entrada NO y negarse a quizás un amor? No sé, porque la gran mayoría termina en esto y así te vas garchando al número 3.489 de Badoo y el amor no aparece. Ya estas quemada nena. Mientras vos vas anotando el número 29.389 en el tablero de histéricos, él está buscando alguna otra que se deje eyacular rápido y le diga “No pasa nada”… “No sos vos, soy yo” vuelve a comenzar.

Escrito por Mari Mor Satu para la sección: 

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