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Microcuentos para un viernes gris

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Diagonalmente

Se siente invencible. Su estructura y su solidez son la pura expresión del poder.

Alta, oscura, impenetrable, no hay nada en su imagen que sugiera fragilidad.

Pero ocurre lo inesperado. Un envión titánico la despega del suelo y la eleva sobre el campo de batalla como presa de un tornado.

Mientras la garra despiadada la secuestra y la obliga a desertar, la torre percibe que en el rincón que era suyo hace un segundo se instala, satisfecho, un alfil blanco que no vio venir.

Mala praxis

El turno para el oráculo le llega apenas horas antes del combate. El guerrero se inclina ante la adivina, que no lo mira a los ojos pero parece percibir su urgencia.
La consulta es tácita, no necesita formularla. “¿Vivo o muero?” ya ha preguntado medio batallón. “Eres muy fuerte. Tú vives.” escucha como en sueños. Se incorpora y se despide.
Renovada su fe y bendita su espada, Goliat parte, seguro, a enfrentar a los hijos de Israel.

Dinamismo

Recuerda perfectamente cada detalle de su barrio. Camina ansioso por volver a ver su vieja escuela, la placita, la torre del reloj.

Pero algo está saliendo mal. Da vueltas, desorientado sin encontrar el bar de la esquina ni las farolas de hierro verde.

Amplía el recorrido hacia donde supone que está la alameda. Nada: ni el cine, ni el kiosco, ni las vías le dan el gusto de venir a su encuentro.

Suspira, desalentado. Él se ha hecho viejo y la ciudad insiste en seguir siendo Buenos Aires.

Para mayor gloria de Dios

Amanece sobre el Atlántico y el sol invade el avión haciéndole sentir al religioso una pátina dorada que lo protege.

Discordante con esa paz, su mente corre desbocada, por primera vez desde que dejó la Argentina para recibir su investidura.

¿Inquietud? ¿Duda? ¿Debilidad? Las analiza y las desactiva una por una. Un jesuita sabe que si Dios impone un deber nuevo, siempre le garantiza la fe para cumplirlo.

Sin embargo, no consigue aliviar del todo la presión en el plexo solar. Es la primera vez que el exorcista va a ejecutar el ritual en su querida Buenos Aires.

 

 

Por: Victor para la sección

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