/Tremenda historia de un departamento embrujado

Tremenda historia de un departamento embrujado

Antes que nada quiero comentar que estuvimos hablando con quien nos mandó esta nota y su cara y la manera de contarlo nos aseguraron la veracidad de lo sucedido. Al final de la nota les dejo el email enviado para que vean que es todo verdad.

Todo comenzó allá por el 95… el departamento era muy acogedor, en todo el sentido que la palabra pueda abstraer. Apenas lo vimos nos enamoramos, cerca del centro, lo suficientemente lejos de la familia como para que no nos rompan las bolas, pero no tan lejos como para no hacerles una visita cada tanto cuando extrañábamos.

Empezamos la mudanza a la mañana y ese mismo día estábamos instalados en nuestro pequeño nidito, donde una larga vida juntos de amor comenzaría. Era una casa vieja que se había reformado y transformado en dos departamentos, a los cuales se ingresaba por una puerta que daba a un pasillo y patio en común. En la calle, a la izquierda de esta puerta había un quiosco y a la derecha un cyber.

Con el tiempo nos hicimos amigos de la gente del quiosco, cuyo baño daba al patio interno común y por donde a través de la ventana del baño nos pasaban las cervezas las noches de asado y nosotros les correspondíamos con un pedazo de lo que hubiese a la parrilla.

Nuestro departamento estaba al final del pasillo. Entrabas por el comedor, a la derecha estaba una pequeña cocina, y a la izquierda la pieza. La pieza era grande, de esas piezas de casonas antiguas, con tres puertas, una daba al comedor, otra al patio común y una al baño, o sea, que si tenemos que ubicar las paredes, una daba al este, donde estaba el baño, la del sur daba a un reconocido colegio de la zona, la del norte al comedor, y la del oeste al patio, traten de tener esta imagen en mente para lo que sucede después.

Hasta acá nada raro, de a poco fuimos viendo un par de cosas, en realidad yo. Se lo comente como así al pasar a mi señora (en ese momento estábamos casados pero sin papeles) y no le dio importancia… soy adicto a los juegos de pc, todas las noches me quedo un rato despierto disparándole a nazis o a aliens (dependiendo de mi humor) y como costumbre al apagar la pc ubico la silla de nuevo en la mesa, al levantarme esa mañana la silla estaba nuevamente en la pc y la misma prendida “me olvide de apagarla” pensé. Ahí empecé a darle más importancia a esos detalles…

A mi señora le gustan las velas, las tiene de todos colores y formas, en esa época estaban todas en una repisa que teníamos. Al levantarnos una mañana vimos con extrañeza que todas estaban prendidas… “¿Prendiste las aromáticas anoche?”, le pregunte yo. “¡Habríamos visto el resplandor en la noche!”, me respondió ella.

Cuando ella empezó a ver que algo andaba mal fue una noche en que estábamos viendo tele, el cable de corriente empezó a elevarse solo, como si fuera una serpiente oyendo una flauta silenciosa, al principio fue lento, pero luego se mantuvo en el aire unos diez segundos. Yo me levante corriendo y empecé a sacudirlo, porque… no se porque.

Dos cosas más hicieron que nos diéramos cuenta que algo pasaba, lo primero fue una noche donde estábamos en la pieza y escuchamos una pequeña explosión en el comedor, salimos corriendo a ver que pasaba y no podíamos dar crédito a lo que veíamos… ¡la mesa del comedor se había prendido fuego! No era toda la mesa… solamente un circulo perfecto donde había una llamarada de unos 20-30 centímetrosde alto. Rápido procedimos a apagarla con trapos y salimos a la calle a dar una vuelta y despejarnos la cabeza, el encendedor estaba arriba de la mesa “quedo prendido y exploto”, pensamos

La otra cosa fue la alacena de la cocina, una mañana se abrió de golpe y las cosas cayeron por todos lados. “estaban mal acomodadas” pensamos. Como verán siempre uno busca la explicación “lógica”.

Lo extraño de todo es que yo soy un tipo sumamente cagón, pero nunca tuve miedo en ese departamento, era como si se supiera que algo había, pero no era malo… quizás solamente travieso, o algo estuviera protegiéndonos.

Después de eso las cosas se calmaron un poco, solamente veíamos sombras por el rabillo del ojo y algunas pesadillas, un par bastante desagradables por cierto… “producto de la sugestión” pensamos… y las cosas seguían cambiando de lugar, perdiéndose o apareciendo en otro lado

¿Recuerdan la disposición del dormitorio? Vean la imagen de la orientación de las paredes, esto es importante para lo último que sucedió… y para lo que nunca le encontramos lógica.

Fue un domingo a la siesta, estábamos acostados y la cabecera de la cama daba a la pared este. El golpe en la puerta del baño la movió, vino desde adentro del baño, fue como si le pegaran una patada, luego los golpes empezaron a trasladarse por toda la pared, sincronizados, como si alguien fuera caminando y golpeando con un puño o pateando la pared, por toda la pared del baño, luego por la pared que daba al colegio (no eran por dentro.. eran por fuera), luego por la del patio… y termino por la del comedor, cerrando el circulo. Luego silencio… tan asustados estábamos que nos quedamos como dos horas sin salir. Después de eso las cosas se calmaron y nunca mas vimos nada.

A los pocos meses nos mudamos, no por estos hechos, sino porque encontramos algo mas grande, dos dormitorios, ya que nuestro primer hijo venia en camino.

Destino, Ka, todas las cosas sirven al Haz, no hay coincidencias, es Ka, como diría Roland Deschain en “La Torre Oscura”. En este nuevo departamento conocimos a una pareja de la cual todavía somos muy buenos amigos. Una noche fuimos a cenar, palabras van, palabras vienen les contamos donde habíamos vivido antes, (nunca mencionamos nada de lo que había sucedido) y el me dice “ah si, conozco el departamento… ahí vivía mi bruja personal”.

Nos miramos con mi señora… no lo podíamos creer…

¿Tu bruja personal? – le pregunté. ¿Como es eso? jajaja yo no creo en esas cosas…

Si si… era una bruja wicca, ella se especializo en hechizos de fuego, se fue a México para aprender más en el tema.- dijo mi amigo.

¿En fuego? Mira vos…- respondí atónito.

Si, lo loco es que ella creía que ahí había algo, pero hizo un hechizo para mantener el lugar protegido, lo hizo en la pieza.

Creo que en ese momento se dieron cuenta de algo, porque nuestros ojos se nos salían de la cara.

¿Y como era ese hechizo? – le pregunté.

Pues creaba un círculo con fuego y le daba un puñetazo fuerte en medio, lo hizo en toda la pieza sellando el lugar. Supuestamente es un hechizo que se tiene que activar solo cada cierto tiempo, yo estaba cuando lo hizo…

Al tiempo vimos a la bruja wicca, volvió de México y fue a cenar con mis amigos y la trajeron a casa, le contamos lo que paso y simplemente nos miro, sonrió y nos dijo… “tranquilos, por suerte estaban cuidados”.

Escrito por Armeg para la sección

El año pasado escribíamos:
La sabiduría del Maestro Mayor de Obras inunda el mendolotudo